¿Windows 11 = Linux?

¿Windows 11 = Linux?
windows-11-linux

La Free Software Foundation (FSF) no bromeaba cuando el otro día le pidió a Microsoft que cediera el código de Windows 7 y convirtiera ese sistema operativo en Open Source. La idea era interesante, y me imagino a los de la FSF al teléfono con Nadella: "jopelines, Satya, tírate el rollo, venga, si total vosotros ya no lo vais a seguir dando soporte, ¿qué más te da regalárnoslo? No te preocupes, ya nos encargamos nosotros de mejorarlo".

También me imagino a Satya, colgando el teléfono y riéndose a carcajadas.

Lo comenté en la noticia: hay demasiados obstáculos a que algo así ocurra. Microsoft va a seguir dando soporte muy limitado a empresas a Windows 7, pero además hay partes del código de Windows 7 (diría que bastantes) que forman parte de Windows 10.

Y sin embargo, hay indicios de que el futuro de Microsoft podría estar en Linux. A ver, como diría Jack, vayamos por partes:

  1. Microsoft ya apenas vende cajas: su modelo de negocio ha cambiado, y eso de vender cajitas de Windows o de Office ya no es lo importante. Ahora venden suscripciones (como las de Office 365 o OneDrive). Ese modelo se sitúa muy en línea con lo que hace Google con Android, integrando ciertos servicios y aplicaciones nativas sin los que la plataforma como tal pierde enteros (que se lo digan a Huawei). Conclusión: Microsoft debería copiar el modelo de Android.
  2. Windows ya no importa: a mí sí, pero no demasiado a Microsoft, que lo tiene ya como un producto de segunda clase que sí, genera ingresos de forma indirecta. Ahora van a por la nube y los servicios, y no les está yendo nada mal al respecto con Satya a los mandos.
  3. Linux sabe cómo se hace una rolling release: Windows 10 es básicamente eso, una distro rolling release. No hay ya distintas ediciones de Windows que van apareciendo en el tiempo como antes (Windows 95, 98, Me, XP, Vista, 7, 8, 10), y no hay planteado un Windows 11 (o un Windows 20, por decir algo) porque en Redmond simplemente van actualizando de poco en poco o de mucho en mucho con los Spring y Fall Updates que han ido apareciendo en los últimos años.

Steven Vaughan-Nichols lo explicaba bastante bien hace meses: hay muchos argumentos que parecen favorecer la idea de que Microsoft sacara al mercado un Windows 11 basado totalmente en Linux. De repente tendría un producto basado en un kernel que funciona espectacular en todo tipo de ámbitos (desde IoT a supercomputadores) y al cual luego podría añadirle todos esos servicios con los que aportar valor.

Algunos dirán: "ya JaviPas, muy bonito todo pero, ¿qué pasa con mis 'viejas' aplicaciones de Windows?". Pues como decía Stevie, no pasa nada: herramientas como Cross Over Office o Wine llevan años demostrando que es posible ejecutar aplicaciones 'legacy' de Windows sobre Linux sin demasiados problemas, pero el mérito es brutal porque emulan las APIs de Microsoft para que todo funcione. Si la empresa de Redmond hiciese algo así, ella misma podría hacer que esas herramientas funcionaran seguramnete a la perfección porque se permitiría el uso de APIs que ahora mismo están vetadas a esos proyectos.

Ahora tenemos un Windows 10 en el que es posible utilizar de forma nativa y sin (apenas) trucos toda la potencia de Linux en la consola. El Windows Subsystem for Linux ha obrado el milagro, de modo que Microsoft sabe cómo interconectar ambas plataformas. Ahora Windows 10 es el anfitrión y Linux el invitado a la fiesta, pero las tornas podrían cambiar perfectamente.

Lo veo. Un Windows 11 que en realidad sería esa fastuosa distribución Linux de Microsoft. Una en la que tendríamos acceso a todo el catálogo de aplicaciones Linux, a todo el catálogo de aplicaciones de Windows y a todas las ventajas de un sistema operativo que por arquitectura y filosofía lleva la delantera a Microsoft en muchos apartados.

Un Windows 11 que de repente sería compatible tanto con PCs y portátiles como con dispositivos móviles ARM porque Linux lo es con unos y otros desde hace años. Es cierto que Windows 10 comienza a guiñarle el ojo a ARM en algunos convertibles, pero el resultado es aún algo deficiente y precisamente darle la vuelta a la tortilla podría ser todo un sorpresón.

"Pero JaviPas", me diréis, "yo es que con Linux no me manejo, esa interfaz, esa forma de trabajar, buf, qué perezón". Chicos, hay un buen montón de temas que copian la interfaz de Windows 10 y que son bastante aparentes. Y si no, mirad las capturas del post: son de uno de ellos, no de Windows 10.

Evidentemente habría cierta curva de aprendizaje, pero creo que Microsoft podría adaptar mucho (si no todo) el lenguaje de diseño del actual Windows 10 (o mejorarlo, oye, ahí habría oportunidad para cambios graciosos) y aprovechar todo lo que ofrece Linux con todo lo que ofrecen ellos.

Y luego está lo de la filosofía Open Source. A ver, que Windows 11 seguiría siendo de Microsoft, y ellos seguirían controlando actualizaciones, mejoras y cambios. Lo mismo que hacen los chicos de Canonical, de Debian, de Linux Mint, de Arch Linux o de tantas y tantas otras distribuciones que controlan su producto y que además (y esto mola) contribuyen a que todos puedan coger cambios que las beneficien. Todos reman hacia delante de una forma u otra. Bueno, hay debates y problemas porque hay demasiadas opciones —ya sabéis lo que pasa con los tarros de mermelada— pero creo que Microsoft podría lidiar con todo ello.

En realidad esto no es del todo una ficción: Microsoft ya ha creado su propio kernel Linux. Lo puso en marcha hace menos de un año como parte de WSL v2, así que, ¿por qué no ir un paso más allá?

Lo dicho. Yo lo veo. Venga Microsoft. Ya que no te importa (tanto) Windows, ¿por qué no le das una vuelta a la idea (si es que no la has puesto en práctica ya)?