Ubuntu y la promesa incumplida de la convergencia
Hoy tocaba publicar la toma de contacto de Ubuntu en smartphones en Xataka. Grabamos el vídeo el pasado jueves en las oficinas de bq, pero al final la cosa ha tardado algo más en llegar de lo esperado. Sea como fuere, el resultado es muy decente, creo yo:
En el artículo ya dejo claras mis conclusiones sobre esa toma de contacto y lo que ofrece Ubuntu a día de hoy. Es una propuesta valiente pero que hoy por hoy no me aporta absolutamente nada frente a alternativas totalmente asentadas como Android o iOS. Y cuando digo nada, es nada:
- Interfaz: incosistente en el uso de tipografías, tamaño de imágenes y estructura general, pero también incoherente entre los distintos tipos de apartados del sistema. La interfaz que tenemos en los Scopes difiere entre ellos, pero también hay diferencias entre lo que uno se encuentra en las preferencias del sistema, el área de notificaciones o por supuesto las aplicaciones web que no son más que las versiones móviles de los sitios web de distintos servicios.
- Dispositivos: el bq Aquaris E4.5 Ubuntu Edition es un terminal mediocre en todo, y eso no ayuda a vender la experiencia Ubuntu. Por 164 euros (el bq cuesta 169,90) tenemos un Moto G (2014) básico (8 GB de capacidad) que le da sopas con ondas en casi todo. Pero claro, no hay imagen de Ubuntu Touch para el Moto G. De momento.
- Cámara: un apartado fundamental para mi. La cámara es tan mediocre como el terminal, y solo sirve para sacarnos del paso.
- Aplicaciones: pocas y cutres en su mayoría por lo que pude ver. Alguna joyita disponible, como la terminal de Ubuntu, pero como en todo lo demás el estado de Ubuntu es verde que te quiero verde.
- Usabilidad: centrar la experiencia en los Scopes es curioso, pero no sé si esos agregadores de información y contenidos pueden competir con un paradigma al que ya nos hemos acostumbrado y que no funciona nada mal. Lo he comentado en Xataka: las ventajas de los Scopes -muy orientados al consumo de contenidos- se ven desequilibradas por sus limitaciones a la hora de interactuar con esos contenidos. Los gestos táctiles son destacables por su fluidez, pero de nuevo el resultado no es necesariamente mejor que el que ofrecen experiencias consolidadas. Buen esfuerzo de Canonical, no obstante.
- Convergencia: la gran decepción. No existe esa convergencia que Shuttleworth nos vendió a finales de octubre de 2011.
Esa convergencia está en la última posición de la lista, pero en realidad es la más importante de todas esas razones que me hacen no recomendar este móvil a nadie. Porque precisamente la convergencia es lo único que puede sacar a Ubuntu del nicho de mercado en el que se quedará irremediablemente. Los linuxeros, ubunteros y gente con cierto perfil friqui probablemente le den una oportunidad a este terminal, pero me temo que la inmensa mayoría de los usuarios jamás verá nada que interese en esta plataforma.
Y es que da igual que la propuesta de Canonical sea original en algunos apartados. Es un “me too” de la movilidad como el que han protagonizado Microsoft con Windows Phone hasta ahora (veremos qué pasa con Windows 10) o Firefox OS, del que espero que en MWC2015 cuenten algo jugoso porque de lo contrario estaremos asistiendo a su desaparición total. Ni estas ni otras plataformas han logrado rascar cuota a Android o iOS por la sencilla razón de que no ofrecían nada especialmente diferencial. Y Ubuntu tampoco lo hace actualmente.
Su única esperanza sigue siendo esa convergencia que nos prometían en Canonical hace años. Al paso que vamos Microsoft se le adelantará en esa ambición, pero habrá que darle una chance a Ubuntu for Phones por si las moscas. Pero solo porsi.