Seis meses con Firefox, (casi) no miro atrás
Ahí está el icono de Chrome, arriconadito en la barra de tareas. No lo desanclo (existe el verbo, sí) porque dicen que hay que tener cerca a los amigos, pero más cerca aún a los enemigos.
Es algo que me sorprende y me hace un poquito más feliz. Cuando hace seis meses decidí que iba a hacer que Firefox fuese (de nuevo) mi navegador por defecto, muchos aplaudisteis la decisión, pero hubo con un comentario que apunté. Fue el de Uxío, que custionaba el cambio y terminaba diciendo:
Ese cambio del que hablas se me antoja un suplicio. Te doy 6 meses de ventaja. Si aguantas, seguramente te copie. Si sucumbes, no. Ventajas de ser tu espectador ?
Pues aquí estoy, querido Uxío (y queridos lectores/as). Seis meses después escribiendo esto desde Firefox 58.0.2 (64-bit) en mi Dell XPS 13 con Windows 10. Feliz como una perdiz y probablemente algo más tranquilo a la hora de recorrer la red de redes con un navegador que no tiene tanto apetito de registrar todo lo que hago.
Esa tranquilidad ha costado algún sacrificio, claro. Lo contaba entonces y lo reitero ahora: existen extensiones que siguen faltándome y que sí disfrutaba en Chrome, como la que me permite crear enlaces afiliados de Amazon a golpe de clic. Esa es una de las razones por las que de cuando en cuando miro atrás y abro una ventana de Chrome, pero por lo general el navegador de Google vive ahí arrinconadito, como decía.
Atrás han quedado esas pequeñas molestias de cualquier mudanza. Lo curioso es que cambiar de navegador ha tenido además una ventaja clara para mi seguridad: me ha obligado a cambiar muchas de las contraseñas que tenía guardaditas en Chrome. Poder autenticarme en los servicios que uso me obligó a consultar las contraseñas guardadas en el navegador de Google para irlas poniendo en Firefox y luego guardarlas a través de Firefox Sync si es lo que realmente quería.
En muchos casos ni siquiera hice eso: aproveché mi otro propósito de hace unos meses, usar el gestor de contraseñas KeePass para ir generando contraseñas bastante chungas y guardarlas allí. Mi relación con KeePass ha mejorado, y aunque sigo considerando que no es especialmente usable, me resuelve la papeleta en la mayoría de los casos. La conclusión final es que ahora repito bastante menos contraseñas y las que no repito son bastante más complejas. Y todo gracias a la migración, que me ha obligado a mover un poco
el culetelos deditos para gestionar ese apartado.
Resolví además problemas como la gestión de muchas pestañas gracias al comentario de Remug, que me descubrió las muchas posibilidades del fichero UserChrome.css y además quité de mi vista la barra de buscador separada de la barra de direcciones, algo que puedes hacer desde el menú Personalizar de Firefox.
Eso me recuerda que aquí hecho dos cosas de menos respecto a Chrome. La primera, que para habilitar o deshabilitar la barra de marcadores (que siempre tengo activa, salvo para capturas de mi ventana de navegador) necesito ir primero al menú de Personalizar, mientras que en Chrome eso se hace con un simple Ctrl+Shift+B. La segunda, que la búsqueda integrada en la barra de direcciones en Chrome es (que yo sepa) más potente, porque puedes poner un dominio+espacio+término de búsqueda y automáticamente te da los resultados de búsqueda desde ese dominio.
Por ejemplo, si escribo "javipas.com firefox" en la barra de direcciones de Chrome es porque quiero buscar entradas en las que haya hablado de Firefox. Eso hace que aparezcan ipso facto los resultados dentro de mi blog, como si hubiera hecho la búsqueda directamente en Incognitosis. Si pongo eso en la de Firefox, me devuelve los resultados dentro del buscador de Google, algo que no está mal pero que no es lo que yo quiero exactamente. Ese buscador camaleónico y adaptable de la barra de direcciones de Google Chrome me mola más, pero me temo que es mucho pedirle a Firefox. Si alguien conoce soluciones al respecto, por favor, que me ilustre.
En un análisis que hice en Xataka dos meses después de la salida de Firefox 57 quedó patente que en tema de velocidad Chrome parece seguir yendo por delante, y al menos en esas pruebas el consumo de memoria es bastante equiparable. Esa batalla es relevante, seguro, pero la sensación al usar uno y otro no es muy distinta ni en velocidad ni en consumo. Diría ciertamente que Chrome es más rápido en la carga de páginas, pero ni mucho menos por tanto como para volver al navegador de Google.
Tras estos seis meses, como digo, las quejas se diluyen bastante, pero es que también las había en Chrome a pesar de sus muchas luces. No solo estoy convencido del cambio, es que cada día que pasa me mola no sentirme (tan) vigilado. Ya sé que al final cada sitio web se encarga de cotillear todo lo que puede, pero al menos Firefox no es otra amenaza más para mí en ese apartado. Nunca se puede decir de este agua no beberé, pero de momento Firefox está aquí para quedarse.
Ya sabes Uxío. Te toca probar :P