Para qué gastar 600 euros en un NAS de Synology cuando puedes montarte uno por 200

Hace justo un año —bueno, menos un día— escribía un post parecido a este. Allí contaba cómo me había montado mi propio Google Fotos con pelos y señales. Los que me leéis ya sabéis que por ahora trato de evitar depender de servicios en la nube para muchas cosas y, entre otras, para guardar las fotos. Google Fotos me parece de hecho fantástico pero también algo aterrador, y aunque sigo pensando más o menos lo mismo, mis muchos experimentos en este ámbito me sugieren que quizá algún día me deje llevar por la pereza y la comodidad (y la pasta) y acabe subiendo todas mis fotos y vídeos allí. Pero de momento, me resisto.
Mi último intento, el que describía el año pasado, se basaba en un cacharrito llamado Monument 2. Lo descubrí en Kickstarter y tras retrasos y esperas ya casi asumibles me llegó con muchas promesas. Algunas de ellas se cumplieron. Otras, no. El Monument 2 ha resultado ser un buen producto con mucho margen de mejora. El soporte de formatos y de discos duros externos —migrar las fotos fue un dolor de cabeza, por ejemplo— era mejorable entonces, y durante todo este tiempo han pasado muchas cosas.
Para empezar, el apartado se desconectaba solo y dejaba de estar accesible en la red local de casa. Era como si se apagase, y de cuando en cuando tocaba desenchufarlo y volverlo a enchufar para revivirlo. No era demasiado grave, pero ocurría. No ayuda tampoco que el rendimiento a la hora de mostrar las fotos no era ni mucho menos óptimo. Es cierto que yo lo usé con un disco duro mecánico externo, un Maxtor de 4 TB, pero es que no logré configurarlo con una unidad SSD de 2 TB que tenía preparada con una carcasa USB. No había forma, así que aposté por la solución que sí lo hacía.


Y luego estaba lo peor: la gente de Monument 2 simplemente se ha olvidado del proyecto. Durante los primeros meses sí se vio alguna actividad y actualizaciones de las aplicaciones. Incluso implementaron una mejora que yo propuse —un modo de vista aleatoria de fotos, no cronológica, en plan collage, como la que tanto me gusta de PhotoStructure—. Sin embargo, poco a poco quedó claro que otras cosas que hubieran estado bien —como una app para Android TV o Apple TV, por ejemplo— jamás llegarían. No pusieron en marcha un triste foro para que los usuarios pudieran comunicarse, y la única forma medio decente de ponerse en contacto era publicar un comentario en la página de Kickstarter o de Indiegogo donde promocionaron el invento. Si os pasáis por allí veréis cómo prácticamente el 100% de los mensajes son críticas por retrasos infinitos o por problemas que nunca resuelven. Contestan a algunos mensajes, pero la sensación es la de abandono total. Una penita.
Total, que tras mucho pensarlo vi que igual no era muy buena idea seguir apostando por el cacharrito, y hace unas semanas empecé a barajar opciones. Una de ellas seguía siendo PhotoStructure, pero el proyecto lo lleva una sola persona que yo creo que no da abasto. La plataforma sigue teniendo una pinta espectacular, pero las actualizaciones llegan de pascuas a ramos y no siempre dan soporte a todas las plataformas hardware que querría el creador del proyecto. En mi Mac mini M1 por ejemplo nunca pude actualizar desde la versión 1.0 estable a una versión beta superior —no sé qué problema había—, y me cansé de esperar por una versión mejor que me animase a pagar la versión premium de este software.
Hay desde luego muchas otras opciones en este ámbito. Amazon Fotos es una alternativa curiosa, pero si tienes vídeos (y yo tengo muchos) la cosa puede salir un poco cara. Y encima lo de siempre: es un servicio en la nube que yo no controlo y del que no sé qué pueden acabar haciendo con mis fotos.
También están las alternativas Open Source que te permiten montarte un pequeño (o no tan pequeño) servidor en local para este propósito. PhotoPrism es uno de los más destacados, pero hay unos cuantos más de los que hicieron una comparativa bastante chula en Ars Technica en junio de 2021. Probé alguna en el pasado y no me convencían, normalmente porque la interfaz me parecía poco usable o incómoda o simplemente fea. En los comentarios varios habláis de Unraid, que conozco, tiene muy pinta pero es quizás "demasiado" para lo que yo quiero en este momento. Puede, eso sí, que el año que viene acabe haciendo otro post como este, pero con este software o alternativas como OpenMediaVault :)

