Pago menos de luz que antes: que viva la tarifa libre

Hacía tiempo que me inquietaba lo de la factura de la luz de casa, pero en los últimos meses la subida del precio de la luz estaba siendo tan absurda que decidí que ya era de tomar medidas. La necesidad obliga, dicen.

El caso es que supongo que me pasaba como a todos vosotros: veo una factura de la luz y no entiendo casi nada. No sé bien cómo funciona este mundo, pero es que las productoras, distribuidoras y comercializadoras no lo ponen fácil.

Que si el tipo de tarifa (había muchas, ahora la cosa se ha simplificado), que si la potencia contratada en punta y valle, que si el precio de potencia... son muchos datos de los que además no tienes referencia. Yo no tenía claro si estaba contratando mucha o poca potencia, y mucho menos si el precio de esa potencia era bueno.

No es como ir a la compra normal: en tu mente ya tienes más o menos referencias de precios de un montón de cosas, y lo mismo con la tecnología en mi caso. Sé exactamente cuando un producto está caro o barato (y lo más importante, si vale o no la pena, porque para mí el factor precio/prestaciones es más llamativo).

El caso es que un buen día a principios de año alguien sacó el tema en el Slack de Xataka. Ahí actuó el destino, porque afortunadamente entre mis compañeros están Ricardo Aguilar (@mrbrickerr)y sobre todo Antonio Sabán (@ansamor) que pilotaban de esto. Acabé pidiéndole audiencia a Antonio, y como es más majo que las pesetas me estuvo contando cómo tenía que hacerlo todo. Él había escrito ya varios artículos sobre el tema en Genbeta —es director allí— como este para consultar el consumo en tiempo real, o este para saber cómo bajar la potencia contratada.

Otro compañero escribía en enero —y a raíz de aquella conversación en Slack— este tema que también os recomiendo. En él hablaba de cómo hay dos tipos de tarifas: las del mercado regulado (PVPC) y las del mercado libre. Durante mucho tiempo el mercado regulado molaba, pero la subida brutal de los precios ha provocado que ya no salga a cuenta en muchos casos. En el mío, desde luego, no lo hacía. Estaba claro que tenía que pasarme al mercado libre.

No lo apunté, pero el resumen es sencillo: te vas a Simulador Factura Luz, que es un servicio alucinante, y metes los datos que te pide de tu factura. Antonio ya escribió un tutorial para ayudar a despistados como yo, pero aún así usar el servicio un pequeño reto ingenieril, porque como no entiendes mucho de lo que te piden puede que te equivoques con algo. La clave es que si metes los datos de ese mes y no te sale la misma cantidad (o casi la misma) que la que realmente pagaste, es que algo has hecho mal y tienes que revisar los datos que has metido en el simulador.

Una vez has hecho eso, lo bueno es que el simulador te lo pone todo en bandeja porque te presenta las distintas ofertas de empresas grandes y menos grandes para que contrates con ellos la luz: muestra lo que te hubiera costado esa misma factura con otros servicios, y así ves de golpe y porrazo cuánto podrías ahorrarte y con quién. Como la imagen de arriba, vaya.

Luego es todo cuestión de animarse a hacer la llamada y aguantar ese rato en el que las operadoras gestionan el cambio. En mi caso nos decidimos por Naturgy por recomendación de Antonio (no recuerdo qué pasaba con Repsol), y ya llevamos mes y medio con ellos.

¿El resultado? Pues justo ayer lo comentábamos en otra charleta en Slack. La gente que aún no había hecho el cambio se quejaba de lo mucho que había subido la luz, de que estaban pagando casi el doble de lo que pagaban hace un año con el mismo consumo. Yo, que no había mirado mucho, busqué el dato de marzo de 2021 y de marzo de 2022.

Vale, ya lo sé. Me diréis que consumí bastante más el año pasado. El titular del post es un poco amarillito, sí. Vale. Es cierto, pero como solo llevo ese marzo "entero" con Naturgy tendré que comprobar futuras facturas, pero por lo que estaban diciendo mis compañeros, lo normal es que incluso consumiendo menos tendría que haber pagado bastante más de esos 52,57 del año pasado.

No lo he hecho, pero es que además hay otra ventaja importante de esto de pasarse a Naturgy (en mi caso concreto, la Tarifa Compromiso Luz): que esto es una tarifa plana sin discriminación horaria. La electricidad —que yo sepa— siempre la pagamos al mismo precio, así que no hay horas valle, llanas o punta.

Teniendo en cuenta además que esos tramos se han difuminado y ahora el precio cambia cada hora, nos ahorramos tener que estar mirando como hasta no hace mucho la web de Tarifaluzhora (que es fantástica) para saber a qué hora podíamos poner la lavadora o el friegaplatos. Ponemos la lavadora cuando nos da la gana. Es maravilloso, sobre todo después de estar un tiempo efectivamente controlándonos y mirando muy mucho cuántas y cuándo ponerlas. Qué liberación por Dios.

En fin, que yo no soy un experto en esto ni mucho menos, pero quizás la experiencia le sirva a alguien. Se lo decía ayer en Slack a mis compañeros: si no habéis hecho el cambio aún, hacedlo, de verdad. Es cierto que las cosas han cambiado y el ahorro igual ya no es tan notable, pero es que yo también llegué tarde y aún así la cosa es estupenda. Dedicad una horita o dos a esto un día. No os arrepentiréis, creo yo.

Imagen | Rodion Kutsaev