Del tirón: Silicon Valley, temporada 1 (y 2)

Del tirón: Silicon Valley, temporada 1 (y 2)
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Me encanta darme atracones con las series televisivas. Es lo que hice ayer con la primera temporada de Silicon Valley, que en sus ocho episodios (cortitos, de media hora) demostró que se puede hacer comedia inteligente sobre el fenómeno de las startups estadounidenses.

En realidad esa crítica va de más a menos según mi opinión, pero hay momentos que cualquiera que esté metido en el ajo seguramente habrá vivido y que ve fielmente reflejados en esos capítulos. Por ejemplo, que la interacción social de los friquis es… distinta. Aquí lo exageran, claro, pero le da a los personajes ese punto rollo Big Bang Theory que parece ser la norma al tratar cualquier tema relacionado con la tecnología en las series.

En realidad hasta podría herirme un poco esa imagen que insisten en dar en esas series con toque tecnológico. Parece como si lo de ser un triunfito (o intentarlo) en Silicon Valley implicara ser un bicho bastante raro, cuando supongo que, como digo, habrá de todo.

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Sea como fuere, la serie está simpática. Retrata ese mundillo de una forma curiosa y además sí que permite que los que no estén tan enterados se enteren de cómo funcionan las cosas actualmente. Y de cuánta tontería (y cuánto talento) hay en este segmento.

Los personajes, caricaturizados y exagerados, están bastante logrados. Está el genio fundador, el amigo que ejerce de vendemotos, la pareja de programadores que no paran de picarse y el tipo que trata de hacer que todo sea lo más normal posible cuando él mismo es bastante poco normal. A los que se unen la prota chica -curiosamente, la más friqui en la vida real por lo que sé, fotógrafa y blogger- y un par de triunfadores rollo Gates-Jobs con caracteres especialmente exagerados pero con los que enseguida uno asocia a otros reales y de ese estilo. De los de “estamos aquí para hacer que el mundo sea un sitio mejor“, uno de los mantras que repiten en la serie riéndose de lo falsa que suena esa frase en boca de esos mismos líderes tecnológicos actuales.

Simpática, como digo. Dadle un tiento si podéis. Y disfrutad de los cameos y los detallitos simpáticos (la escena de la reunión de la noche antes de la final en el último episodio es soez, pero prodigiosa), de los que seguro que me he perdido unos cuantos. Por ejemplo, acabo de descubrir que la empresa tiene sitio web de verdad. Buenísimo. O que la otra empresa también tienegracias, Álvarez del Vayo!). La cabecera, rollo pixel-art isométrico, está por ejemplo especialmente lograda. Ya me contaréis qué os parece.

Actualización (07/09/2015): Terminada también la segunda temporada. Más flojita en mi opinión, algo menos divertida e irónica, más dramática (aunque sea una comedia). Los personajes mantienen su línea -con una desaparición importante, lástima, hasta aquí caen los protas o al menos los secundarios curiosos- pero la trama es un poco tostoncete. Aún así, vuelve a haber muchos guiños a realidades de las startups tecnológicas actuales como la contratación de chicas en las empresas, los robos de tecnología y propiedad intelectual o la leyenda de empezar tu negocio en un garaje. No es la pera, pero vamos, se deja ver perfectamente.

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