¿Soy mejor al ‘Battlefield 1’ con una GTX 1080?

¿Soy mejor al ‘Battlefield 1’ con una GTX 1080?
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Exageré un poco hace unas semanas cuando os conté que (Harry) era el peor jugador del mundo de Battlefield 1. Debo estar entre los 10 o 12 peores, pero lo cierto es que en esa última fase del año las horas de práctica surtieron su efecto.

En las puntuaciones finales con partidas online de 32 contra 32 solía andar entre el 30 y el 31 en mi bando, y ahora rondo siempre el puesto 20. ¿Cómo lo he logrado? Pues yo creí que podría mejorar si tuviera un equipo más potente en el que todo fuera más fluido, pero la realidad es otra. Aquí viene la historia.

Trabajar en Xataka tiene algunas ventajas, y una de ellas es poder probar cosas que mucha gente no podría probar fácilmente. Y precisamente una de esas últimas cosas que probé fue el HP Omen X, un equipo descomunal tanto en tamaño como en precio en el que destacaba un componente en especial: su gráfica, una Nvidia GTX 1080.

Antes de las pruebas estuve planteándome seriamente invertir en actualizar mi PC. Tras analizar el mercado tenía dos opciones: o hacía una actualización menor y tiraba de gráfica y poco más, o me lanzaba a un equipo nuevo en el que hubiera podido aprovechar la fuente de alimentación y poco más en mi PC actual. La diferencia era brutal, claro, y como no tenía muchas ganas de romper la hucha me dije que quizás una GTX 1060 o una RX 480 podrían ser buenas opciones. No especialmente baratas, ojo, porque los fabricantes se han subido a la parra y a pesar de la fama de precio/prestaciones de las GTX 10x0, una GTX 1060 con 6 GB no bajará probablemente de los 250 euros, y lo mismo para las Radeon RX 480, que finalmente hubieran sido mi opción porque atentos, AMD cuida mejor a sus usuarios a largo plazo.

Este fue mi entorno de trabajo en casa durante unos días. La cosa mola hasta que te enteras de que ese mastodonte de la izquierda cuesta 3.000 euros. Jarl.

En esas estaba. Deshojando la margarita, ya sabéis. Me la compro, no me la compro, me la compro, no me la compro... y en estas llegó la oportunidad de probar el Omen X. Fantástico, me dije. Si con este equipo no mejoro, es porque soy un lerdo en los FPS. Un verdadero gamer de corchopan, podría decirse.

Así que manos a la obra. Tras pasar todas las pruebas sintéticas pasé también todas las que daban un poco la referencia de potencia en videojuegos. Aquí debo decir que aunque FRAPS mola como herramienta para sacar la tasa media de fotogramas por segundo, esa medida es, como decían hace años en The Tech Report, un poco engañabobos. No es una referencia del todo válida, pero es cierto que la industria la acepta de facto y al final casi todos los medios seguimos esa norma no escrita del análisis de la potencia gráfica de los videojuegos.

Sea como fuere, cuando terminaron las pruebas pude irme al ocio y no al negocio. O lo que es lo mismo: me puse a jugar al 'Battlefield 1' como si no hubiera mañana. Estuve dándole al ratón y al WASD como un loco durante unas cuantas horas a lo largo de los días siguientes, y lo hice con la idea de que de repente mejoraría un montón. Que jugar con mayor tasa de FPS, a mejor resolución, con mejor calidad y sin lag me convertiría en una máquina (virtual) de matar. Headshots a mí y todo eso. ¿Era de repente mejor al 'Battlefield 1' al jugar en un maquinón que me permitía jugar con más calidad y fluidez? Aquí va the inconvenient truth:

No. Soy igual de malo que era.

Esa fantástica revelación me ha llegando de gozo y júbilo, sobre todo porque me voy a ahorrar una pasta importante que seguramente hubiera dado para un post simpático en Incognitosis pero que no hubiera tenido mayor impacto en mi vida. 'Battlefield 1' me ha costado por ahora los 47,90 euros que pagué por él en noviembre y otros 11,99 que pagué por unos auriculares gaming muy modestos por si me apetecía ir en plan gamer profesional de corchopan. Pero es que me podía haber costado cerca de otros 300 euros más si me compraba una gráfica. O 400 euros más si además añadía más y mejor memoria de la que tengo. O, ya puestos, otros 1.000 euros más si hubiera actualizado el PC para hacerme una configuración de este estilo (PCPartPicker es una pasada). O, subiéndome aún más a la parra, otros 2.000 euros más si además hubiera ido a por un monitor gamer, y desde luego no me hubiera conformado con nada inferior a un 1440p con tasa de refresco de 144 Hz y soporte FreeSync. Algo tipo esto, por ejemplo, ya que estamos.

Y por supuesto en este tipo de configuraciones el cielo es el límite, así que uno se puede gastar todo lo que quiera y aún así tener margen para más y más y más pijadas. Aquí el amigo que publicó imágenes de sus 'gaming rigs' en Imgur me dejó un poco claro que si tienes pasta (y no tienes mujer ni hijos ni vida social fuera de internet) puedes aspirar a gastarte cantidades irreverentes de dinero en estos temas.

¿Para qué? Pues en mi caso, para poca cosa. Seguro que juego más a gusto (disfruté mucho con el Omen X, que conste), y seguro que puedes publicar un montón de fotos friquis de tu configuración en Reddit, pero para el uso que le voy a dar yo la idea era absurda.

De hecho tuve el acierto de medir la tasa de fotogramas por segundo de mis sesiones de 'Battlefield 1' en mi PC de siempre. El Intel Core 920 ha cumplido ya ocho años, mis 6 GB de RAM se quedan algo cortos, y mi Radeon R9 280 de hace dos años ha sido claramente superada por las gráficas actuales. ¿Qué rendimiento me dan en BF1? Pues unos 42 FPS de media en 1080p con todo en calidad normal. Muy lejos de los 71 en 1440p y calidad 'Ultra' que me daba la GTX 1080 del Omen X, pero para lo que yo juego, suficientes.

Y sobre todo, para lo malo (o bueno) que soy. Como decía al principio, he mejorado sensiblemente al 'Battlefield 1', pero lo he hecho no yendo como un pollo sin cabeza, siguiendo las órdenes a la hora de atacar y defender, y no ser tan independiente para tratar de jugar más en equipo, algo que (os lo aseguro) funciona a la hora de ganar puntos.

Sé que alguno por aquí me dirá que estoy loco —sobre todo si es gamer y ha invertido ya una pasta—, pero esto es como todo: hay a quien le compensa esas mejoras sensibles en su experiencia, y hay a quien no. Y para lo que juego y cómo juego, como decía, yo feliz como una perdiz.

Ale, voy a jugarme una partida a 42 FPS a vuestra salud.