Pon una Thermomix en tu vida. O no.

Pon una Thermomix en tu vida. O no.
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Lo comenté en aquel post sobre Soylent (de la que por cierto últimamente se oye hablar cero): en casa no somos nada cocinillas. Yo quizás un poco más, pero no salgo de los 4 o 5 platos básicos que nos apañan la semana y que combinamos con algo de creatividad.

El problema es que a mi cocinar no me compensa. No me relaja, y de hecho me estresa lo de pensar en todo lo que hay que limpiar después para, total, darse un placer que dura 10-15 minutos. Soy bastante fan de la comida rápida (de ahí, supongo, lo del 100 Montaditos que sigue aguantando, y ya es decir bastante), y me temo que prefiero dedicar mi tiempo a otros menesteres. Por ejemplo, a escribir estos posts ricos ricos y con fundamento (espero).

Todo esto sirve de introducción para contaros que ayer vi por primera vez en acción a ese ingenio diabólico llamado Thermomix. Curiosamente no presté atención a la presentación de la nueva Thermomix TM5 en IFA hace un par de semanas, pero casualidades de la vida, una vecina propuso a unos cuantos/as vecinos/as que si queríamos verla en acción. Mi curiosidad friqui se unió a la curiosidad culinaria, así que dicho y hecho.

La cosa empezó mal -la Thermomix que trajeron petó sin explicación y no se encendía-, pero otra de las colaboradoras de la red de colaboradores (menudo invento) de estos dispositivos logró solventar la situación presentándose allí media hora después con otra flamante TM5. No todo estaba perdido.

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Allí empezó la demostración/degustación. En unas dos horas (se lo tomaron con calma, teóricamente se tarda bastante menos) nos enseñaron a preparar limonada (puntuación: 7,5 sobre 10), espuma de melocotón congelado (7/10), pan (9/10), y luego crema de verduras (8/10) a la vez que el pollo (6,5/10) y la guarnición de verduras cocidas (7,5/10) y una salsa para el pollo (8/10).

Mi curiosidad friqui puso especial atención al tema de las recetas guiadas en la pantalla táctil: la idea y la ejecución es aceptable (la resolución de pantalla es bastante baja, o bien han puesto un tamaño de letra demasiado grande), pero en esencia uno podría hacer exactamente lo mismo con el libro de recetas al lado. Sí me pareció muy útil el tema de la balanza -parece que anteriores modelos también la tienen- y la interfaz de manejo principal con la selección de tiempo, temperatura y velocidad cuyo control se realizaba combinando esa respuesta táctil con la rueda lateral que de repente me recordó a la corona del Apple Watch. Su funcionamiento, desde luego, era estupendo. Lo de los libros de recetas en formato memorias-disco propietarias me parece un invento, pero no para el usuario, no: para Thermomix, que probablemente se forre con este pequeño complemento muy orientado a "atraparnos" en el mundo de las recetas guiadas de la TM5.

CAM00355 (Custom)

Aparte quedan comentarios sobre la capacidad de venta (o falta de ella) de las colaboradoras/vendedoras. La conclusión fue clara: si uno aprovecha la Thermomix, el cacharro parece a priori una chulada. Cocina más sana, más rápida y, teóricamente (este y este estudio, encontrados rápido vía Google, no parecen objetivos) más económica. Y además más limpia, porque aparentemente ensucias bastantes menos cacharros. El problema, claro, son los 1.100 euros que cuesta, y que probablemente uno rentabiliza si realmente le saca partido a la Thermomix.

Y aquí es cuando viene la pregunta, queridos lectores. Si alguno de vosotros tiene Thermomix, cuestiones:

  1. ¿Qué opináis de ella?
  2. ¿Le sacáis provecho, la tenéis medio olvidada?
  3. Para alguien feliz con los productitos marca blanca de Mercadona o Carrefour (yep, conservantes y demás componentillos aparte), ¿vale la pena?
  4. ¿Sabiendo lo que sabéis, iríais a la TM5 o a la anterior, la TM31, que se ve por ahí a unos 700 euros, en caso de tomar la decisión? No parece que la TM5 añada cosas realmente importantes al fin y al cabo.

A priori dudo que acabemos comprando una, pero aprovechando el rinconcito que me da Incognitosis, a ver si enriquecéis el post con vuestras respuestas.


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