La incógnita es W
Hace un ratito ha salido publicada mi reflexión más reciente en Xataka Móvil, y esta vez tenía la misión de intentar hacer balance de lo que ha ocurrido con Windows Phone en 2014. La plataforma móvil de Microsoft tenía un año complicado ante sí, pero creo que aun con la obligación de integrar a la recién adquirida Nokia (bueno, en concreto de su división Devices and Services), ha habido mucho y bueno de lo que hablar.
No todo ha sido bueno, claro: la fusión ha obligado a hacer despidos de forma indiscriminada -12.500 de los 30.000 empleados de Nokia se han ido a la calle según los datos publicados-, pero eso no parece haber afectado mucho la propia inercia de lanzamientos a nivel hardware y software. Ha habido varios terminales -que yo sepa, ninguno especialmente destacable- y, eso sí, una importante actualización de la plataforma. Windows Phone 8.1 es de lejos la edición más completa de este sistema operativo, y Cortana muestra su ambición allí a pesar de que personalmente no acabo de estar seguro del valor real y práctico de los asistentes de voz (‘Ok Google, añadir nota': ‘idea para futuro post sobre asistentes de voz’).
Hoy por hoy Microsoft tiene todo lo necesario para ser una plataforma de referencia. Sus herramientas para desarrolladores son que yo sepa excepcionales -Visual Studio es por lo que sé una joya, y acaban de hacer Open Source (
uauhresulta que no es tan uauh, leed el comentario de Daniel en este mismo post) Mono y .NET-, su infraestructura Cloud es telita, y es evidente que tienen capacidad de hacer buenos productos hardware (Xbox One, Surface Pro 3). Ah, y me suena que no se les da mal del todo lo de hacer sistemas operativos y suites ofimáticas.
Tal y como yo lo veo -y me vuelvo a repetir una vez más- Microsoft tiene ante sí un (posible) futuro alucinante. Windows 10 podría convertirse en ese sistema operativo universal en el que creo que está el futuro de toda plataforma tecnológica (móvil, escritorio, nube, consola, IoT, whatever), y soy muy, pero que muy optimista al respecto. Creo que hasta Marc Andreessen estaría orgulloso de mi visión positiva de ese futuro.
Pero claro, también hay que ser coherentes con la realidad actual. Es difícil que al usuario de a pie -ese que no lee Incognitosis, para su desgracia y la mía- le convenzas de que Windows Phone le puede venir bien. Porque él solo oye hablar del iPhone o de ese smartphone Android que le funciona muy bien (o lo que es lo mismo, “tiene WhatsApp“) a la vecina o al cuñado, y que la operadora de turno le ha dejado súper tirado. Hay, como en muchos otros escenarios, una falta de educación del consumidor. Inevitable, y difícilmente solucionable.
¿Qué puede hacer Microsoft? Pues en mi opinión, solo una cosa: sacar al mercado ese recojosmartphone con ese recojosistemaoperativo, esa recojocámara (importante), y, esa recojoidea de la convergencia que haga que podamos usarlo como un PC en dos patadas.
Y por supuesto, que tenga WhatsApp. No vaya a ser.