¿Por qué pagamos por jugar online?

Hoy es mejor día para jugar de lo que fue ayer. Hay más y mejores que nunca, y más y mejores opciones que nunca para jugar. Yo mismo he vuelto por mis fueros un poco gracias a 'Battlefield 1' —tengo bastante abandonado FIFA, imaginad—, y lo curioso es que entre esas opciones que han ido surgiendo hay desde hace tiempo una diferencia importante: o juegas online pagando, o juegas online gratis.

En consolas si quieres jugar online tienes que pagar. Ocurre con Xbox Live y con PS Plus, y supongo que pronto ocurrirá lo mismo con la plataforma que Nintendo monte alrededor de la Nintendo Switch.

En PC, en cambio, puedes jugar online de gratis, porque los desarrolladores de los videojuegos curiosamente se dan por satisfechos con que pagues por el juego sin más. Yo juego al 'Battlefield 1' en mi PC por ejemplo y no he pagado más que el juego —bueno, y el 'Season Pass' para ir pudiendo jugar a los nuevos mapas—, pero si quisiera hacer lo mismo en la Xbox One, tendría que estar suscrito a Xbox Live Gold.

Parece un poco injusto, y precisamente hacían referencia a ello hace unas semanas en Reddit con una imagen socarrona pero no por ello menos cierta:

Ahí le has dado. La plataforma Steam vende juegos para PCs (Windows 10, macOS, Linux), pero no una plataforma de juego online porque no hace falta: una vez compras uno de esos juegos, lo puedes disfrutar online sin pagar por esa parte un extra como sí haces en consolas.

Aquí el argumento de algunos de los que comentaban no es malo: como las consolas son tan baratas, las venden perdiendo dinero para luego recuperarlo con los servicios de suscripción. La idea no es descabellada, aunque en realidad yo creo que eso es un plus para un servicio online que lo único que quiere es actuar como la famosa App Store de Apple: que todo el desarrollo y distribución de videojuegos —que es donde está la pasta— se centralice en ellos.

Aquí surgen las odiosas comparaciones, porque en realidad uno puede montarse un PC para jugar decente por unos 500 euros y disfrutar de muchos juegos sin problemas y sin pagar suscripciones. Lo que pasa es que esas plataformas hacen que, como siempre, todo sea más cómodo y además haya ciertas recompensas adicionales. Por ejemplo, lo de regalar juegos cada mes (no es algo que yo haya aprovechado mucho en mi Xbox One, pero como todo, ha sido por falta d etiempo) y lo de contar con una plataforma teóricamente garantizada y que no se cae a la hora de jugar (ja).

La cosa, chicos, es que eso de pagar online no irá a menos, sino a más. Sobre todo por aquello que comentaba Harry hace unos días. Ya sabéis, lo de que tener una consola o un PC como tal podría quedar desfasado cuando el juego por streaming llegue (si es que llega finalmente) para quedarse. Ahí estar al 'Netflix de los videojuegos' de turno será lo que marque la diferencia, y no nos libraremos de pagar por esa suscripción, aunque luego esa cuota incluya un buffet libre de videojuegos como nunca jamás se ha visto.

Dicho lo cual, personalmente estoy encantado con la suscripción de Xbox Live Gold, y también estoy encantado con poder jugar a Battlefield 1 en mi PC sin tener que pagarla. Bien por poder disfrutar de ambos mundos (de momento). Probablemente dentro de unos años este post tenga mucho más sentido, y todos nos acordaremos de aquel tiempo en el que podíamos jugar online sin pagar un duro.

Qué tiempos aquellos, ¿eh? O estos, más bien. Ays.