OnePlus, quién te ha visto y quién te ve

Acabo de estar hora y media siguiendo la cobertura del evento del OnePlus 10T. El nuevo terminal de la franquicia tiene cosas curiosas, pero me sorprende el enfoque de una presentación en la que han ido a contracorriente en cuanto a focos en ese discurso.
Lo normal cuando cualquier otra marca presenta un móvil es que el apartado de la fotografía ocupe aproximadamente el 80% de la presentación. Aquí ha ocupado aproximadamente un 5%. Han estado mucho más tiempo con la carga rápida —muy bien cargar a 150 W, pero debería quedar en segundo plano— o incluso con el nuevo sistema de refrigeración o el sistema de antenas, que por ejemplo permiten que jugar en este móvil sea una delicia.


Yo sigo alucinando con el hecho de que los fabricantes de móviles quieran ahora que cualquier móvil potente sea un móvil para jugar a videojuegos. Supongo que habrá gente que juegue bastante en el móvil, pero ¿de verdad hay gente que juega a juegos exigentes durante horas en el móvil?
Creo que aquí la competencia es feroz, y que como en todo al final la comodidad y conveniencia ganan a todo lo demás. Si voy a jugar un buen rato a un juego exigente, no quiero hacerlo en el móvil. Quiero hacerlo en mi PC o en mi consola. O en mi Steam Deck —la uso bastante poco, pero es que tampoco estoy jugando a casi nada, porras en el resto de plataformas—. Pero no en el móvil. El móvil, al menos tal y como yo lo concibo, es para jugar en la sala de espera del dentista o mientras llego en metro/autobús a mi trabajo.
Pero ahí está OnePlus, presumiendo de sistema de refrigeración y de móvil que puede ser un pepino gamer para quien lo quiera. Ahí tiene mucho que decir su SoC, un brutal Snapdragon 8+ Gen 1 que es lo más de lo más ahora mismo aunque al final mucha gente vaya a desaprovecharlo.
La cuestión es que ese procesador debería ayudar en donde importa más, que yo creo que es en fotografía móvil. Aquí la novedad es que OnePlus dice adiós a su alianza con Hasselblad —que la verdad, no creo que jamás aportara gran cosa— y plantea una apuesta que a priori no parece especialmente rompedora: no hubo apenas dedicación a destacar las virtudes de sus sensores —el principal, el IMX766, es ya medio antiguo—. Ni siquiera hablaron (que yo captase) de modos de vídeo, así que imagino que ahí estos móviles serán una patata.
Eso sí: el discurso sobre el futuro OxygenOS 13 duró fácilmente 20 minutos. En todo ese rato apenas mostraron capturas de lo que será, y quisieron hacer una especie de refrito de las presentaciones de Jony Ive con una especie de presentación pseudofilosófica de su nueva capa de personalización "basada en la naturaleza". Meu Deu. Al final incluso mencionaron algo de unas Red Coins que se acumulaban al comprar tu móvil, y que no conozco de nada pero espero que no tengan nada que ver con criptos (parece que no).
No sé. Que igual soy yo, pero mi sensación es que al usuario de móviles no le importa tanto la carga rápida o jugar en el móvil como el hecho de poder sacar unas fotos del copón sin esfuerzo. Aquí OnePlus hasta se ha desecho del Alert Slider que era una de sus características más queridas, y de hecho al hablar de diseño han recordado aquella carcasa de bambú que sacaron en 2014 con el OnePlus One —y que yo usé en el mío—. Ahora el diseño no está mal, debo reconocerlo, pero de nuevo incidir tanto en eso sin poder contar nada más —al menos Nothing tiene un sistema de LEDs que es pintón aunque no resuelva ningún problema— me parece un error.
El precio, eso sí, no es del todo malo a priori. Sobre todo por ese SoC que es una garantía. 699 euros por el modelo de 8+128 no es un precio del todo desorbitado para un gama alta, pero si las cámaras no responden —y no tengo grandes esperanzas en que lo hagan— me da a mí que estamos ante otro móvil que relega a OnePlus un poco más a una posición secundaria.

Es extraño, sobre todo porque este fabricante era uno de los que estaba haciendo las cosas realmente bien durante años aunque ya hablase de que iban por mal camino hace casi tres años. Que haya acabado siendo una especie de submarca de Oppo no ayuda, pero tampoco lo hace que no aprovechen ciertos huecos de mercado que sí están intentando aprovechar otros. Justo hoy un lector (¡Pol!) me hablaba del Asus Zenfone 9, y la verdad es que el telefonito es una cucada: compacto y con buenas cámaras, aunque un poco carete, la verdad. Y sin embargo, creo que no dudaría entre uno y otro.