Tu contenido debería ser tuyo

Imagina que quieres publicar una reflexión sobre algo en internet. Lo normal en estos tiempos es que lo publiques en Twitter, luego en Facebook,  luego en Threads, luego en Mastodon, luego hagas una foto ilustrativa para Instagram, luego hagas un vídeo corto para TikTok y YouTube Shorts, luego un vídeo largo para YouTube, luego un podcast para Spotify y luego mueras de un telele.

Evidentemente estoy exagerando, pero la idea es clara: si quieres estar en internet, lo ideal es que estés en todos lados, y eso supone gestionar plataformas de forma (normalmente) independiente. Hay o había (IFTTT) herramientas gratuitas que permitían automatizar esta tarea, pero lo cierto es que difundir el mensaje a todos lados no requiere un altavoz, sino muchos. Y hay algo más:

Ninguno de esos altavoces es tuyo, así que te los pueden quitar.

Twitter puede banearte, como casi cualquier otra red, y no podrás hacer prácticamente nada por evitarlo o por recuperar esa cuenta porque ya no hay gente en los servicios de soporte y hablar con alguien humano que solucione el problema es misión imposible. ¿Qué hacer entonces?

Fácil: publicar en tu sitio y que ese contenido se difunda solo.

Eso es precisamente lo que propone David Pierce en su estupenda reflexión de hace unos días en The Verge. Titulada 'The poster's guide to the internet of the future' ('Guía para publicadores en la internet del futuro', en una mala traducción literal), la idea del redactor era la de prepararnos para un potencial futuro en el que uno pudiera tener un blog en el que generar y controlar su contenido para que luego este se propagase por todos lados y a través de todas las plataformas de forma automática.

Ahí es donde entra en acción POSSE (Publish (on your) Own Site, Syndicate Everywhere), un acrónimo algo complicado pero que lleva algún tiempo circulando por ahí. Yo no lo conocía, ojo, y aunque la propuesta no es del todo original, sí parece una buena alternativa de futuro a esta caótica y preocupante situación actual. Sobre todo, porque las plataformas y las redes sociales se están convirtiendo en un horror.

Delia Rodríguez hablaba de ese problema en una reciente columna en la Vanguardia titulada 'Navegar mejor', y allí nos animaba a huir de esos algoritmos que nos han "reblandecido las cervicales y el cerebro". A seguir a la gente allí donde publica evitando el algoritmo: a visitarles expresamente a ellos: su perfil de Twitter, su canal de YouTube, su cuenta de Instagram, pero hacerlo directamente, no fiándonos de que el algoritmo nos va a mostrar siempre lo último que han publicado porque normalmente no lo hará.

La propuesta de Delia era estupenda, pero algo incómoda por los citados algoritmos. Seguir a la gente es más difícil cuando esa gente no controla su propio contenido, y eso es precisamente lo que trata de resolver POSSE. Citando a David Pierce, que lo explica muy bien:

En un mundo POSSE, toda la gente tiene un nombre de dominio y un blog. Cuando quieres publicar algo, lo haces en tu blog. Luego, tu larga entrada de blog puede dividirse en trozos y publicarse como un hilo en X y Mastodon y Threads. Todo ello puede ir a tu página de Medium, a tu Tumblr y a tu perfil de LinkedIn. Si publicas una foto, puede ir directamente a Instagram, y un vídeo vertical puede ir directamente a TikTok, Reels y Shorts. Tu publicación aparece de forma nativa en todas esas plataformas, normalmente con algún tipo de enlace a tu blog. Y tu blog se convierte en el centro de todo, tu hogar principal en Internet.

Pierce menciona a Tantek Çelik, que además de proclamarse escritor, inventor, corredor y científico es por lo visto un antiguo defensor de la idea. El propio Çelik publica un post en su blog en el que hace comentarios al de The Verge, y destaca algunos de los puntos en los que incide Pierce. Hasta las respuestas a los comentarios se publican desde tu blog, porque "ser propietario de tus datos significa ser también propietario de tus respuestas", decía.

Él mismo explica cómo aplicar esta filosofía, algo que parece a priori un poco más complicado y engorroso pero que supongo que será como todo: una vez haces las cosas unas cuantas veces, la complejidad desaparece. Como suele decirse, la práctica hace la perfección, y desde luego la idea es intrigante. Lo es porque de repente tu contenido sería efectivamente tuyo, no del Twitter o el YouTube de turno (aunque el vídeo tiene más miga porque requiere muchos recursos).

Las cosas, eso sí, no son tan fáciles. Cuando ayer compartía ese post en X rápidamente aparecían Manel Rodero y Pako Verdeja para recordarme que no todos son como nosotros, frikis de las narices. No todos se sienten cómodos pasando horas delante de una pantalla y haciendo cosas de frikis de las narices. Como por ejemplo registrar un dominio o montar un blog, que para mí son cosas triviales pero que para mucha gente probablemente serían problemas con los que no sabrían por dónde empezar (Pista: Google ChatGPT).

A mí me encantaría que algo así se hiciera popular. Que todo el mundo tuviera su rinconcito en internet. Su blog, por ejemplo, con su dominio pericodelospalotes.com. Y poder encontrarlos siempre allí, pero también tener la certeza de que habría formas de seguirles en otras plataformas porque todo su contenido —que seguiría siendo suyo— se habría difundido por todo tipo de plataformas.

Pero la visión de Pierce, Çelik o cualquier tecnooptimista que crea que ese es el futuro que nos espera tendrá que convencerme de algo importante:

Que la gente va a querer mover un dedo para lograrlo.

Esa es la triste realidad. El incentivo para montarse ese invento POSSE es interesante a la larga, pero ni siquiera yo tengo muchas ganas de experimentar —qué pereza—, y si es así en mi caso, que tengo un blog, gestiono mi dominio y tengo cierta experiencia, no imagino cómo podría convencer a mi madre o mi vecino de que se apuntaran a la moda POSSE. Me imagino la conversación con cualquier colega.

—Oye Jerry, ¿tú tienes cuenta en Facebook y en Twitter, no?

—Bueno, tengo cuenta en Facebook y en X.

—Ya empezamos. Para mí seguirá siendo Twitter siempre.

—Lo que tú digas. Pero sí, tengo cuenta en ambas.

—¿Y tienes blog?

—¿Que si tengo qué?

—Blog, ya sabes, como yo con Incognitosis. Solo necesitas un dominio y en dos patadas podrías montarte un blog con plataformas como WordPress. Y todo lo que publicaras sería tuyo y podrías controlarlo totalmente.

—No entiendo ni papa de lo que me dices. Yo ya controlo lo que publico. Lo hago cuando quiero y donde quiero.

—Ya pero Facebook y Twitter pueden quitarte la cuenta cuando quieran.

—¿Facebook y X, quieres decir?

—Qué pesao. Ya en serio. Pueden.

—Bueno, podrían claro, pero tampoco estoy haciendo nada peligroso. Solo comparto memes y fotos de gatos.

—Pero si lo hicieras en tu blog sería guay y de verdad que puedo ayudarte y...

—Mira Harry, que me dejes en paz. Que soy muy feliz dejando que lo hagan por mí y sin pagar ni un duro.

—Pero es que usan tus datos y te ponen publi y te espían y...

—Que me da igual. Que no me preocupa.

—¿Cómo que no te preocupa? ¿¿Cómo es posible??

—Por que no soy como tú, friki de las narices.

—Touché.

Y así con todo el mundo, chavales. Batalla (creo) perdida.

Pero como idea bonita, lo es.