Pebble Steel o cómo un juguete para frikis pasa al siguiente nivel

Pebble Steel o cómo un juguete para frikis pasa al siguiente nivel
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Cuando se presentó el Pebble Steel no pillé la idea. A priori me parecía una chorrez que nada cambiase en su interior y que sus responsables "solo" ofrecieran un cambio en su construcción. El diseño variaba de forma importante, y lo hace para convertir al Pebble original, que tenía toda la pinta de ser un juguete para frikis en un producto deseable no solo para nosotros, los raritos, sino para un público mucho más amplio.

Lo descubrí a raíz de los dos análisis que han publicado estos días tanto The Verge como Ars Technica, y en los que quedan dos cosas patentes. La primera, que los responsables de los análisis le han intentado sacar demasiado jugo al cambio en el diseño. Y la segunda, que eso era precisamente lo que querían los responsables de Pebble. Del análisis de Nilay Patel en The Verge me quedo con un párrafo muy curioso:

All in all, though, I would definitely wear the Pebble every day — a huge achievement I can’t say about any other wearable product I’ve tried in the past year or so. It feels like a regular watch with added functionality, not a "wearable" that’s trying to convince me to change my entire life around.

Y es curioso porque precisamente resume un logro que el resto de desarrollos en el mundo de los relojes inteligentes no parecen haber conseguido. El de no forzarnos a que nuestra vida gire entorno a estos cacharritos, y el limitarse en tratar de mejorarla con ciertas prestaciones que podemos (o no) aprovechar.

En realidad eso ya lo había conseguido el Pebble original, pero esta vuelta de tuerca ha logrado transformarlo. El Pebble Steel ha convertido ese cacharrito para nerds en un reloj que muchos querrán tener en su muñeca todo el día. Yo por el momento no soy muy de ese palo, pero me da a mi que acabaré (acabaremos) cayendo.