Raspberry Pi y el falso ordenador de los 35 dólares

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Estoy feliz con mi Raspberry Pi. Después de aquellos experimentos iniciales, tengo mi Rpi conectada por Ethernet a mi router, opr HDMI a la tele, y por microUSB a la fuente de alimentación. Además tengo conectada una llave USB que es en realidad el receptor del teclado con trackball inalámbrico con el que controlo el sistema operativo, Raspbian con XBMC instalado sin problemas.

El montaje va perfecto y lo uso prácticamente todos los días, pero desde luego, no cuesta los famosos 35 dólares con que se publicita el coste del Raspberry Pi. En la web de RS-Components, por ejemplo, el coste del modelo B con 512 MB de RAM es de 31,20 libras (algo más de 37 euros), pero a partir de ahí hay que empezar a sumar. Puede que tengas alguno de componentes necesarios para ponerlo todo en marcha, pero lo normal es que tengas que invertir algo más.

Es lo que comentan en un singular post --singular porque hasta ahora no había leído una reflexión similar, y lo cierto es que es toda una realidad-- en ZDnet, donde el autor se acabó gastando más de 150 dólares entre pitos y flautas. Yo no invertí tanto, pero sí compre por ejemplo un adaptador WiFi de Edimax en ese formato nanoUSB que apenas se nota que está conectado (aunque ya no lo uso), el cable HDMI y el adaptador de corriente, una tarjeta de memoria SD de 8 GB (tras caer en un timo en eBay) y alguna cosita más. En total creo que fueron 70 euros (y ya tenía el teclado con trackball, lo que hubiera incrementado sensiblemente esa factura), pero ya tenía ante mi este pequeño juguete para darle caña.

Eso hace pensar en cosas como Chromecast, que está destinado a un solo tipo de propósito, pero que es el que muchos acabamos aprovechando en nuestros RPi. Veremos si los hackers de turno logran desbloquear las funciones de reproducción de contenido local que lamentable e inexpicablemente Google se esfuerza en prohibir, y si lo hacen, puede que los Raspberry Pi tengan un competidor en condiciones de robarles algo de su cuota de popularidad.

Pero solo algo, desde luego. La versatilidad de los RPi es su mayor aval, y yo ya estoy pensando en encargar otro más para montar una pequeña infraestructura de copias de seguridad (con alguien de la familia) a través de BitTorrent Sync, dejándome de gaitas y de servicios de terceros como CrashPlan que, a pesar de sus atractivos, no acaban de convencerme porque no soy yo el que tiene la mayor parte del control sobre los datos. Puede que cueste algo más de 35 dólares, desde luego, pero este falso ordenador de los 35 dólares sigue siendo una joyita. Curioso, por cierto, que no haya noticia alguna de una segunda revisión de este "maquinón". Veremos qué nos depara el futuro, pero la llegada de diseños ARMv8 con arquitectura de 64 bits (con el Apple A7 de los nuevos iPhone 5S como primer ejemplo) podría darle alas a este proyecto.