¿Trabajar todo el día de pie o todo el día sentado?

Llevo bastante tiempo intrigado por el tema de las mesas para trabajar de pie, o "standing desks", como las llaman en ese país, EE.UU., donde parecen generarse todas estas frikimodas. Kevin Tofel, que escribe mucho y bien en GigaOm, lleva hablando mucho tiempo de este forma de trabajar, e invirtió una pasta (900 dólares) en una mesa de Jaymill que podía funcionar en ambas posiciones y que tiene muy buena pinta (vídeo aquí).
No me he acordado mucho del tema últimamente, pero hoy he visto un artículo de otro bloguero que lleva nada menos que dos años trabajando de este modo, y que contaba su experiencia. A bote pronto, todo tiene una pinta fantástica: mejoras la postura, fortaleces la espalda, adelgazas (eso dicen) y no te sientes cansado al final de la semana (ejem).
En los comentarios --algo agresivos, pero que el autor maneja con elegancia-- algunos apuntan que en realidad eso no puede ser bueno, e imponer ese esfuerzo a las piernas (sobre todo, a las rodillas) o a la espalda puede ser contraproducente, sobre todo si uno tiene cierta edad. Un graciosete añadía que sin un asiento bajo el trasero, lo de disimular los cuescos sería además mucho más complicado --cierto, cierto--, pero me temo que ese punto en contra no es tan preocupante.
Se lo tome uno en serio o no, lo cierto es que el tema me intriga, sobre todo porque hace años me detectaron una hernia discal. Teniendo en cuenta que mi postura frente al ordenador no siempre es la mejor (lo intento) y que sentarse tanto tiempo como hacemos unos cuantos no es en absoluto bueno, quizás hacer algo así ayudaría a reforzar musculatura. Pero claro, quizás me acabase de cargar el tema. Algunos van más allá de las mesas para trabajar de pie, y además de hacerlo de ese modo, ponen debajo una cinta para andar, como las que existen en los gimnasios para correr. No entiendo muy bien cómo se puede trabajar adecuadamente mientras se anda, pero supongo que todo es posible.
Todo un invento que tendrá sus posibles efectos beneficiosos, si uno no abusa, claro, como en todo. Por supuesto, hay detractores de esta práctica, que algunos consideran como una nueva moda creada por los ciberfriquis de Silicon Valley. No sé. Si hay algún traumatólogo, fisioterapeuta o experto en el tema, que nos ilustre, por favor. Mientras, aquí hay algunas pistas que parecen desaconsejar esa práctica. Uf.