Opera con WebKit mola

Los navegadores web son aplicaciones realmente impresionantes. La mayoría podrían considerarse casi como un sistema operativo en sí mismos (Chrome OS es el mejor exponente de esto), y los avances en temas como la ejecución de código JavaScript o el soporte del estándar HTML5 no dejan de sorprender. Su versatilidad es cada vez mayor, y poco a poco están consiguiendo algo de lo que no muchas otros desarrollos pueden conseguir: que el usuario ni note que están.
Personalmente soy usuario y admirador confeso de Chrome, que me convenció hace mucho por su simplicidad y por su potencia. Firefox se convirtió, como el resto de alternativas, en una segunda opción, algo que venía bien solo en situaciones muy específicas pero que jamás he vuelto a usar con regularidad. Opera, IE y, desde luego, Safari --que no aguanto mucho-- han seguido el mismo camino. Pero al menos en el caso de Opera siempre ha habido un feeling especial. Estos chicos metieron la pata hasta el fondo cuando hicieron que los usuarios pagaran por su navegador. Cuando echaron marcha atrás ya era muy tarde: Netscape había dado en la diana y su sucesor, Firefox, acertaría aún más de pleno.
Y sin embargo, en Opera han seguido muchos años años acertando en casi todo lo que hacían. La velocidad de renderizado y de ejecución JavaScript siempre ha sido fantástica, y sus características --como el modo Turbo, su Speed Dial o su cliente BitTorrent integrado-- han respondido muy bien a un buen sector del mercado. En los últimos tiempos Opera ha dado un giro radical con la adopción de WebKit como motor de renderizado en lugar de su tradicional Presto. Muchos criticaron esa decisión que hacía que Opera perdiese personalidad, pero en mi opinión, de nuevo, acertaron.
Hoy lo he comprobado tras estar buena parte del día funcionando con la nueva versión de Opera tanto en Windows como en Mac OS X. Puede que en muchas cosas Opera recuerde a Chrome --no esconden los parecidos más que razonables-- pero aún así hay componentes que siguen diferenciándola. Se echan de menos algunas cosas (Opera Mail es una aplicación separada, y no tenemos widgets ni tampoco ese decepcionante Opera Unite), pero en su función esencial, la de navegar, Opera sigue siendo una alternativa fantástica. Y que lo siga siendo por muchos años.