Que viva la carga inalámbrica
En casa tenemos despachito, que para eso teletrabajamos ambos, y hay una ventaja fundamental en el escritorio de mi mujer respecto al mío: su base de carga inalámbrica. La tiene desde que compré aquel terminal un poco de mosqueo, porque los que me leyeran entonces sabrán que aquel dispositivo me duró dos telediarios: justo lo necesario para pasarme al Xiaomi Mi 6 de mis amores.
El S7 es un buen terminal aun hoy en día —a mi mujer le sigue tirando muy bien—, pero no me convenció por diversos motivos, como su forma de utilizar el lector de huella: había que presionar aquello, mientras que en el Mi 6 bastaba posar el dedo. Había otras ventajas, pero también una gran desventaja: el S7 tenía carga inalámbrica, y de hecho llegó con un cargador de regalo.
Uno que tenía soporte vertical (ligeramente inclinado), algo que he estado viendo con envidia durante todo este tiempo. Tener la pantalla del móvil ahí disponible para ver las alertas sin estirar el cuello o tener que coger el móvil es una de esas PECQTHLVMC. Ya sabéis. Una pequeña y estúpida chorrada que te hace la vida más cómoda. Nada que resuelva los problemas del mundo, pero sí que consigue hacer que tu día a día sea un pelín mejor.


El caso es que con el Mi 6 no había mucho que hacer. Bueno, sí: hay cargadores con soporte vertical y conector USB en la base para simular esa forma de cargar el dispositivo, pero yo no quería eso: quería carga inalámbrica, y además una no muy rápida. Una que me permitiese no hacer sufrir demasiado la batería con tanto ciclo de carga y recarga mientras está ahí apoyado.
Eso, claro, llegó con el P30 Pro. Lo comenté brevemente en mi análisis de largo recorrido del otro día, pero es que la carga inalámbrica es una de esas cosas que se aprecian un poco cuando las tienes y mucho cuando dejas de tenerlas. Una vez conseguido el P30 Pro, aproveché el Black Friday para cazar alguna base de carga inalámbrica con soporte vertical.
Es curioso, pero estamos casi en 2020 y es difícil encontrar la que necesitaba. De hecho solo tenía dos requisitos: el primero, que fuera vertical; el segundo, que no tuviese el cable de carga "pegado" a la parte trasera, sino que tuviera un conector MicroUSB o USB-C, me daba un poco igual.
El caso es que la mayoría de cargadores tienen su propio cable pegado a la parte trasera, y ese cable por lo general va a un enchufe de corriente. Yo tengo un hub USB para cargar varios cacharritos en uno de los enchufes del despacho, así que lo que quería era utilizar ese hub y un cable sin más.

Total, que lo encontré. El modelo concreto es este de ESR, una marca que no conocía pero que oye, ha funcionado como una seda. Por 13,99 euros en Black Friday (ahora 17,99) me agencié uno, y desde entonces he podido disfrutar de eso de tener el móvil siempre como pantallita a mi disposición para lo que pueda necesitar. Sin tenerlo tumbado en la mesa, que es como lo tenía siempre, pero además, cargando.
Es cierto que el cargador no es demasiado rápido (7,5 W frente a los creo que 15W que soporta el P30 Pro), y de hecho si necesito cargarlo rápido por lo que sea tengo el cargador normal siempre a mano. Eso no es lo habitual, así que estoy tan contento con mi gran inversión de este Black Friday. Compra pequeñita pero matona, chicos.