Qué hace ese inútil ahí

Qué hace ese inútil ahí
corbata

Feliz (espero) día de los enamorados, queridos y queridas. Iba a ponerme tontorrón y seguir la estela de este fantástico artículo de Verne en El País. Ya sabéis: contar la historia de mi cita más desastrosa —destripe: no llegó a haber cita—, pero igual mi mujercita, amor de mi vida (¡pipi!), no me lo perdona. Y eso que conoce bien la historia.

El caso es que dejo mi lado más pastel a pesar de que me cuesta, ojo. Soy un romántico empedernido, chavales. Me compré todas las (buenas) pelis de Meg Ryan en DVD y me casé con mi Meg Ryan particular, así que imaginad. Imaginad más, de hecho. Igual os quedáis cortos.

En lugar de eso prefiero hablar de una cuestión algo distinta. Es una conversación que de cuando en cuando surge con amigos y conocidos: tienen un jefe que es un inútil, o un compañero que es un inútil, o conocen a un tipo o una tipa que está forrao y cuando hablan con él no entienden cómo es posible. ¿Por qué hay tantos inútiles (aparentes) en puestos de responsabilidad?

Es algo de lo que hablaban un poco en Inc ayer con un artículo titulado 'Why Aren't More Highly Intelligent People Rich?'. Como veis no hablaban tanto de que los inútiles estuvieran donde están, sino de lo contrario: por qué gente muy válida no está más arriba.

James Heckman, ganador de un Nobel de economía, hablaba de que la clave no está en la inteligencia innata. Que seas un coco y no te cueste estudiar o aprender algo no te va a llevar muy lejos. Según Heckman, de hecho, ese aspecto juega un 1 o un 2% en el futuro éxito de la persona. Lo que cuenta, afirma el tipo, es "la autodisciplina, la perseverancia y la diligencia".

Vamos: que si no te lo curras, estás apañado.

En Inc parecen estar bastante obsesionados con el tema, y de hecho hace un par de años ya hablaban de que además de currárselo hay otro factor que influye: la suerte. "El máximo éxito nunca coincide con el máximo talento, y viceversa", explicaban en ese tema. Para quienes hicieron ese estudio había una fuerte relación entre ambas cosas (suerte y éxito), pero claro, también apuntaban a que la suerte no viene sola. Como decían por ahí, la suerte consiste en estar preparado cuando llega la ocasión.

Luego hay otros factores, claro. El amiguismo, los enchufillos y la herencia —si tus padres están forraos, igual es difícil que tú no lo vayas a estar y tengas un puestazo— también pueden influir, o al menos eso es lo que parece ser conclusión tras mis charlas sobre el tema con la gente que conozco. De ahí que yo sea bastante fan de las meritocracias que funcionan.

Todo envidia, claro, nos decimos entre nosotros. Ya quisiera estar yo en un puestazo ganando un sueldazo y no haciendo ni un pijo. Lo otro, lo de estar en un puestazo ganando un sueldazo y no parando de trabajar no es para mí.

Pero claro, teletrabajo y vivo en un miniresort burgués. Qué más se puede pedir.