Sobre la Raspberry Pi 3 y nuestra capacidad de asombro

Sobre la Raspberry Pi 3 y nuestra capacidad de asombro
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Lo contaba rápidamente esta mañana en The Unshut, y resulta que el post se ha convertido en el más leído con diferencia de mi blog en inglés en su corta historia. A estas alturas ya lleva cerca de 5.000 visitas gracias a un comentario que he puesto en Reddit y que también está a tope de votos (1.445 ahora mismo, qué burrada). Es curioso lo de las comunidades de usuarios, porque he publicado lo mismo en The Verge y Hacker News y allí mi pequeña reflexión parece haber pasado sin pena ni gloria.

Lo cierto es que no pensaba hablar de la Raspberry Pi 3 demasiado. Total, ya está todo mascado, ¿no? Publiqué algo el sábado en Xataka cuando se supo que iba a integrar WiFi y Bluetooth, y hoy se confirmaban esas especificaciones y su salida oficial, así que como suele decirse, el pescado estaba vendido.

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Pero claro, no lo estaba del todo, sobre todo cuando uno veía la rácana cobertura de los medios -y aquí entono el mea culpa- al hablar de un dispositivo sencillamente prodigioso una tras otra vez. Toca citarse a uno mismo en inglés desafiando a todo y todos con ese mismo comentario que hacía en Reddit:

Having an (almost) complete PC for $35 with WiFi and the rest of its features is something amazing that seems to be quite normal. It amazes (and saddens) me how most people is unimpressed by this.


Lo que decía: es realmente increíble que cualquiera pueda comprarse por menos de 50 euros (por aquí la he visto a 45) un aparato que puede ofrecer casi por sí solo la misma experiencia básica que no hace mucho teníamos con un PC de sobremesa o un portátil. Cierto que necesitas periféricos y que la inversión total es algo mayor, pero a estas alturas supongo que casi todo el mundo ya cuenta con monitor, teclado, ratón y posiblemente una tarjeta MicroSD y un cargador MicroUSB, así que la inversión es ridícula.

La Raspberry Pi 3 es alucinante, porque además de la integración de WiFi (802.11n, lástima) y Bluetooth contamos con un procesador quad-core a 1,2 GHz ARM Cortex-A53 que vuelve a ofrecer una vuelta de tuerca sobre los micros anteriores. Seguimos sin Gigabit Ethernet y ya puestos algunos podrían pedir 2 GB de RAM en lugar del solitario gigabyte que han mantenido, pero es que con esto es posible hacer muchas cosas. Muchas más de las que ya era posible, que ya es decir. Aquí, eso sí, breve mención a los posts de Pimoroni y al de Make: en el que hablan de sus prestaciones (más potencia pero ojo, también más consumo).

Y mientras ahí está la audiencia tecnológica y la no tecnológica, hablando de cosas como el vestido de Charlize, el Oscar de DiCaprio -nunca me convenciste, majete, pero oye, chapeau– o el enésimo debate para la investidura de estos sinvergüenzas cuando el mundo debería estar asombrado ante una maravilla real como esta.

Pero claro, la Raspberry Pi ya nos maravilló una vez, y somos humanos. Nos aburrimos hasta de maravillarnos y vuelve a quedar demostrado que nuestra capacidad de asombro es un asco. De verdad.


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