Un día triste para los medios online en España

Un día triste para los medios online en España
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Cuando Sir Tim Berners-Lee concibió la prodigiosa World Wide Web lo hizo con un pilar fundamental: el hiperenlace. Enlazar era el alma de una telaraña mundial que se nutría -sería mejor decir que engullía- de enlaces. Todos se convirtieron en agregadores de todos, e incluso medio con contenidos teóricamente originales no veían completa su información si no se agregaban, como mínimo, a sí mismos.

Me gustaría saber qué opina Sir Tim de lo que ha ocurrido hoy en la Comisión de Cultura (qué nombre tan poco acertado para dicha Comisión, pardiez). De cómo el Gobierno de España y los responsables de un proyecto de ley retrógrado quieren volver a repetir errores del pasado que benefician a unos pocos (a los mismos pocos de siempre) y condenan no solo a la inmensa mayoría, sino al propio futuro de un país.

Así escrito parece algo exagerado, pero lo que pretende el Gobierno con el Canon AEDE y con su última actualización sorpresa es un absoluto desvarío, una injusta burrada que va contra la base misma de una Internet a la que ese Canon le quiere robar los enlaces. O más bien, hacérselos pagar a precio de oro. No todos tienen que pagar, claro: los medios tradicionales, las grandes cabeceras, se salvan de la quema. Y lo hacen por la sencilla razón de que millones de lectores podrán leer en ellas críticas probablemente menos contundentes en un periodismo partidista y amiguista que tendrá que devolver el favor de aquí a la eternidad.  Básicamente el Gobierno ha comprado (a falta de la aprobación en el Senado, eso sí) publirreportajes a los grandes medios ad infinitum.

No me voy a explayar mucho más porque en realidad varios colegas del sector ya han hecho reflexiones de más peso y con argumentos más sesudos que los de mi pequeña pataleta. Destaco especialmente la reflexión de Antonio Ortiz en Xataka, con esa Crónica de la historia del mayor robo a internet jamás perpetrado. Pocas veces leeréis a este caballero tan en contra de algo como de este triste Canon AEDE, así que el texto es doblemente valioso.

Muy válidas son también las dos reflexiones publicadas por Ricardo Galli; la primera en El Mundo y la segunda, más visceral y mucho más cruda -Menéame es sin duda el mayor perjudicado por ese anteproyecto de ley- en su blog personal, donde este profesor y emprendedor se lamenta de hasta dónde habíamos llegado... y de lo difícil que harán ahora que lleguemos a ningún sitio más. Hay varias más como este Desmontando el canon de AEDE de Antonio Delgado (y otras que podéis encontrar al final del artículo de Xataka), pero os dejo con esas cuatro píldoras de realidad.

Un día muy, muy triste para Internet y sobre todo para los medios online en nuestro país.