WWDC 2015: Crónica de la decepción
Apple llegaba tarde casi siempre. No importaba. Mercados que parecían asentados y en los que los extraños no parecían tener sitio se veían sacudidos por las soluciones de los chicos de Cupertino. Los ejemplos son numerosos en el terreno hardware (iPod, iPhone) pero también los hay en el terreno software, donde tanto la llegada de OS X como la de iOS le dieron la vuelta a la tortilla de las plataformas de escritorio y móviles tradicionales.
Los demás tuvieron que reinventarse. Y fueron ellos los que se convirtieron en unos tardones.
Sin embargo las cosas han cambiado. Apple sigue llegando tarde, pero cuando lo hace uno ya no ve esas mejoras clave que los convertían en aquello que todos acababámos envidiando. No sorprende. No da envidia. Ni miedo. Ni respeto. Es un ‘me too’.
En los últimos eventos parece haber demostrado una y otra vez una sorprendente falta de ambición y originalidad. Hay mejoras incrementales en diversos apartados, pero en la inmensa mayoría de los casos esos cambios son predecibles e incluso triviales. Hay otros que simplemente
copianadaptan ideas ya existentes, pero eso no es en absoluto malo. Si algo que ya existe en los rivales puede funcionar en tu plataforma, ¿por qué negarse a implantarlo o tratar de reinventar la rueda? Todos lo hacen. Todos copian de todos. El problema es copiar sin iterar. Sin mejorar. Que es lo que parece que está haciendo Apple últimamente.
Pero como diría Jack el Destripador, vayamos por partes.
OS X El Capitán
La cosa empezaba mal cuando el otrora chisposo Craig Federighi estuvo bastante sosainas sobre el escenario. El espectáculo que Apple ofrece en su keynote -podéis revivirla aquí al completo, las imágenes del post provienen en su mayoría de allí– se repartió de forma muy desigual, y si hubo un perjudicado fue el sistema operativo para equipos de sobremesa y portátiles de Apple. De los 144 minutos de la presentación, solo 17,5 minutos (apenas un 12%) estuvieron dedicados a OS X.


El nombre en clave del sistema operativo -han dejado de indicar el número de versión, hablamos de OS X 10.11- es ya de por sí bastante rarito. La nota de prensa prescinde de la tilde, pero es que señores de Apple, El Capitán se escribe como se escribe en nuestro idioma, por mucho de que lo quieran pronunciar en modo chicle en los USA. Y si quieren escribirlo de la forma que no es -porque no es así- tendremos que pronunciarlo como una palabra llana. En fin.
Dejando a un lado lo del nombrecito, las novedades aquí fueron muy, muy poco relevantes. La más llamativa, la de las búsquedas con lenguaje natural -me pregunto si funcionarán en otros idiomas que no sean el inglés- en Spotlight. El copieteo de la característica Snap de Windows es algo que muchos pedíamos hace ya tiempo, pero también copiaron las pestañas fijas en Safari o el icono de altavoz para identificar en qué pestañas está sonando el audio. Como digo, al final todos copian de todos, y si algo funciona lo mejor que puedes hacer es
copiarloadaptarlo lo mejor y más rápidamente posible.
Aunque llamativa, la llegada de Metal para OS X me parece poco importante. Los Macs no se usan -ni se usarán- para jugar salvo en casos muy puntuales, y aunque puedan aportar características interesantes a la hora de sacar más partido de las GPUs -lo que siempre mola-, Metal tiene mucho más sentido en móviles, donde los juegos sí pueden sacar mucho partido de este SDK gráfico. Apple mostró algunos grandes números sin contexto (“10x más rápido que esto”, “50% más eficiente que lo otro”), que sirvieron para lo que sirven siempre: para que los medios -sobre todo generalistas- pudieran tener titulares fáciles para sus artículos.

