Smartphones gigantes, oportunidades perdidas

Huawei está que lo tira. No ha presentado uno, ni dos, ni tres productos estrella este año. Ha presentado cuatro, dos de ellos hace apenas un par de horas. Los dos primeros son bien conocidos ya: el Huawei P9 y el Huawei P9 Plus eran básicamente dos iteraciones del mismo terminal en los que lo único relevante que realmente cambiaba era el tamaño de pantalla. De las 5,2 pulgadas del P9 pasábamos a las 5,5 pulgadas del P9 Plus que eso sí, en este último modelo aprovechaban un panel AMOLED, y no un panel un poco más guarripeich, el LCD del P9 "estándar".

Esos smartphones eran además interesantes por ese concepto de cámara dual que combinaba un sensor RGB (colorines, colorines) con uno monocromo (grises al poder). Para quien guste de este último modo en sus fotos —yo lo aprovecho bastante y toda la gente siempre se sorprende de lo chulas que pueden quedar las fotos en monocromo— estos terminales pueden ser una excelente opción, aunque los precios yo diría que siguen siendo algo altos: 435 euros para el Huawei P9 y unos inaceptables 640 euros para el Huawei P9 Plus. Ambos están incluidos —cómo no— en esa prodigiosa guía de compra de smartphones en su edición de 2016 que publiqué hace unos días y que podéis conseguir pinchando en la siguiente imagen:

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El caso es que la gama se completaba hoy con dos modelos singulares. Hablaré primero de ese canto al absurdo que es el "Huawei Porsche Design Huawei Mate 9". Un teléfono de 5,5 pulgadas que por llevar el logotipo de Porsche cuesta la friolera de 1.395 euros. Como ya me conocéis lo dejo aquí. Prefiero no comenzar a utilizar mis extensos recursos en el terreno de la hipérbole y la ironía. Ele.

El que es realmente relevante es el Huawei Mate 9, que recoge el testigo de su antecesor y vuelve a apostar por las grandes diagonales. Nada menos que 5,9 pulgadas que, atención, ocupan en este terminal lo mismo que las 5,5 pulgadas de los iPhone 7 Plus. Lo cual nos recuerda lo gigantes que son los marcos inferior y superior del smartphone de Apple y nos sugiere una apuesta segura: los marcos de los iPhone 8 serán muy distintos. Seguro.

Pero volviendo al presente, como decía, el Mate 9 sorprende por esa diagonal asombrosa y aparentemente inabarcable. Yo era de teléfonos pequeños y acabé dando el salto al OnePlus One de 5,5 pulgadas, así que aunque mi sensación es la de que nunca tendré un móvil de 6 pulgadas prefiero cerrar esta boquita de piñón que dios me ha dado y acudir al "nunca digas nunca jamás". Está claro que si hay dispositivos con estas diagonales es porque la gente los compra, y tras una presentación en la que nos han hablado de todas sus características a mí se me ha quedado una colgada.

¿Dónde está el stylus?

No lo entiendo. ¿Por qué ningún fabricante le copia la idea a Samsung? ¿Cómo es posible que nadie haya sido capaz de aprovechar la debacle del Galaxy Note 7 para robarle la cartera a Samsung? Huawei tenía una oportunidad perfecta con el Mate 9, pero obviamente tomar la decisión de meter stylus o no hacerlo no podía ser algo de última hora: simplemente tenían que haber iniciado el desarrollo con esa capacidad en mente. ¿Por qué no lo han hecho?

stylus

Sinceramente, es algo que no alcanzo a entender. No es el único producto de estas características que evita el stylus. El Xiaomi Mi Max, el Mate 8 del año pasado, los LG V10 y LG V20 o el Nexus 6P son ejemplos claros de pantallas grandotas en las que no había más interacción que la usual. ¿Por qué no aprovechar esas dimensiones para meter un lápiz óptico y darle esa atractiva capacidad adicional a los usuarios?

Que yo haya visto solo hay dos modelos medio decentes haciéndole la competencia a los Galaxy Note: el primero es el LG G4 Stylus (225 euros) que por lo que sé no ha sido renovado este año. No es un tope de gama, pero no está mal y como digo, al menos aprovecha esa capacidad con esa diagonal de 5,7 pulgadas. El segundo, el LG Stylus 2 Plus, similiar pero algo más moderno, por 312 euros.

Esa realidad es por supuesto extensible a cualquier otro smartphone del mercado, y de hecho las fundas con puntero acoplado son bastante populares en esos bazares de carcasas en los que creaciones horribles acaban en manos de usuarios blandengues con ganas de diferenciarse del populacho. Dios los cría y ellos se juntan (carcasas y teléfonos, digo), pero sorprende que incluso en este caso los gama alta del mercado y esas diagonales de 5,5 pulgadas no ofrezcan más opciones en este sentido. No acabo de entenderlo, sobre todo ahora que lo de tomar notas y dibujar en el iPad Pro, el Surface Studio o el Yoga Book de turno está más de moda que nunca.

Así que si algún directivo de empresas de movilidad me lee dos cositas. La primera: sacad al mercado un smartphone grandote con stylus, nunca se sabe. La segunda: despedid al tipo que planifique estrategia y contratadme, que tengo muchos más ases en la manga.