Probando el Xiaomi Mi TV Stick

Estamos en la era de las Smart TVs, y aunque ese calificativo les venía bastante grande las primeras que lo usaron, ahora la cosa está algo más justificada. Algunas teles tienen un SoC decente y una memoria RAM aceptable —eso sí, los fabricantes nunca detallan cuál— y eso hace que las plataformas utilizadas (Android TV, webOS, Tizen) ya sean bastante competentes.
Así pues, ¿tiene sentido comprar un dongle HDMI o un Android TV Box a estas alturas? Diría que para mucha gente sí, sobre todo si la tele que tiene no es 'tan smart' y quieren acceder a una experiencia un poco más limpita y sin los habituales truquitos de los fabricantes, que suelen meter publis y apps preinstaladas como si no hubiera mañana.
En Incognitosis ya he hablado mucho de mi afición por estos cacharros. En 2007 me monté un HTPC y conté toda la historia en un superreportaje, y con el tiempo ese equipo pasó a mejor vida y fue sustituido por miniPCs y cajitas con Android. La Raspberry Pi 3 tuvo ahí un papel importante un tiempo, y desde hace bastante acabé usando un equipito algo más potente, el Chuwi HiBox Hero, para estos menesteres.
Me gustaba este último sobre todo porque tenía arranque dual, tanto Windows 10 como Android, y eso daba pie a usarlo para algunas cositas fuera de la orientación pura de set-top-box. Las cosas han cambiado y ya no le saco partido a esas opciones, así que al menos en la tele del salón, que es de 2013 y de Smart tiene más bien poco —se arrastra, de hecho— quería probar algún dongle HDMI.
Y he aquí que he tenido la oportunidad de conseguir un Xiaomi Mi TV Stick, el dongle HDMI que compite con los Chromecast —sobre todo los nuevos con Google TV— y con los Fire TV Stick en los que claramente está inspirado.


El unboxing no tiene demasiado misterio. La caja, eso sí, es vistosa, y en ella se incluye el dongle en sí, el mando a distancia (que es más grande que el dongle), un adaptador de corriente, un cable de carga de micro USB a USB y un par de pequeños folletos de instrucciones y garantía.
Yo no tuve que usar el adaptador de corriente, porque la toma USB de mi televisión ofrecía la suficiente potencia para hacer funcionar el Mi TV Stick, que se puso en marcha y me indicó claramente en la televisión que debía pulsar simultáneamente dos de los botones del mando para iniciar el proceso de instalación.
Un pequeño primer pero: no me acaba de convencer la posición del conector Micro USB, que no está en la parte trasera, donde parece algo más natural tenerlo, sino en uno de los laterales. No solo eso: como ocurre con el Fire TV Stick o el Chromecast original, este dongle integra el conector HDMI macho como parte del cuerpo del dispositivo, mientras que por ejemplo el nuevo Chromecast con Google TV ese conector forma parte de un pequeño cable flexible que da más libertad a la hora de conectarlo a la tele. No es que sean problemas graves, pero aquí el diseño de esa primera generación con los Chromecast y los Fire TV diría que ha quedado algo obsoleto.

No me explayaré mucho con esto: la instalación se completa en pocos minutos e incluso te facilita las cosas encontrando tu dispositivo vía el móvil para que la WiFi se configure sin que tengas que meterla tú. A mí eso no me funcionó (ni idea del porqué) pero daba igual: tras introducir la contraseña manualmente, todo el proceso siguió normalmente.
La interfaz que presenta el Mi TV Stick —basada en Android TV 9.0 Pie— una vez está todo preparado es más bien espartana. Diría que le falta algo de encanto, porque aparecen una fila superior con las aplicaciones que tienes instaladas, y aparte un par de filas con contenidos destacados de algunas de esas aplicaciones. Hay recomendaciones por ejemplo en la fila de contenidos que sale con YouTube, pero la agregación de contenidos está ausente.
Android TV 9 se mueve bastante bien en este Mi TV Stick, pero las cosas se complican al lanzar aplicaciones: el Amlogic S805Y es un SoC que ya tiene una pila de años a sus espaldas: los Odroid C1 de 2014 ya lo integraban, así que imaginad. Está claro que Xiaomi ha querido acudir a un chip decente y sobre todo barato, y aquí tenía un buen candidato. Más problemático es el hecho de tener solo 1 GB de RAM, una cantidad que compromete todo el sistema sobre todo cuando tenemos varias aplicaciones abiertas, pero también cuando como digo las lanzamos.

