Sobre los Premios Xataka 2017 y los fans de Incognitosis

Hace unos días se celebró el evento Xataka Live Citizen, y englobado en él se entregaron los Premios Xataka 2017 en los que como cada año lectores, editores y analistas externos votaron para determinar "los mejores" productos del año.
En estos particulares "Oscars de la tecnología" hubo de todo para todos, con críticas de los usuarios a los de siempre, Apple, por no asistir a la gala —política de empresa, argumentan— y con la entrada fuerte de Xiaomi, que demostró que su llegada a nuestro país está empezando a tener el impacto que muchos esperábamos.
El evento está montado cada vez más a lo grande. Del Teatro Goya de 2015 pasamos a Kinépolis en 2016 y al Palacio de Cibeles en 2017. Montar el evento con el Ayuntamiento de Madrid (de ahí lo de Live Citizen) tiene su punto, pero aquí yo soy un poco egoísta y creo que los premios y el evento en sí deben tener entidad propia. Seguro que me equivoco en mi apreciación, pero los premios del año pasado me gustaron más por enfoque y sitio (la acústica del Palacio de Cibeles, que bonito es a rabiar, era una basura, la verdad).
Hace ya tiempo que aprovechando la gala se organizan charlas paralelas en las que los que trabajamos para Weblogs SL y Xataka participamos en debates con expertos y directivos de empresas y otros medios. Este año el encuentro ha tenido también una patita algo especial con la participación de Ana Pastor o Íñigo Errejón en un par de charlas —solo vi un rato de la de mi prima, y la verdad, era bastante tostón a pesar de que prometía—, pero aparte ha habido charlas más friquis como la que me tuvo a mí entre los participantes.
https://youtu.be/seIXimR9oG0?t=59m37s
Se trata de la mesa redonda titulada '¿Pagaremos más por un Smartphone que por un laptop?', en la que compartí escenario con Carolina Denia (Clipset), Ángel Jiménez de Luis (El Mundo), Jaume Lahoz (Topes de gama), María Sánchez (LG) y Amparo Babiloni (moderadora y coordinadora de Xataka Android).
En la charla —el vídeo está preparado para comenzar a reproducirse en el minuto 59:27, cuando se inicia nuestra mesa— todos debatimos animadamente sobre esa cuestión, y aunque en general nos mostramos de acuerdo en la respuesta a esa pregunta ("sí") también quedó claro cómo cada uno vemos las cosas de forma distinta, que mola para darle salsilla al debate. Se habló además de la convergencia, de la que yo llevo hablando por aquí desde hace años, o de esa gran pregunta que muchos se plantean ahora, y es si merece la pena o no gastarse esos más de 1.000 euros que cuestan algunos de los últimos bicharracos del mercado. ¿Quién ganó en el debate? Pues yo, claro :)
Por si tenéis curiosidad, tras esa charla está un encuentro de buena parte del equipo de Xataka con los lectores. La idea de dicho encuentro la propuse a los jefes el año pasado, cuando algunos de los asistentes nos criticaron a posteriori que durante la pasada gala no hablábamos con los lectores, como si fuésemos un poco élite. Nada más lejos de la realidad, y precisamente por eso se me ocurrió que este año pudiéramos contestar a sus preguntas en directo
y recibir tomatazos. Al final asistieron muy poquitos lectores a ese encuentro en directo —decepción personal gorda— aunque sí hubo algunos y también preguntas a través de quienes lo vieron por streaming. La charla fue cordial y con algunos puntos interesantes aunque para mi gusto demasiado "políticamente correcta". Lástima porque era la oportunidad de que quienes nos dan cera en los comentarios lo hicieran en directo, y aquí está claro que esa capa de protección que proporciona el anonimato hace que en la vida real los lectores no quieran
lanzarte tomatescriticarte con el mismo tono que usan en esos comentarios en la publicación.
Lo mejor del evento en mi opinión fueron, más que la charla, los encuentros. Aquí hay dos partes, una más especial que otra para mí. La "menos especial", aunque chula, es la de poder ver de nuevo a gente a la que no ves durante todo el año, tanto por compañeros de equipo —en Weblogs SL y Xataka hay gente de toda España y alguno de más allá— como por compis de una prensa tecnológica que, como suele decirse, es un verdadero pañuelo (y nosotros los mocos, yep). Mola reencontrarse con unos y con otros, aunque en esto te sientes un poco como en las bodas: da rabia no poder haber hablado más con este o aquel, porras.
¿La más especial? Que se me acercaran dos lectores a presentarse y conocerme personalmente. Uno de ellos era lector mío en Xataka. El otro encuentro me emocionó aún más, porque el chico (¡hola Daniel!) venía al evento desde Valencia y se me acercó por ser lector fiel de Incognitosis desde hace 7 u 8 años. Solo hablamos 5 minutos —él parecía estar agobiado por molestarme o algo, como si yo fuera Elon Musk—, pero fueron suficientes para confirmarme cierta sensación. De hecho cuando pasan cosas de estas me doy cuenta de que lo que hago en Incognitosis es realmente relevante para algunos de vosotros. Eso llega a la patatita, por decirlo en plan gracioso, que tampoco quiero ponerme demasiado profundo.
Ese es el recuerdo que me llevo de los premios de este año. No el sitio, no los compis, no la gente del sector, no las charlas. Me llevo el recuerdo de un chaval que vino a verme porque le gustaba lo que hacía por aquí. Eso es muy grande, majos. Gracias Daniel, y gracias a todos.
PD: Como postre, aquí tenéis una hoja de cálculo en Google Sheets en las que están los ganadores oficiales y los candidatos a los que yo voté como parte del jurado (puedo publicar mis votos, no hay miedo). En algunas categorías no voté por no conocer demasiado los productos, y en otras solo voté a algunos de los candidatos. La sorpresa para muchos estará en el ganador del móvil de gama súper-alta: voté al iPhone X, pero aquí me pasó un poco como en política. No voté al mejor, sino al que para mí era el menos malo (guiño, guiño).