Para mi OS X El Capitán es aún más decepcionante que OS X Yosemite. El año pasado ya preguntaba si tras un año de trabajo eso es todo lo que podían hacer en Apple, pero al menos entonces acompañaron al sistema de Continuity y Handoff para darle un poco de vidilla al trabajo conjunto con dispositivos iOS.
En la presentación de ayer no hablaron en absoluto de esas opciones. Fue como si no existieran. Podrían haber hecho alguna mejora o -como muchos esperaban- extender esas tecnologías a watchOS, pero nada. Y en esto las ausencias fueron igualmente brutales. Lo comentaba ayer en Twitter y me quejaba del poco cariño que Apple le está dando a un sistema operativo que en muchas cosas es prodigioso. Alguno me preguntaba que si realmente había cosas que añadir, y entonces saltaba de nuevo con lo que Apple podría haber hecho. Cosas como la inclusión de Siri, el cambio del sistema de ficheros a ZFS, un guiño a la realidad virtual, al soporte táctil, novedades reales en Safari o iTunes, en el cifrado o el soporte de huellas dactilares al que sí prestan tanta atención en iOS, y, por supuesto, a la citada convergencia que parecen tener en un segundo o tercer plano en Apple. Solo esto último merecería otro post.
Qué decepción. Qué mal, Apple.
iOS 9
De largo, la plataforma que más protagonismo tuvo en el programa de la keynote con 50 de los 144 minutos totales (34,7%). No pude prestar mucha atención a las novedades porque estaba escribiendo el artículo sobre OS X en Xataka, pero aquí sí se notó quién es la niña mimada de Apple. Y con razón, claro, los dispositivos basados en iOS son los que están llenando las arcas de Cupertino.

Las mejoras en Siri son algo más significativas -parece que quieren acercarse un poco a esa potencia de Google Now o de Cortana-, y me gustó esa pequeña implementación de deep links entre aplicaciones. Para muchos la verdadera noticia fue la llegada del soporte de pantalla dividida que permite tener dos ventanas enfrentadas en la pantalla de los dispositivos compatibles con esta función. Uy, me he equivocado. Sólo hay un dispositivo con soporte para esa opción: el iPad Air 2. Viva la democratización de la tecnología.
Sea como fuere, la opción es interesante para mejorar la productividad en unos pocos escenarios -y para distraerte mucho más en muchos otros- y se complementa con otras dos mejoras que sí están disponibles en más modelos de los tablets y smartphones de Apple. En primer lugar, la función PiP, que permite ver vídeos o llamadas de Facetime en un rincón de la pantalla mientras hacemos otra cosa. En segundo, la función Slide Over para “trabajar en una segunda app sin salir de la primera“, una pequeña mejora en la gestión de la multitarea que no es tan llamativa como la pantalla dividida.
Para mi -probablemente por mi trabajo- la parte interesante fue la que dedicaron a su particular
copiaadaptación de Flipboard, a la que han llamado News. Apple se deshace de ese Quiosco que no parecía muy popular y se lanza a ofrecer una aplicación destinada a centralizar la lectura de contenidos. Podría dar mi opinión, pero Om Malik ya la expresó muy bien al hablar sobre el tema ayer en un incisivo tuit:
Another big tech company selling and profiting from commons but pushing content from large media giants not indie content creators
Aunque Om tiene más razón que un santo, hay que reconocerle a Apple que News tiene un diseño espectacular. Puede que mejor que el de Flipboard, que ya es decir. Los contenidos no aparecen: fluyen sobre la pantalla, y está claro que de cuando en cuando Apple rescata parte de su prodigiosa capacidad de hacer las cosas bien. Supongo que habrá un trabajo detrás en cada publicación para aprovechar esa presentación de contenidos tan llamativa, pero en cualquier caso, cuidado, Flipboard. Porras, igual tengo que sacar una revista paralela a Flipcognitosis, aunque eso sí, News iniciará su andadura de forma muy limitada y, como siempre, muy controlada. Solo en iOS y solo en US, UK y Australia. Nada de versión web, algo que es especialmente destacable en Flipboard y que al menos le quitaba un poco de hierro (no mucho, la verdad) a eso de que al final te lean desde otro lado.
WatchOS
La tercera
granplataforma de Apple acaba de iniciar su camino, y resulta curioso que apenas hayan podido satisfacer la demanda de Apple Watch y ya hayan anunciado watchOS 2.0. Que se escribe así, con la uve doble minúscula, en otro alarde del “porque yo lo valgo” de Apple.