La opción de nuevo pasaba por decidirme a comprarme un NAS. Justo antes de comprar el Monument 2 estuve informánome y prácticamente tenía decidido comprar o un Synology DS720+ o bien un QNAP TS-253D. Ambos eran grandes opciones para mi propósito particular, que no era otro que el de organizar las fotos: Synology tiene Synology Photos (Synology Fotos en el software en español), y QNAP tiene QuMagie, que también parecía tener buena pinta. Esos modelos ya se habían quedado un pelín atrás, pero lo importante era que uno podía usar esas aplicaciones: en los Synology antiguos y los modelos básicos (los más asequibles) de la serie "j" te quedabas sin esa opción. Total, que si querías Synology Fotos, te iba a salir caro.
Es curioso lo que pasa con los NAS: sus especificaciones hardware son, esencia, una mierda. Es casi como si uno tuviera una Raspberry Pi con una buena controladora de red y otra buena controladora de E/S. No hay mucho más. Los procesadores que usan son siempre muy modestos, la memoria RAM es escasísima y del año catapunchinpún y lo único que cuidan es lo de las bahías extraíbles para los discos porque por alguna razón alguien se imagina que vas a estar todo el día intercambiando discos.
Son productos sin sentido para el mercado doméstico. Al menos, desde el punto de vista de prioridades, precio y prestaciones. Entiendo que en entornos empresariales lo de los mecanismos de disco extraíbles sea interesante, pero para el público general la propuesta está desproporcionada. No es lógica, ni asequible, ni adecuada.
Por eso me reventaba tener que gastarme la pasta en un Synology DS720+, que era mi primera opción. Uno sin unidades de disco, pelao, sale ahora mismo por 642,71 euros en Amazon. ¿Su hardware? un Intel Celeron J4125 de 2019, 2 GB de memoria DDR4, dos puertos GbE, dos puertos USB 3.0, uno eSATA, dos bahías para HDD/SSD, y dos ranuras M.2. Muy, muy justito para lo que cuesta. Hay una versión más moderna, el Synology DS723+, con un Ryzen R1600 (que tampoco es para tirar cohetes) y el resto de especificaciones prácticamente idénticas, por 559 euros en PcComponentes ahora mismo.
En esas estaba, diciéndome a mí mismo que era absurdo gastarse ese dineral (más lo que me gastara en discos). Y en estas, navegando por ahí y buscando opciones, descubrí un proyecto del que curiosamente jamás había leído nada.
¿Su nombre? Xpenology. Me alucina trabajar en lo que trabajo y no haber oído ni leído nada de él. Si lo hice no lo recuerdo, pero el caso es que ahí estaba, como esperándome.
Para los que estéis como yo estaba, hay una forma de explicar lo que es Xpenology. Con Hackintosh te podías montar un Mac no oficial con componentes de PC. Con Xpenology te puedes montar un Synology no oficial de la misma forma. Y eso, amigos míos, es maravilloso.
O quizás no tanto, porque lo malo de estos proyectos es que al principio todo te coge de nuevas y te da pereza. El problema más importante es que no está del todo claro qué componentes se pueden usar y cuáles no para montarte un "Synology casero". En los foros y tutoriales que he visto casi nadie habla de "esta placa/procesador" funciona seguro, y se habla en términos genéricos: los procesadores Intel recientes suelen funcionar, los de AMD igual pueden dar algún que otro problema, y las placas también suelen tirar si no son especialmente antiguas y podemos toquetear la BIOS para cambiar un par de cosillas.
Todo eso está contestado en los foros —por favor, no me preguntéis, no voy a poder contestaros, soy bastante novato en este tema— y de hecho tienen una sección imprescindible, las FAQ, donde uno puede hacer seguimiento de las preguntas más frecuentes respecto a la instalación o el hardware. Hay un post que yo diría que es especialmente importante a la hora de instalar —el que yo seguí, este— pero para mí la gran duda fue qué componentes comprar.
Y lo era porque mi idea era tener un miniPC para esto. Algo que no hiciese apenas ruido y que ocupase poco. Estuve mirando algún miniPC basado en el Celeron J4125 —hay modelos chinos con refrigeración pasiva—pero mientras miraba los foros alguien me dio otra revelación como la de Xpenology: podía usar una placa pasiva.

¿Una placa pasiva? Pues sí. Son placas que integran un procesador modesto y que se pueden usar directamente sin ventilación activa. De las que vi en ese foro y las que luego investigué acabé decantándome por la ASRock J5040 (140,99 euros en Amazon), que cuenta con un Pentium Silver J5040 un poco anticuado ya (14 nm, finales de 2019) pero solvente y, sobre todo, asequible.

Compré también un módulo DDR4 SO-DIMM de 8 GB de Crucial (19,99 euros en Amazon) y, por último, una caja miniITX, la Unykach UK1007 (56,59 euros en Amazon) que me cuadraba por ser pequeñita y por incluir una fuente pico de 150 W perfecta para este equipo en particular.
Con eso ya podía tirar, porque la unidad de almacenamiento inicial era el citado SSD SATA de 2 TB de Micron que tengo desde hace algún tiempo y que precisamente quería dedicar a este propósito. Es probable que pronto me compre una unidad SSD SATA de 4 TB —la Samsung 870 QVO, 186,99 euros en Amazon, me hace ojitos— para acabar de sustituir mi viejo Synology DS212j, que precisamente tenía dos discos de 2 TB cada uno. No necesito mucho más almacenamiento, así que podría quitarlo del despacho y sustituirlo por este Xpenology.
Una vez llegaron los componentes, tocaba montarlos, seguir la guía de instalación y cruzar los dedos. El proceso es bastante sencillo una vez lo has hecho un par de veces, pero al principio yo estaba bastante liado porque hay varios loaders y plataformas que puedes usar. Es algo así como "qué Mac quieres simular ser" en el mundo Hackintosh.

