Que te pires, Touch Bar
Las empresas son tan cabezonas como nosotros. Quizás más. Lo son a pesar de sus usuarios, o quizás precisamente por ellos. Es difícil que den marcha atrás una vez tomada una decisión, y ver a alguna rectificar —que dicen, es de sabios— es harto complicado.
Recuerdo ver algo así con aquella Microsoft que lanzó la Xbox One pegada a Kinect. Aquello fue uno de los (muchos) errores garrafales del lanzamiento de esa consola, pero finalmente la empresa dio marcha atrás y comenzó a vender su consola sin ese accesorio que muchos usuarios no querían. Para entonces ya era tarde: la PS4 ya ganaba por goleada.
Con Apple hemos tenido al menos dos ejemplos recientes. El primero, el de sus teclados de mariposa, que se pusieron a la venta en 2016 junto a, qué cosas, la Touch Bar, esa pequeña pantalla táctil auxiliar que teóricamente permitía hacer un montón de cosas útiles con ella.


Apple se deshizo de sus teclados de mariposa el año pasado después de numerosos problemas (que nunca aceptó del todo) y de acabar siendo protagonistas de uno de los mejores artículos irónicos del periodismo tecnológico que recuerdo. Quizás el mejor, gracias a una Joanna Stern (o Joanna Stn, dependiendo del teclado usado) que estaba en estado de gracia.
Lo que no han hecho aún es deshacerse de la Touch Bar, que hemos visto cómo acababa llegando a sus nuevos MacBook Pro 13 con los chips M1. Entiendo que no era el momento de hacer ese cambio en este equipo: lo importante de momento era cambiar de procesador; el rediseño de estos equipos podía esperar.
Sin embargo este año podríamos ver cambios notables en esos diseños. Así lo afirmaba Ming-Chi Kuo, el particular Nostradamus del mundo Apple, y que indicaba que en 2021 veremos un MacBook Pro de 14 y otro de 16 pulgadas con chips de Apple que, supongo serán mejores que el M1.
Hay algunas grandes sorpresas del anuncio de Kuo. Entre ellas, la hipotética vuelta del conector MagSafe que fue uno de los mejores inventos de los MacBook y que Apple inexplicablemente dejó de integrar en sus equipos. Kuo hablaba además de que esos futuros equipos tendrán más puertos para evitar tener que usar dongles (esto me extraña, pero es cierto que Apple curiosamente no se ha lanzado a hacer dongles multipuerto) y que adoptarán un formato de marcos tipo iPad Air 4, muy iPhone 12, ya sabéis, muy rectangular. Veremos.
Sin embargo la mejor sorpresa de todas es el hipotético adiós a la Touch Bar en sus MacBook Pro. Volverán las teclas físicas de función y dejarán atrás a un elemento que era algo impensable en Apple: una solución en busca de un problema. Nunca acabaron de cuajar, y lo demuestra el hecho de que esa opción provocaba (algunos) amores y (mucho) odio por parte de los usuarios, pero también algo sorprendente: indiferencia.
Es al menos lo que demuestran varias encuestas que están por todos lados y que dejan claro que este componente tiene a los usuarios divididos. En Input se quejaban precisamente de lo que yo me quejo ahora, y pedían que Apple se deshiciera de una vez por todas de la Touch Bar: "es, en todos los sentidos, una regresión de las teclas de función. No es ni más sencilla ni más intuitiva de usar".
Pocas ideas de Apple han generado más sentimientos encontrados no ya entre los usuarios de informática en general, sino de sus productos en particular. Seguir tratando de justificar la inclusión de la Touch Bar —que además complica el diseño y la propia concepción del equipo— me parece una mala decisión, pero como he dicho las empresas son cabezonas, y Apple es un buen ejemplo de ello.
No sé si finalmente Kuo tendrá razón, pero tengo muchas ganas de que desaparezca este elemento. O que al menos ofrezcan versiones con él y sin él y que así sean los usuarios los que hablen con sus carteras.
Veremos que pasa, pero por si me leen los jefazos de Cupertino, un último mensaje. Rectificar no solo es de sabios. Para hacerlo también hace falta una virtud de la que ustedes presumieron cuando se deshicieron del conector de auriculares. Una que de hecho se convirtió en un meme.
Coraje.