Wired, The Verge y el análisis que te crió

Llevo años analizando cacharros, así que creo que tengo cierto criterio cuando me leo los análisis de otros medios. Siempre he admirado la profundidad técnica de AnandTech, por ejemplo, pero también me sorprendía la simplicidad práctica de los que hacía Walt Mossberg, ahora retirado y cuyos textos —este análisis del primer iPad es un ejemplo— eran casi infantiles. Quizás por eso eran tan valiosos para tanta gente ajena a este segmento de unos y ceros.
De todo hay en este mundo: no todos mis análisis son joyas de la prosa tecnológica y no todos son lo completos que me gustaría, pero hay ciertas barreras que (creo que) no se deben pasar.
Wired las ha traspasado con su análisis del iPad Pro de hoy. Mira que me da rabia darles caña —estoy suscrito digitalmente desde hace tiempo, y pago por ello—, pero esto no es un análisis: es un panfleto de las especificaciones brevemente comentadas, sin más. Es casi una ficha de producto con nota. Salvo por un par de apreciaciones personales del autor, el texto no sirve para nada salvo quizás perder el tiempo.
Lo de Wired me ha decepcionado tanto que he tenido que escribir un comentario en el análisis (los tienen ocultos por defecto, curioso) y un tuit por si me leen y aprecian la crítica constructiva. Que dudo que sirva de mucho, pero ahí queda eso.
https://www.youtube.com/watch?v=LykS0TRSHLY
Afortunadamente hay de todo en la viña del Señor, y precisamente ha ocurrido lo contrario con el análisis del iPad Pro en The Verge. Lo ha hecho Nilay Patel, que es muy de mi palo a la hora de dar cera a las empresas (y especialmente a Apple, recuerdo esta crítica a la desaparición del jack de auriculares) , y tanto en el texto como sobre todo en el vídeo sus comentarios son fantásticos. No porque sean negativos —que lo son— y eso refuerce mi cámara de eco sobre Apple y sus últimos productos, sino porque me dejan claro qué puedo esperar del iPad Pro. Me gusta cuando dice cosas como "no me quiero adaptar a mi ordenador, quiero que mi ordenador se adapte a mí" o "el iPad Pro sigue siendo un accesorio para mi portátil, no su sustituto". Eso es lo que siempre han sido los tablets para mí. Malos accesorios, nunca sustitutos. Bien dicho, Nilay.
Dicho lo cual, entiendo que habrá gente que no necesite más en su día a día, Lo demostraba el otro día Jesús Díaz en Fast Company cuando afirmaba que ya no necesita más que la tableta de Apple para trabajar. Yo no acabo de creérmelo —le preguntaba en Twitter si no echaba de menos el ratón, pero no hubo contestación—, sobre todo porque las limitaciones de iOS, como decía Patel, son evidentes en diversos apartados, y aunque el puerto USB-C mola, no permite algo tan obvio como conectar unidades externas de almacenamiento, algo extraño y que una vez más deja clara esa extraña filosofía de Apple que abre una puerta y cierra varias ventanas (pun intended).
Personalmente creo que el iPad Pro no es más que una oportunidad desaprovechada más. Una muy cara, además. El año pasado vimos como la llegada de iOS 11 traía el dock y el explorador de archivos a este SO y eso ampliaba las posibilidades del iPad Pro, pero este año no ha habido cambios en ese ámbito. Para lo que la mayoría hacéis diría que un iPad 2018 (315 euros en Amazon) es mejor opción si queréis una tableta de este estilo.
Si queréis un sustituto para vuestro portátil, eso sí, quizás miraría en otra parte. Apple tiene los mimbres para lograr ese sustituto, pero de momento tendremos que esperar. Como siempre, vaya.