Windows 10 en móviles: realidad y ficción
En 2003 me tocó viajar a Londres como redactor de PC Actual: Microsoft estaba preparando algo en el terreno de los dispositivos móviles. Por aquel entonces sus Pocket PC ya habían demostrado que la informática de bolsillo molaba (tiempos aún gloriosos para Palm), y parecían preparados para dar un paso muy ambicioso.
Así nacía Windows Mobile, una plataforma que a pesar de sus buenas intenciones estuvo condenada desde su nacimiento: Microsoft se estaba esforzando demasiado en llevar la experiencia de escritorio al móvil, cuando a ese paradigma aún le quedaban años para poder hacerse realidad.


Y sin embargo aquello me dejó asombrado. Suspiraba por tener uno de aquellos primeros dispositivos -recuerdo aquel Orange SPV (HTC Voyager)-, que en esencia no hacían más que añadir la pila de telefonía de voz y datos a un Pocket PC adaptado.
Jamás llegué a tener un dispositivo con Windows Mobile.
Microsoft, por supuesto, no imaginaba lo que se le venía encima. Nadie podía hacerlo. Los responsables de aquella división, tan autocomplacientes como el resto de la industria, fueron poco ambiciosos. Mantuvieron una apuesta en el que los smartphones eran más teléfonos que otra cosa, y entonces llegó el iPhone, un smartphone que era mucho más smart que teléfono. Qué fantástico hubiera sido estar junto a aquel equipo cuando se presentó el dispositivo de Apple. Me imagino los comentarios. “Esto no va a ningún lado“, “nuestros verdaderos rivales son Nokia y BlackBerry“, etc.
La época dorada de Symbian, Windows Mobile y BlackBerry había acabado, y todos ellos se resistirían a creerlo. Y todos reaccionarían tarde. Y todos acabarían siendo prácticamente irrelevantes en el mercado.
Pasó con Symbian y una Nokia que eligió como salida asociarse con Microsoft, está pasando con una BlackBerry que lucha por no desaparecer (y poco más) y podría pasar con un Windows Phone y un futuro Windows 10 que tiene ante sí una difícil papeleta.
Ayer Satya Nadella, CEO de Microsoft, anunciaba cambios importantes en la futura estrategia de dispositivos móviles. El despido de 7.800 personas -muchas de ellas en la división de móviles- y el enorme gasto para tratar de impulsar la plataforma Windows Phone hacían que Nadella simplificara toda la estructura. Menos plantilla, menos gasto, menos recursos, y por supuesto, menos teléfonos. Pero mejores, afirmaba en su mensaje.
Reflexionaba sobre el tema en Xataka esta mañana y lo hacía con una idea clara: la de que Windows 10 es el último cartucho de Microsoft para salvar a su plataforma móvil. Y la de que en cierta forma Microsoft estaba preparando una potencial retirada del mercado.
Allí el mensaje no parece haberse entendido, y varios lectores criticaban esa visión y me tildaban de amarillista o sensacionalista. Quizás el titular no fue el más afortunado, pero en todo momento la reflexión está fundamentada en los datos que tenemos, y que revelan que la cuota de mercado de Windows Phone no ha hecho más que bajar en los últimos meses salvo en casos puntuales. En realidad eso no es extraño: el catálogo de terminales ha tenido una renovación escasa -sobre todo en la gama alta, donde no ha habido lanzamientos- y los fabricantes que iban a apoyar a Microsoft tampoco han movido ficha.
Todo eso podría cambiar con Windows 10 y con esa nueva estrategia, claro. Como decía en los comentarios en Xataka, creo que esta plataforma plantea el mayor reto de la historia de Microsoft y creo que ese Windows único para dominarlos a todos es una idea sencillamente genial. Pero hay demasiadas incógnitas, y por mucho que me guste el concepto -del que ya hablaba a finales de 2013– y crea que Microsoft tiene en sus manos una plataforma valiente, original y con muchas posibilidades, hay que ser realista. Lo decía muy bien Paul Thurrot, que hace años que es un fanboy confeso de Microsoft y que aún así era especialmente pesimista (¿realista?) con la situación:
I expect Microsoft to kill Lumia, possibly as soon as mid-2016, and relegate Windows 10 Mobile to third party devices, which can include phones. These phones will never gain any appreciable market share. Tablets will probably continue to do high single-digit or possibly low double-digit market share only for the foreseeable future. The future is the “mobility of experiences,” not Microsoft mobile hardware/phones.
I still love Windows Phone. I desperately want it to succeed. But you can’t get emotional about this stuff. Windows Phone is failing, and has been on a downward trajectory pretty much forever. You can pretend otherwise, but I can’t do that disservice to the community. I can only be realistic. And realistically, things have gone from bad to worse.
If you are a Windows Phone fan like me, relax. Nothing is changing for the short term and we at least have a few flagship devices to look forward to. But keep your eyes and mind open, and pay attention. This ride could be coming to a stop sooner that we had hoped.
Poco más que decir, porque es exactamente lo que pienso sobre la plataforma. Quiero desesperadamente que Windows 10 triunfe en móviles, pero no puedo ponerme sentimental con estas cosas. No puedo contar historias de ciencia-ficción. Como él, solo puedo ser realista. Y Microsoft y Windows 10 en móviles lo tienen muy complicado.
Muy a mi pesar.