Si puedes, copia

Si puedes, copia
mionemorething-2-compressor

Esa era básicamente la filosofía profesional de algunos de los currantes con los que me he encontrado en esta vida. Esa gente que se pasa la vida mirando de reojo al de al lado para ahorrar trabajo y aprovecharse del de otros. O para maximizar el esfuerzo, que dirían nuestros protagonistas, los copiones.

Esa es también una filosofía universal entre las grandes empresas. Y desde luego, en las tecnológicas. A menudo los usuarios de una u otra plataforma se quejan de que la empresa A ha copiado algo de la empresa B de forma indiscriminada, a lo que a su vez B suele contestar que ya antes A había copiado, como mínimo, de C y de D. Si en lugar de A, B, C y D ponemos nombres de empresas como Apple, Microsoft, Google o Amazon (da igual el orden) os apuesto a que cada uno de vosotros podéis encontrar ejemplos de sobra para certificar el eterno 'todos copian'.

Por supuesto, todo tiene sus límites. O debería. Es el caso de lo que está pasando últimamente con Mi (los medios se empeñan en seguir llamándola Xiaomi, y yo no logro atreverme a usar el nuevo apelativo en solitario) y con Apple. Hace unos días tenía pensado un post al respecto para Xataka, pero desistí cuando encontré el artículo de TechCrunch escrito por Matt Burns y titulado 'Xiaomi's One More Thing'. Estaba perfecto, y no había nada que añadir, así que solo hubiera seguido el ejemplo de la prota del artículo y hubiera tenido que

adaptarlo

copiarlo.

El fabricante chino tenía hasta no hace mucho la simpatía del gran público, pero puede que ese trato de favor se acabe más pronto que tarde. Una cosa es copiar de forma moderada, como hacían hasta la llegada del Mi 3, y otra lo que ha ocurrido tanto con el Mi 4 como con MIUI 6, la nueva versión de una ROM de Android sencillamente fantástica que ahora se ha convertido en algo que solo hace pensar en iOS 7.

La presentación del Mi 4 se vio coronada por esa diapositiva -en la imagen de esta entrada- en la que Lei Jun, máximo responsable de Mi, preparaba a la audiencia para 'One more thing', la famosa frase que Jobs usaba para desvelar la sorpresa final de sus keynotes. Ahí los chicos de Mi pasaron definitivamente de la raya -fue la única diapo en inglés y no en chino-, si es que no lo habían hecho ya antes con el diseño del Mi 4 -calcado del iPhone 5S-, el Mi Box (Apple TV), el MiWiFi ,(Apple Magic Trackpad) el Mi Power Bank (iPod mini), o los alucinantes robos de imágenes a Apple, Flickr o National Geographic para mostrar ciertas capacidades del producto como, por ejemplo, una calidad fotográfica que no es tal. John Gruber, fanboy a ultranza de Apple, ya ha dedicado varios de sus miniposts al tema (1, 2, 3 y 4, por ejemplo), pero también hablaban de ello extensamente en Business Insider y otros medios, con un debate que ya lleva tiempo en el candelero y en el que por ejemplo también participaba The New York Times hace un año con un artículo con título esclarecedor, "In China, an Empire Built by Aping Apple".

¿Qué salva a Mi (Xiaomi) de la quema? Pues el hecho de que centra el 99% de sus operaciones en China, donde las leyes de protección de la propiedad intelectual son más bien rollo tropical. Ya sabéis: uno va a un funcionario chino, le dice que alguien le está copiando el producto, y éste contestará algo tipo 'me estás estresando'. Eduardo Archanco lo contaba muy bien en su post de hace unos días, y se basaba en un artículo del casi siempre brillante Ben Thompson en el que éste analista dejaba claro que la expansión internacional de Mi será imposible si esa es la filosofía de negocio que piensan seguir. Ya sabemos cómo se las gasta la UE y la buena de Neelie Kroes en estos temas, por poner un ejemplo.

No todo está perdido para Mi, claro: como decía al principio, hay un montón de casos que demuestran que lo de copiar funciona. El secreto está en hacerlo con un poco de picardía. Con tácticas cucas, que diría yo con algún que otro viejo conocido. Si vuestro modelo de negocio va a ser copiar, puede que debáis prestar atención al caso de los hermanos Samwer, tres alemanes de pura cepa que ya son multimillonarios gracias a su empresa, Rocket Internet. ¿Que qué han hecho para lograrlo? Pues copiar. Sin misericordia. Sin descanso. Sin piedad. Os recomiendo leer este artículo de Forbes con un perfil de estos avispillas, y otro aún mejor con un ejemplo de caso de éxito. Estos chicos cogen como objetivo una empresa online con éxto en Estados Unidos, y replican el modelo para Europa y otras regiones. Lo han hecho con Zalando (el Zappos europeo, cuya historia es la que se relata en el segundo enlace del Forbes), Lazada (el Amazon de Indonesia), Kamyo (el eBay de Nigeria) y otras muchas empresas que ya hicieron que éstos chicos fuesen portada en Wired en 2012 en un artículo de Matt Cowan con título igualmente clarito: "Inside the clone factory: The story of Germany's Samwer brothers".

Leed y llorad. Y si podéis, copiad. A los copiones y a los no copiones. Total, todos copian a todos.