¿Por qué no existe un Netflix periodístico?

Estuve suscrito a la revista Wired en papel durante un par de años. Era (y creo, es) el máximo exponente de lo que debería ser una revista impresa de tecnología. Un verdadero escaparate de lo que tenemos y de lo que tendremos en este segmento, contado e ilustrado de una forma prodigiosa. ¿Por qué no seguí suscrito? Pues no era por dinero. Era por una razón aún más triste.

No

tenía

sacaba tiempo para leer la revista.

Es una lástima que la suscripción internacional cueste 70 dólares para la versión impresa, porque si tuviera un precio algo más razonable aquí tenéis a alguien que pagaría por esa revistaza. De momento acabo de suscribirme a la edición digital, que cuesta 19,99 dólares al año y de la que hablaré en próximo post.

El caso es que esta pequeña joya del periodismo tecnológico tanto a nivel impreso como a nivel digital/online dedica su mes de marzo a analizar la situación de The New York Times, el periódico por antonomasia, y un ejemplo de cómo la transición del papel a la web está costándole mucho también a ese gigante de la comunicación. Wired tiene todo el contenido especial de ese número disponible online ahora mismo, incluyendo un fantástico 'How The New York Times Is Clawing Its Way Into the Future' que está espectacularmente maquetado en su versión web y que es un placer leer. Yo solo he leído el principio, porque no tenía mucho tiempo cuando lo descubrí y quiero mascarlo con cariño. Está preparadito en Flipcognitosis, mi revista de Fliboard, por ejemplo, así que yo que vosotros lo guardaría para leer más adelante.

Lo que sí que podéis leer es el análisis de Om Malik, que de esto sabe un rato —fundó la ahora difunta GigaOm— y que en sus conclusiones finales indicaba cómo "la publicidad puede ser un remedio a corto plazo, pero la empresa necesita centrarse en cómo dejar de depender de ella con mayor agresividad". Todo el análisis es interesante, pero la última de sus conclusiones es la que destaca más en mi opinión:

Success in the digital subscription business may be the byproduct of a broader trend — consumers’ growing willingness to pay for digital content. Here are some of the services with the total number of paying subscribers: Netflix (93 million), Spotify (40 million), Apple Music (20 million), Hulu (12 million) and HBO NOW (2 million).

¿Qué tienen en común todos esos servicios? Pues que aunque en algunos casos hay contenido propio, las plataformas sirven como centralizadoras, distribuidoras e intermediarias de contenidos de otros. Netflix te permite acceder a un catálogo de series y películas de un montón de productoras, y Spotify hace lo propio con la música. ¿Dónde está esa entidad centralizadora para los contenidos editoriales?

No sé si me pilláis.

Lo que necesita el periodismo online es 1) dejar de ser gratuito y 2) sumarse a una plataforma distribuidora de contenidos. Es algo de lo que ya hablé al comentar cómo en nuestro país tenemos en Orbyt a un buen ejemplo de lo que podría ser y no fue una plataforma de este tipo. Google o Mozilla llevan tiempo intentándolo —lo mencioné aquí, aquí y aquí— pero de momento nadie se suma al carro, y no lo hace porque precisamente nadie quiere (o más bien, puede) renunciar a la publicidad.

Yo lo veo claro. Si fuera El País, El Mundo y demás periódicos de primera línea de nuestro país, crearía una distribuidora global de contenidos online. Un enorme conglomerado que uniera a los principales medios de forma que estos estuvieran disponibles para cualquier usuario suscrito. Cada medio se llevaría la parte de la suscripción correspondiente al tráfico generado (si solo leo El País, toda mi suscripción se iría par a ellos), y ale, a tirar millas. Y lo que es válido para medios generalistas lo es para editoriales online especializadas. No digo medios con refritos ni blogueros y periodistas de medio pelo, no. Digo medios, blogueros y periodistas con una calidad contrastada. Aquí probablemente tendría que existir un comité que validara el acceso a ese "consorcio editorial" para que no entrara cualquier mindundi, pero puede que ni siquiera hiciera falta. Al fin y al cabo, al tipo podría no leerle ni Perry Mason si su contenido es tan solo un mal refrito del original, que además está disponible porque ya eres suscriptor. No sé, yo lo veo bastante clarinete.

Basta de todo gratis en la web. De verdad. Si alguien quiere ofrecerlo así —yo lo hago, aunque acepte gustosamente colaboraciones a través de Patreon— perfecto, pero como sucede con la mayoría de las cosas de esta vida, si las disfrutas quizás deberías plantearte pagar por ellas.

Ale, yo ya he dado la idea (una vez más). A ver si algún crack la implementa de una vez.