De hecho eso se nota como digo al querer ver algo en Netflix, Disney+ o Prime Video, plataformas que tardan en estar listas entre 10 y 20 segundos como poco y y que luego tardan también en ponerse a reproducir lo que quieres ver. Ese tiempo ronda está más cerca de los 30 segundos que de los 60, pero es bueno tenerlo en cuenta y asumir que los Mi TV Stick no son precisamente rápidos como el rayo: eso no quiere decir que luego no cumplan, ojo: solo que a este precio no se le pueden pedir muchas peras al olmo.
Lo mismo ocurre con las pruebas con Kodi, que ciertamente se puede instalar y disfrutar pero que lógicamente irá un poco menos fluido si tenéis muchos add-ons instalados y queréis aprovechar toda la potencia de esta alucinante plataforma. Si vuestro uso fundamental va a ser ese, yo iría a algo más potente.
Con lo que no he tenido ningún problema es con la reproducción de contenidos: es cierto que el Mi TV Stick no soporta contenidos 4K, pero como mi tele ya era 1080p tampoco es que necesitara más en ella. Si vuestra tele sí cuenta con esa resolución, claro, la recomendación se hace más difícil. He probado a reproducir diversos contenidos tanto en YouTube como en las plataformas citadas y el resultado es estupendo, el buffering no tarda demasiado y la fluidez suele ser notable.

Hay que destacar aquí algo que me gusta de las cajas Android TV tipo la Chuwi que decía antes: los puertos de expansión dan mucho margen de maniobra, y sobre todo es más que habitual contar con puertos Ethernet, mientras que en los Mi TV Stick dependemos exclusivamente de conexiones WiFi que lógicamente pueden dar algún que otro problemilla por inestabilidad de la conexión.
Mis impresiones como digo en este apartado son buenas, pero por supuesto podéis consultar análisis más sesudos a nivel técnico como el de AndroidPC.es en los que hablan del soporte de códecs de audio y vídeo o de la potencia del SoC, que no está mal pero desde luego tampoco es para tirar cohetes.
Aquí lo que está claro es que Xiaomi ha apostado por un enfoque más asequible y menos ambicioso a nivel de prestaciones. Diría tras estos dos días con él que el Mi TV Stick es un producto perfecto como acompañante para esas teles de la cocina o habitación que suelen ser más modestas ("poco smart", ya sabéis, y nada de 4K) porque son una forma sencilla de acceder a las prestaciones de un Android TV 9.0 muy versátil sin complicaros la vida y por poco dinero. Para teles mejores y enfoques más exigentes, sobre todo en cuanto al uso de aplicaciones como Kodi o incluso juegos, diría que lo ideal sería dar el salto a alternativas más potentes y, por supuesto, caras.

Está claro que los Mi TV Sticks de Xiaomi compiten con los Fire TV Stick que Amazon acaba de renovar y que no he podido probar, aunque desde luego su SoC (MT 8695) es más potente que el de los Xiaomi. Aquí se trata más de preferencias y de querer un Android más puro y moderno (Xiaomi) frente al fork de Amazon (FireOS basado en Android 7, si no me equivoco), y en el caso de Xiaomi teóricamente habría forma de actualizar al nuevo y prometedor Android 10 en algún momento. O quizás no, no estoy seguro.
Dicho lo cual, bien por una alternativa cumplidora que desde luego es una forma barata y sencilla de ofrecer esas funciones Smart a vuestra televisión. Si os animáis, podéis encontrar el Xiaomi Mi TV Stick a 37,33 euros en GearBest. Ya me contaréis qué os parece :)