¿Por qué la tecnología es mucho más cara en euros que en dólares?

Hoy teníamos nuevo móvil en el mercado. El Honor 7X se presentaba oficialmente como uno de esos nuevos gamas medias "baratos" con ganas de ser algo más.
Tenemos ante nosotros un dispositivo que confirma que ya podemos ir diciéndole adiós a los marcos (estos lo llaman pantalla "FullView" de 5,93 pulgadas y 2160x1080), que cuenta con una cámara dual curiosa (16+2 MP, no sé yo), un Kirin 659, 4 GB de RAM, 64 GB de capacidad, una batería de 3.340 mAh y otras opciones como resistencia al agua o lector de huella en la trasera. Nada de NFC, eso sí (mal).
Hasta aquí todo bien. No es un móvil que me llame especialmente la atención, pero oye, tiene su aquel. Es entonces cuando nos fijamos en el precio:
- Estados Unidos: 199,99 dólares
- España: 299 euros
¿Cómo es posible? Aquí me saltarán los de siempre. "JaviPas, a ver, que no te pispas. En Europa están los impuestos y las aduanas, que ya están incluidos en el precio. Además, el precio en dólares no incluye los impuestos que dependen de cada estado".
Perfecto. Incluyamos los impuestos USA. Pongámonos en el estado de Nueva York, que tiene unos impuestos bajitos del 4%. Eso hace que el precio final en tienda suba a los 207,98 dólares. Sigamos con la visión de que nos están tangando:
- Con el cambio de hoy del Banco Central Europeo, 1 euro = 1,1847 dólares (1 dólar = 0,8441 euros). O sea que el precio equivalente del Honor 7X en Estados Unidos es de 207,98 dólares = 175,56 euros.
- Y ya puestos a las odiosas comparaciones, la renta per cápita en España en 2016 fue según el Banco Mundial de 26.528,49 dólares. En Estados Unidos esa renta per cápita en 2016 fue según esos datos de 57.466,79 dólares. Así que a los estadounidenses les cuesta menos esfuerzo (menos de la mitad, si nos ponemos en plan matemático) sacar del bolsillo esos 175,56 euros. Que oye, también es un factor comparativo válido, digo yo.
Pues nada. Aún así en España y otros países europeos el Honor 7X cuesta la nada despreciable cantidad de 299 euros, que es un 70% más de lo que cuesta en Estados Unidos con esas simples consideraciones (y no tengo en cuenta lo de la renta per cápita). Qué es eso? Pues muy simple.
Es. Una. Vergüenza.
Lo que le ocurre al Honor 7X, por supuesto, le ocurre a muchos otros productos que cuentan con unas políticas de precio arbitrarias y que básicamente se basan en que la gente al final acabará pagando lo que uno les pida. En Quartz por ejemplo hacían una comparación de lo que costaba el iPhone X en distintos países del mundo en distintas monedas (curioso, el euro no estaba entre ellas), y si uno hablaba de dólares comentaban cómo en España los 1.159 euros equivalían a 1.365,13 dólares (en ese momento), por los 999 dólares (más los impuestos en el estado de EEUU que lo comprases, que en Alabama serían de 10% pero en Alaska del 1,76%). La diferencia es importante, pero aún así supone un incremento de aproximadamente el 35% (que no está mal) sobre el precio USA.
Es probable que los aranceles y los acuerdos internacionales de importación y exportación de bienes favorezcan a los Estados Unidos frente a la UE. Eso daría ciertos argumentos para entender que a Honor, un fabricante chino, le costase más distribuir y vender sus productos en España que en Estados Unidos. Lo que no me creo es que le cueste un 70% más. Y como digo, el problema afecta a otros muchos productos que aquí acabamos pagando a precios comparativamente superiores porque en nuestro país la tecnología no nos sale muy barata según esta apreciación.
Si hay aquí algún experto en economía o alguien que sin serlo pueda darme argumentos razonables sobre esa diferencia de precios, por favor, que lo haga. Yo, mientras tanto, seguiré recomendando comprar en tiendas chinas si uno es capaz de vivir con esos tiempos de entrega, con esas garantías limitadas, y, por supuesto, con ese dilema ético de que si compras allí estás dejando de pagar impuestos aquí. Que como dilema mola, pero no si es otra gotita más de ese vaso ya colmado hace tiempo con canones digitales y demás zarandajas de este país de pandereta.
Es más: seguiré comprando allí cacharritos chinawas (como mi Xiaomi Mi 6) y encargando a familiares y amigos que viven en Estados Unidos que me traigan el gadget de turno a precio yanqui. Que viva la globalización, chavales.
¿Por qué? Pues porque aquí, como siempre, el que no corre vuela.