Tuve que cubrir esta parte de la conferencia en Xataka, y duró prácticamente lo mismo que la parte de OS X. Sorprendente dadas las teóricas expectativas que estos dispositivos generan, pero así fue. Uno de los miembros del equipo de Apple explicó a toda velocidad las novedades de la nueva versión, pero me quedaría con el titular de Applesfera: Apple abrió las compuertas del Apple Watch.
Es una descripción acertada de lo que vimos en esta parte del evento, en la que se nos explicaron las nuevas opciones que se abren a desarrolladores y que afectan a todos los recursos hardware del dispositivo. Lo más llamativo, desde luego, es el hecho de que ya es posible tener la lógica de la aplicación en el reloj, lo que hace que los Apple Watch puedan funcionar de forma independiente -según qué aplicación- al iPhone.
Hubo guiño al Pebble Time con esa opción llamada “Time Travel” (toma nombre pomposo), y también características chorras, como lo de poder ver pequeños vídeos en esa pequeña pantalla. Cosas de esas que llaman la atención en una demo y que probablemente nadie vaya a utilizar en el mundo real.
Pero como digo, me resultó especialmente curioso -o inquietante, quizás- el hecho de que un dispositivo que teóricamente iba a ser el iPhone de los relojes inteligentes pasara a toda velocidad por el WWDC 2015. Puede que hasta en Apple quieran disimular hasta que llegue un Apple Watch 2 que (quizás) merezca la pena.
Apple Music
Otra muestra más de la aparente incapacidad de Apple (o su desgana) para innovar la tuvimos en ese “One more thing…” que antaño estaba reservado a grandes desarrollos hardware y software y que ahora parecen querer aprovechar para vendernos una moto que no acaba de cuajar.

Era un secreto a voces que Apple presentaría su servicio de streaming de música ayer, y lo cierto es que lo raro es que haya tardado más de un año en anunciarse el fruto de la adquisición de Beats Music. El resultado es un servicio que es una
copiaadaptación de Spotify, Pandora, Rdio y similares, y que trata de destacar por tres apartados muy, muy discutibles
- BeatsOne: será una emisora por streaming en la que la selección musical estará realizada 24 horas al día por DJs humanos. Nada de motores de recomendación ni algoritmos: habrá tres famosetes del mundillo (para los del mundillo, no para mí, claro) que harán esa selección. Así que en esencia tendremos una emisora de radio de toda la vida -por la que no pagamos un duro, aunque sí oigamos publicidad-, pero vía streaming, que por lo visto mola más. Aquí dos dudas: 1) Veremos si la música que ponen gusta o no, y 2) Veremos si la publicidad (si existe) acaba siendo más o menos cargante que la de la radio tradicional. Om de nuevo daba en el clavo en mi opinión y ofrecía su visión sobre esta opción:I love my @Spotify because it is music I create. Radio is so 1990s, even if it is global & on the Internet.
- Connect: Ping resucita, como también decía Om. Lo de conectar con los artistas me parece una soberana estupidez -como si tuvieran tiempo (o ganas) de interactuar con millones de seguidores- y ese concepto diría que está muerto y enterrado. Pero claro, puede que en esto esté especialmente equivocado, porque en ese momento un tal Drake salió al escenario y en Twitter la gente le ponía en un súper pedestal. No tenía ni idea de quién era (¡inculto!), pero ya solo verle con la cazadora con la manzanita multicolor me dio mal feeling. Sigo sin saber quién es, por cierto.
- Precio familiar: aquí es donde Apple podría marcar la diferencia, porque frente a otras ofertas, en su servicio de streaming es posible apuntarse a la promoción familiar de 14,99 dólares por seis miembros suscritos al servicio Premium. Lo que ya ha generado las lógicas propuestas para formar familias falsas, y seguro que esas no caen en saco roto. Por lo visto en Spotify ya están plantenádose ofrecer una oferta que pueda competir al respecto. No la de las familias falsas, cuidado.
Así pues, nada especialmente diferencial (salvo lo del pack familiar) para un servicio que simplemente tiene detrás el respaldo de Apple y su inercia en el mundo de la música que se le escapaba gradualmente. Tenían que mover ficha, y lo han hecho. Sin imaginación, pero lo han hecho. Lo que no entiendo es para qué necesitaban a Beats para presentar esto.
Miscelánea
Hubo otros anuncios durante el evento, por supuesto. Los fabricantes de coches podrán desarrollar sus propias soluciones para CarPlay -no sé si esto es bueno o malo-, y HomeKit dará más potencia para controlar distintas soluciones domóticas. Tanto en uno como en otro, aún está por ver si la propuesta de Apple realmente sirve para algo o nos están vendiendo un poquito de humo. Sobre todo con HomeKit.

