Twitch se hace mayor (¿y más aburrido?)
El otro día contaba cositas de mi reciente viaje a San Francisco, pero no mencioné que por allí había una streamer llamada Fuslie que promocionaba nuevos productos de HyperX en ese segmento. Pude hablar un momento con ella y resolví una pequeña duda que me generaba este mercado: la gente que triunfa jugando en Twitch o YouTube, ¿lo hace porque juega muy bien, porque son entretenidos, o por ambas?
Fuslie —que tiene canal en YouTube, no es mucho de Twich— me decía que pueden ser todas esas cosas. Ella, por ejemplo, no era una máquina al Minecraft, que es al que más juega, pero su éxito era que la gente, sus seguidores, la encontraban según ella "cercana". Contar cosas y hacer que la gente pueda compartir esa forma de contarlas requiere desde luego un don, y ella parece tenerlo, así que es relativamente famosa (872.000 seguidores en YouTube).
Pero la fama, como decían en 'Fame!', cuesta. Lo sabe bien la gente que lo es por todo tipo de razones, y aquí hay un claro ejemplo en los famosos de Twitch, que se pasan horas y horas tratando de entretener a sus seguidores un día tras otro.
Y claro, eso que puede relativamente fácil al principio —todo son sorpresas—, acaba siendo difícil a la larga. Por eso la tele funciona como funciona —casi todas las series y concursos tienen fecha de caducidad—. Porque cansa.
Y eso es lo que parece estar ocurriendo en Twitch. Que la gente se está cansando un poco de quienes antes dominaban el cotarro. Lo cuenta muy bien Analía Plaza en El Periódico de España, destacando declaraciones de la streamer Cristinini:
"Los números no son comparables. Son otros tiempos. En España, gente que tenía 100.000 viewers [espectadores] ahora no llega a 30.000. Peña que tenía 5.000 no pasa de 800. No pasa nada: no somos conscientes de lo que cuesta tener 800 hoy en día. Está todo para abajo. Todos para abajo, pegándonos una hostia brutal".
El reportaje incluye un buen análisis comparativo de la situación de los streamers en Twitch y ciertamente los datos son reveladores: prácticamente todos los grandes influencers andorranos de esta plataforma en España (Auronplay, Ibai, Rubius) han caído de forma importante y ahora tienen de media la mitad o menos de los espectadores que tenían hace dos años. ¿Qué ha pasado?
Pues entre otras cosas, que los streamers latinoamericanos les están robando la cartera. Antes los espectadores de Latinoamérica no tenían grandes referentes allí, pero ahora eso parece estar cambiando, así que por lo visto todas esas sesiones de madrugada que tan bien les funcionaban a los Ibai y Rubius ahora ya no tiran tanto. Esos espectadores están simplemente en otros lados. Ya no hay tanto megainfluencers y parece que las comunidades de 1.000 fans afloran.
El número de creadores ha crecido, y los espectadores se han repartido más porque, entre otras cosas, quieren conocer otros canales. Y eso pasa porque los que ya conocen les acaban aburriendo, como las 20 últimas temporadas de los Simpsons. Mantener el nivel de entretenimiento no es fácil, y los creadores —y aquí puedo entonar el mea culpa desde mi rinconcito— difícilmente salen del formato que conocen y dominan (me pregunto cómo reaccionarán a eso los streamers). Suelen tratar de exprimir lo que conocen y funciona, al menos hasta que deja de funcionar estrepitosamente.
Luego hay otro tema. En esa conversación con Fuslie le preguntaba por su horario, y me contaba que trabaja básicamente sin horarios, cuando le apetece, pero siempre emite cuatro o cinco días a la semana, y normalmente trabaja los fines de semana. Yo le decía "caray, ¿y eso no hace que tengas problemas para quedar con tus amigos? La mayoría de la gente libra el fin de semana". Ella no le daba importancia a eso porque su círculo más o menos seguía esa misma rutina. Qué cosas.
Yo lo comentaba con un amigo este fin de semana y ambos llegábamos a la misma conclusión. Es casi imposible que esa chica pueda mantener ese ritmo y esa rutina muchos años. La gente suele acabar teniendo pareja y/o familia, y si no la tiene la tienen sus amigos, así que lo que antes compartían con su círculo acaban sin compartirlo con nadie. Igual eso acaba cambiando, pero diría que parece difícil que al final uno no se acople a los horarios de trabajo tradicionales porque el mundo, nos guste o no, es así. Así que yo le comentaba a mi colega algo obvio. "¿Cuántos años pensará esta chica que le quedan de streamer?". Supongo que muchos streamers se lo plantearán, y supongo que sobre todo los más famosos no estarán tampoco muy preocupados con esto: ya se inventarán cualquier otra cosa cuando se cansen, si es que no están diversificando ya.
Pero hay mucha gente intentando llegar arriba que le está dedicando muchas horas, y yo me pregunto cuánto tiempo pueden aguantar así. Analía Plaza citaba las palabras de Adrián Padilla, que ha analizado el tema y llegaba a una conclusión clara: "tú te haces mayor y tu público también".
Y ante eso, una vez más, peligro. Si lo sabré yo, que llevo ya 18 años con Incognitosis y me he hecho la mar de mayor, como mi público :P Por el camino han pasado un montón de lectores que comentaban y dejaron de hacer ambas cosas, y los que llegáis supongo que pensáis lo mismo: estos posts que ahora os parecen increíbles pozos de sabiduría —que lo son, ojo—, en un tiempo os parecerán un más de lo mismo, porque el ser humano tiene un problema (o quizás una virtud). Se acostumbra a todo.
Y cuando eso pasa, sobre todo en el entretenimiento, mal. Twitch se nos hace mayor, y sus influencers también. A ver cómo salen de esta. No me imagino a ElRubius o a Ibai en 20 años retransmitiendo partidas de Minecraft, la verdad. Que puede ser, pero oye, no me los imagino ahí.