Yo acabé yendo a la opción más recomendada, el DS918+, pero estuve jugueteando al principio y logré iniciar el equipo como si fuera un DS923+ más moderno. Alguien en los foros me aconsejó que me pasase al DS918+, más estable y veterano, y eso hice. Que yo sepa no hay ventajas especialmente importantes entre uno y otro a pesar de ser un modelo más moderno, así que yo feliz.

Como digo, el proceso de instalación es relativamente sencillo. Lo explica todo muy bien el tutorial que antes he enlazado. A toro pasado aprendí que en bootloaders es incluso más cómodo usar no la versión "manual", TCRP (TinyCore RedPill), sino la automatizada, Arc.

Esta última opción permite además instalar las versiones más modernas del sistema operativo de los NAS de Synology, esto es, DSM 7.x. Arc es una verdadera chulada, y simplifica mucho el proceso de instalación, creación del pendrive de arranque y su posterior actualización.

Pero claro, aún así tocaba rezar, sobre todo tras mi primera instalación. ¿Y si me había equivocado con el hardware? Pues no. Al principio da un poco de canguis porque aunque conectes ese miniPC a un monitor, no se ve nada especial: unos mensajes de consola en los que se indica que te conectes a una dirección IP (seguida del puerto 5000) desde un navegador web.

Tras el arranque, eso sí, el Xpenology no está inmediatamente disponible, así que uno puede usar herramientas como Synology Assitant, que te "busca" en la red local por los NAS de Synology que tengas. Y créeme, los encuentra. A mí me encontró el mío oficial (el DS212j) y también el Xpenology, que para él acabó siendo un DS918+.

Una vez detectado, como digo, meti la IP en el navegador y, voilà. Mi recién estrenado Synology DS918+ estaba listo para inicializar la instalación. La unidad SSD ya estaba conectada y detectada, así que tras unos minutos y unos cuantos "Siguiente" -> "Siguiente"... acabé por fin viendo que mi nuevo y reluciente NAS con Xpenology estaba preparado.

Una vez comprobado que todo parecía funcionar, le di candela al tema e instalé inmediatamente Synology Photos desde el Centro de Paquetes. El proceso me llevó unos 2 o 3 minutos, tras lo cual me dio la opción de importar las fotos, que fueron pasando desde el Toshiba externo que tenía conectado al Monument al SSD de Micron.
Ese proceso fue el más tedioso, porque tengo (creo) más de 140.000 fotos y vídeos (sobre todo, fotos, claro) y mi reluciente Xpenology (DS918+) se tiró aproximadamente tres o cuatro días indexando y creando las miniaturas de todo. Creo recordar que el Monument 2 tardó como 10 días en hacer lo mismo, así que dentro de lo que cabe era un proceso que tenía asumido que tardaría y no fue tan mal.

Una vez hecho eso, claro, felicidad. Synology Photos es estupendo aunque hay alguna cosa que a mí me falla. No logra indexar caras —el reconocimiento facial por tanto me falla— y eso que lo tengo todo aparentemente bien por ese lado. Sin embargo el equipo va de fábula como gestor de fotos: mucho más rápido que el Monument 2, seguramente por el procesador y por el SSD. No se atasca, y además tiene otra cosa genial: una app que funciona en Android TV / Google TV y que precisamente me viene genial para poder disfrutar de las fotos y vídeos en la tele sin historias: con el Monument 2 acababa haciendo casting desde mi móvil y la verdad, no era ideal.
Me gustaría que fuera más fácil marcar fotos como favoritas (Synology Photos tiene un sistema de estrellas, bastante más incómodo), pero los pocos días que llevo con el equipito funcionando estoy súper contento. Luego he descubierto que no hubiera sido mala opción probar con algún miniPC basado en el Intel N100 (este Beelink EQ12 de 280 euros en Amazon parece el candidato perfecto), sobre todo porque creo que sería aún más silencioso y compacto. Pero oye, si se da el caso igual doy el salto en el futuro.
De momento, como digo, estoy súper contento con mi NAS Hackintosh, que me ha costado dos duros —luego tendré que comprar el disco SSD que he dicho, pero comparativamente es un chollo— y que va, al menos de momento, como un tiro.
Bien por el háztelo tú mismo. Mola y puede merecer la pena dedicarle un rato a estas cosas. Si tenéis ganas de meteros en harina, ahí tenéis una experiencia para tener al menos un punto de partida. A partir de aquí, como digo, yo no podré contestar a preguntas muy específicas, pero los foros de Xpenology son geniales y siempre hay gente dispuesta a responder.