Que te den, Facebook

Que te den, Facebook
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Hace casi 9 años publicaba aquello de 'Generación Facebook' y hablaba de un fenómeno que por entonces asustaba con 140 millones de usuarios. Hoy esta dantesca red social cuenta con más de 2.000 millones de usuarios, y su influencia en nuestras vidas es asombrosa. De hecho uno diría que tenemos dos realidades. La realidad como tal, sin más, y la realidad Facebook, que es la que esta red social pinta en nuestros flujos de noticias a diario.

Uy, que me estoy equivocando. Estoy hablando en primera persona, cuando soy uno de esos raritos que no usan Facebook. Entiendo que hay gente a la que este servicio le viene estupendamente —tengo una hermana que es fan a muerte— pero a mí me parece la segunda peor red social del mundo. De la primera —ya imagináis cuál es— hablaré próximamente.

No veo más que problemas. Ya decía hace también hace unos años que 'La vida es eso que pasa mientras usas Facebook', y me mantengo en esa creencia, que ahora se ve agravada por el hecho de que como decía Facebook plantea una realidad paralela en la que nuestra "cámara de eco" se hace más y más gigante.

Lo comentaban ayer en TechCrunch con un interesante 'Facebook is broken' en el que el autor apuntaba a dos problemas:

  1. Que Facebook te envuelve en una espiral en la que tu realidad se ve poblada de enlaces y contenidos que refuerzan tus preferencias.
  2. Hay que atrapar al usuario, así que entre los contenidos que puede seleccionar para ti, Facebook siempre elige los más chocantes y llamativos.

https://twitter.com/eagereyes/status/865963936817881088

En ese tuit al que aluden en TechCrunch se resume bastante bien el problema de una red social que va a los extremos y que nos convierte un poquito en talibanes de nuestras preferencias. Sin opción a tratar de perder discusiones, ya sabéis.

Mucho más contundente se mostraba John Gruber, el súper fanboy de Apple con el que de cuando en cuando coincido en su forma de ver las cosas. Ocurre en este caso, sobre todo tras escribir una columna titulada 'Fuck Facebook' tan bien argumentada y que era una reflexión derivada de la algo más moderada 'Why I can't/won't point to Facebook blog posts' de Dave Winer, uno de los bloggers más veteranos (me gana hasta a mí). Gruber tenía no obstante un último párrafo muy bueno para resumir:

Treat Facebook as the private walled garden that it is. If you want something to be publicly accessible, post it to a real blog on any platform that embraces the real web, the open one.

Así es, aunque luego tuviera que volver al tema porque hay quien defiende que lo que hace Facebook está OK. Son muchas las razones por las que no uso esta red social casi nunca, pero las que indican Gruber y Winer son sin duda las más poderosas.

Aunque tengo cuenta en Facebook como escaparate de Incognitosis, las visitas que llegan de allí son mínimas, casi irrisorias, pero claro, hago poco esfuerzo en publicitarme en un sitio en el que no creo. Soy un blog de pacotilla y no vivo de esto, pero es obvio que si tuviera que vivir de Incognitosis tendría que vender mi alma

al diablo

a Zuckerberg y pasar por el aro, como hacen todos los medios profesionales. Es lamentable, sobre todo teniendo en cuenta que Zuck, futuro presidente de los Estados Unidos, lleva tiempo tratando de crear su propia internetno es la única—, una en la que no tengas que salirte de tu cuenta para hacer lo que ya haces normalmente en la red abierta.

Menos mal que como digo puedo pasar de Facebook de momento. Así pues, ya sabes, Facebook. Que te den dos duros.