Soy alérgico a los antivirus

Soy alérgico a los antivirus
virus

(Vuelvo después de un breve parón por mini escapada) No soy muy amigo de los porsis, porque buena parte de la gente que intenta

engañarte

venderte cosas lo hace centrándose no en que resuelven un problema real, sino en tu miedo a que ese problema exista. Es lo que sucede en el mundo de los paraguas (toma ejemplo), de los seguros o, claro está, en el de los antivirus.

Creo que hace literalmente más de una década que no instalo un antivirus comercial como tal. Cuando he usado Linux u OS X estas cosas no se llevaban, y en Windows siempre he utilizado el anvirus que integraba el sistema operativo (Windows Defender) o como mucho he probado alguna solución gratuita que al final acababa desinstalando.

—Pero Javipas, ¡estás loco! ¿Y qué haces para protegerte?

—Fácil. Tener sentido común.

No descargo cosas raras, no hago clic en cosas raras y tengo bastante cuidado a la hora de usar tecnología. Eso no me salva, claro, pero usar internet y la tecnología con sentido común minimiza los riesgos bastante.

Hace tiempo que en tengo claro que en seguridad informática los malos van muy por delante de los buenos. Lo he comprobado alguna vez hablando con expertos como Román Ramírez u Omar Benbouazza, organizadores de la RootedCON que se celebró precisamente hace poquito, y que te meten el miedo en el cuerpo de mil maneras distintas. Román, por ejemplo, sería un

buen

grandioso vendedor de seguros. Y de antivirus, más. Se forraría, el tío. Pero él mismo probablemente esté de acuerdo conmigo en esa conclusión: ningún antivirus puede sustituir a un buen sentido común a la hora de usar la tecnología, así que si usas ese programa piratilla, o haces clic en ese enlace que dice que has ganado un premio, o én esa foto que de repente te manda un familiar o amigo que jamás te manda una foto por correo, estás xodit. Literalmente. Eso te pasa por no usar el sentido común.

Precisamente gracias a Román y a gente que uno escucha en la RootedCON me doy cuenta de mis muchas limitaciones. Da igual que haya estudiado la ingeniería de informática, que esté todo el día al loro de novedades o que me maneje con cierta soltura con Linux, por ejemplo. Si algún chico malo quiere hacerme pupita informática, lo va a conseguir. Y probablemente más temprano que tarde, porque que sepa de esto no significa que sea mucho menos vulnerable que cualquier hijo de vecino. Al final el chico malo ataca al eslabón más débil, y creedme, siempre hay un eslabón débil.

De eso hablaban hace unos días diversos medios. El debate lo disparaba Robert O'Callahan, ex-desarrollador de Firefox, que hacía este comentario bastante contundente:

Antivirus software vendors are terrible; don't buy antivirus software, and uninstall it if you already have it (except, on Windows, for Microsoft's).

El tipo se explicaba indicando que no había evidencias claras de que soluciones propietarias proporcionaran mejor seguridad que la de Microsoft, incluida de serie con Windows 10. Esas mismas empresas que se quejan de que Microsoft no les deja hacer bien su trabajo no hacen que el trabajo de otros (desarrolladores de navegadores, por ejemplo) sea tampoco fácil, destaca, pero es que la industria de los antivirus es de por sí poco amigable porque como digo se centran básicamente en que tengas miedo. Cada semana recibo varias notas de prensa con mensajes apocalípticos y estadísticas que revelan básicamente que el mundo, tal y como lo conocemos, acabará al día siguiente.

Entonces llega el día siguiente y todo sigue (más o menos) igual.

En Ars Technica hablaban del tema y ponían un slug curioso a la URL ("antivirus-is-bad"), pero daban un titular y sobre todo un subtitular que creo que resumen especialmente especialmente bien la situación y mi recomendación:

It might be time to stop using antivirus Update your software and OS regularly instead, practice skeptical computing.

Me gusta lo de skeptical computing. Creo que me lo voy a apropiar un poco. Ale, ya sabéis. Sed escépticos y borrad esa maldita versión de evaluación de McAfee de ese equipo que os acabáis de comprar. Usad Windows Defender, actualizad con alegría y sobre todo, ya sabéis, tened sentido común. Ya solo os queda cruzar los dedos para que a ningún chico malo se le ocurra querer hacerlos la puñeta. Porque creedme, si quiere, os la hará. Ni todos los antivirus del mundo os salvarán de eso.