Con mucho retraso llega el soporte de rutas en transporte público para un puñadito de ciudades (pocas), mientras que Apple Pay, que para mi fue el desarrollo más prometedor de Apple el año pasado, sigue tratando de cuajar. La verdad es que me sorprende su limitada adopción y lo que está costando ofrecer ese servicio en el resto del mundo. Igual es que tampoco estábamos preparados para pagar desde el móvil ni con la ayuda de Apple. O no lo necesitábamos.
En temas para desarrolladores me pierdo, pero la ovación fue para el anuncio de que Swift será Open Source. Aparentemente buenas noticias -veremos qué licencia eligen, habrá que leerse la letra pequeña, que con las grandes de la tecnología siempre hay sorpresas-, pero a bote pronto chapeau. Me gustó la columna de The Verge -cómo no, de Vlad Savov- y su titular: Apple proves that Android is the new Windows, en la cual explican cómo “sabes que eres demasiado grande para ignorarte cuando Apple empieza a hacer aplicaciones para ti“. Se referían a Apple Music, pero además habría que destacar que por primera vez Apple lanzó -aunque no dijo nada en público- un asistente de migración de Android a iOS para facilitar esa tarea a los potenciales switchers. Google hace tiempo que propone lo contrario, claro.
Conclusiones: así no, Apple
En SixColors sacaron ayer un curioso post con la “cara B” del evento Apple en el que ofrecen comentarios sobre todos los anuncios que Apple no destacó en escena pero que sí son importantes para comprender las nuevas propuestas de Apple en su conjunto.

Es un buen post que completa la panorámica general del evento, y que a mi me permite confirmar mis sensaciones generales sobre el WWDC 2015 y sobre la actitud extremadamente conservadora de una Apple que sigue disfrutando de su prodigiosa inercia para hacer caja.
“Podrían hacer mecheros y daría igual” me decía un conocido hace poco, y probablemente tenía razón. Yo no obstante formularía esa frase de forma distinta. “Podrían hacer mecheros y de momento daría igual“.
La diferencia es importante en mi opinión, y aun con esa gigantesca dimensión, Apple debería espabilar. Ser demasiado conservador y centrarse en lo que a una empresa le funciona parece una buena estrategia a corto plazo, pero puede que ni siquiera Apple sea inmune al dilema del innovador.
La verdad, me encantaría que Apple la cagase bien con el Apple Watch. No porque la empresa me guste más o menos, sino porque echo mucho de menos a esa Apple que era capaz de sorprendernos, de darnos envidia, de imponernos respeto, incluso de dar miedo al ir tan sobrada.
Esta no es esa Apple. Es una empresa que ha adoptado una peligrosa actitud autocomplaciente. Para muchísima gente podría parecer que Apple es incapaz de hacer algo mal, pero para mi -yep, no soy su target, así que podría colarme- las cosas son muy distintas. Cuidado, Apple. Así no.
Actualización (10/06/2015): Acabo de ver el tema de Gizmodo US, buen titular, pardiez: "Here's Proof of Apple's Downward Fall From Innovator to Imitator".