Un portátil no lo es sin teclado

Esta nueva era de convertibles en la que estamos inmersos les ha dado una segunda oportunidad a los tablets. De repente estos productos ya no sólo sirven para consumir contenidos, sino para producirlos.
El Surface Pro fue el primero en levantar la liebre, y poco después el resto de fabricantes se dieron cuenta de que aquí había tomate. Uno tras otro fueron lanzando 'Surface Pro killers', pero es que estos tablets regurgitados resucitados que querían (y quieren) convertirse en la alternativa hipster al portátil tienen un problema.
Que no lo son. Ni sin teclado.
Ese es el gran secreto oculto de unos tablets que se venden como tal (sin teclado) pero que siempre se anuncian con ese accesorio como parte integrante de la foto de familia.
Lo destacaban en una buena reflexión-protesta en PC World, donde precisamente recordaban como Panos Panay llamaba a los Surface Pro 'portátiles' en el blog oficial de Microsoft. Por ejemplo en frases como esta: "This is a powerhouse laptop with 2.5 times more computing performance than the Surface Pro 3". Y no lo son, amigo Panos.


No al menos sin un teclado que no se incluye nunca en estos equipos y que tampoco forma parte de la propuesta de otros muchos fabricantes. Aquí tengo que mejorar, cómo no, a Apple, que tras copiar sin demasiado pudor la idea (parece que el 'Think Different' quedó atrás) con el iPad Pro ha seguido esa misma estrategia: quieren que hagas de todo con esta tablet convertible, pero si quieres teclado o lápiz tienes que comprarlo por separado, y a precio de oro.
De hecho me sorprende que estos accesorios cuesten 149,99 euros en el caso de los actuales Surface Pro 4 y 169/179 euros en el caso de los Smart Keyboard para los iPad Pro de 9,7 y 12,9 pulgadas. Que es el precio, atención, de teclados mecánicos de escritorio de alto copete como el famoso Das Keyboard, mientras que otros puros de gaming como el Corsair K95 rondan los 200 euros.
¿Cómo es posible comparar la tecnología de esos teclados con la de los teclados que nos proponen Microsoft o Apple (por poner dos ejemplos)? No se puede, porque por mucho que presuman de delgadez y tipo de sistema de pulsación, lo que hacen estos teclados es lo de siempre: nutrir las arcas de unas empresas que te venden productos cojos para forrarse a base de accesorios.
Es uno de los grandes problemas de una industria que ha visto en los convertibles la oportunidad perfecta de vendernos una nueva moto: la de una productividad que no lo es sin esos componentes adicionales. Ni siquiera me meto ya en el debate sobre el hecho de que al menos en los Surface Pro tienes touchpad, algo que les da cierta ventaja. Aquí el pecado es no incluir teclado como tal en el pack, punto.
Eso no son portátiles, amigos de Apple o Microsoft. Son tablets que luego uno puede usar como portátiles con algún teclado Bluetooth o con uno de esos carísimos accesorios sin los que esos productos, repito, están cojos de narices. Y los usuarios lo ven tan normal. Porque claro, molar, lo que se dice molar, molan.
Dejad de molar tanto y pensad en lo que necesitáis, no en lo que sale en la foto. Es mi consejo.