El jueves y el viernes estuve de viaje de trabajo en Bruselas. Qué bonita ciudad, por cierto. Llena de mejillones, cervezas y chocolates, gentes afables y calles y monumentos estupendos llenos de vida. Eso dicen las guías turísticas, claro, porque yo de Bruselas vi tres cosas: el aeropuerto, el hotel