Star Wars: el despertar de la fuerza (no spoilers)

(No hay spoilers)

No recuerdo haber asistido jamás a un estreno de estas dimensiones en el cine. En Kinépolis había colas asombrosas para entrar en las salas, y uno no podía por menos que imaginar qué hubiera pasado si hubiera habido algún problema con la gestión de las entradas. Pero no lo hubo. La gente fue entrando con algo de nervios, pero de forma relativamente ordenada, y tanto mi compañero de estreno, Juanky (¡ole!), como yo, también pasamos sin mucha más historia.

Y una vez dentro, a disfrutar. O a intentarlo, porque da igual que pagues tus 10 euros de entrada: no te libras de 15 o 20 minutos de publicicidad y algún que otro tráiler. Por fin comienza la película, que en perfecta sintonía con la saga se inicia con la banda sonora y los efectos de texto de siempre que eso sí, desde el primer momento ya dan pistas sobre una de las grandes incógnitas de toda la etapa previa al estreno. Ya sabéis, sobre #whereisLuke.

A partir de ahí acción y entretenimiento sin demasiadas pausas, sin demasiadas reflexiones, y con muchos huecos -tantos como para una trilogía intermedia, diría yo- por cubrir entre el sexto y el séptimo episodio. Los 32 años que separan ambas entregas dejan sorprendentemente poco castigado a Harrison Ford -el tío sigue hecho un figurín- pero bastante más a Leia. Y no voy a decir más de lo que se ve en el tráiler salvo que afortunadamente el tráiler solo cuenta una pequeña parte de lo que ocurre en la película. Aquí hay que estar muy agradecidos a Disney, Abrams o quien quiera que haya tomado esa decisión, porque eso da margen para que la película nos sorprenda, o al menos trate de hacerlo.

De los personajes me quedo con uno: Daisy Ridley, que encarna a ‘Rey’, y que es un verdadero descubrimiento. Fantástica. Menos llamativo es John Boyega (Finn), y de los demás prefiero no hablar de momento para no destrozaros la peli, pero hay tanto buenas como malas noticias. La historia es decente, los efectos son correctos y se agradece que no acaparen demasiada atención, y hay algún que otro momentazo importante.

Y sin embargo, la película es simplemente eso. Decente. ¿Es mejor que la trilogía moderna? Sin duda, pero eso no era muy difícil. ¿Es mejor que la original? Yo diría que un poco a medio camino entre “Una nueva esperanza” y “El imperio contraataca”. Y cuando digo a medio camino me temo que soy un poco benevolente. No se acerca a la quinta entrega, aunque hay que reconocerle el mérito de dejarse ver.

Y sin embargo, como decía, demasiadas incógnitas. No solo las que nos resolverán los episodios VIII y IX, sino las que probablemente no nos resolverán a no ser que Disney se invente esa trilogía-precuelística o quizás una serie de animación. Hagan lo que hagan una cosa está clara: se van a seguir forrando. Ver el cine hasta la bandera un jueves a las 12 de la noche, con la mayoría de la gente teniendo que trabajar o estudiar mañana, lo deja muy claro. Menudo filón, majos. Me recuerda un poco a Apple. Da igual lo que saque la factoría Disney con Star Wars: mientras esté rodeado del halo de la fuerza, tienen crudo estropear el negocio.

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