Se me olvidaba vetar portátiles con HDD
El otro día hablábamos largo y tendido de los portátiles que siguen vendiéndose con pantallas con resolución HD (1.366x768), y varios apuntábais en diversos canales que en realidad había otro pecado igual o mayor en este segmento: el de los portátiles que se siguen vendiendo con disco duro tradicional en lugar de incluir una unidad SSD.
Antonio y yo debatíamos sobre el tema en Twitter y él me contaba cómo había sufrido en sus carnes los insufribles tiempos de carga que pueden llegar a producirse en un equipo portátil con disco duro. En Windows el problema se agrava porque si varias aplicaciones acceden de forma concurrentemente a localizaciones aleatorias del disco la CPU empieza a colapsar: las bajas velocidades de acceso, unidades antiguas con prestaciones limitadas y la propia arquitectura del sistema operativo no ayudan.


Una rápida búsqueda en internet confirma el problema. De hecho lo que suelen aparecer son consejos para evitar la típica imagen del 100% de uso del disco. Consejos, consejos y más consejos que suelen recomendar cosas como desactivar el servicio Windows Search que indexa contenidos del disco de forma continuada (esa es una buena opción), desactivar la protección en tiempo real de Windows Defender o resetear la memoria virtual que precisamente ayuda a la memoria principal cuando ésta no puede más.
Me extraña que equipos con unidades más o menos recientes de 7.200 RPM presenten ese problema, pero supongo que en portátiles la cosa es más factible teniendo en cuenta que las unidades de 2,5 pulgadas suelen tirar a 5.400 RPM y deben cuidar calor disipado. Los fabricantes lo saben y aprovechan esos argumentos para abaratar costes, así que al final tenemos portátiles con unidades un poco de palo que pueden ser útiles si no metemos mucha caña al equipo pero que pueden convertirse en una pequeña pesadilla si hacemos un uso intensivo del sistema.
Como le decía a Antonio, para mí el problema del disco duro es un problema menor. De hecho si veis un equipo que os mola y el precio es barato porque no incluye unidad SSD, lo tenéis fácil: en la inmensa mayoría de los casos estos equipos permiten (con un poco de esfuerzo) sustituir los HDD (Hard Disk Drive) por SSD (Solid State Drive) que usen la misma conexión, que hoy en día es una SATA 3/6 normalita y fácil de encontrar a buen precio.
De hecho las unidades SSD en formato SATA están tan baratas que una vez más el hecho de que quieran venderte un portátil barato con un disco duro tradicional no es tampoco un gran crimen. Simplemente tendrás que hacerte a la idea de que no te saldrá tan barato porque necesitarás invertir 18 euros (para una unidad de 120 GB) o 50 euros (para 480 GB, casi medio tera) y 10 minutos de tiempo para el cambio.
A mí no me parece tan grave al compararlo con las pantallas de resolución: con estas poco puedes hacer. Con esas unidades de disco duro la solución es fácil. Fuera HDD, dentro SDD. Listo.
Eso suele ser también una limitación en los equipos chinorris de los que hablé también el otro día. Algunos integran apenas 64 GB de memoria eMMC, pero en muchos casos se integran ranuras M.2 para unidades SSD, algo que permite también solucionar las carencias de las unidades eMMC -peores que los discos duros, diría- frente a un SSD que le dará alas al equipo.
Los discos duros, efectivamente, no son para portátiles. No a no ser que se trate de portátiles que los tengan como segundo sistema de almacenamiento junto a una unidad SSD. Si solo tenéis la opción de meter una unidad de almacenamiento en un equipo, sea portátil o de sobremesa, tirad a unidades SSD. Hace mucho tiempo que apostar por estas unidades es lo mejor que se puede hacer para resucitar viejos equipos y convertirlos en modelos mucho más rápidos en todo.
Es sorprendente lo que algo tan tonto puede significar para la experiencia de usuario.