OnePlus 5 y la condena de la madurez

Si ha habido un teléfono chollo por excelencia en los últimos años, ese ha sido el OnePlus One. Este fabricante irrumpió por sorpresa en nuestras vidas (en la mía lo hizo, desde luego) y nos ofreció las ventajas del mercado oriental (buenos precios, hardware rompedor) con las del occidental (distribución, garantías).
Aquella primera iteración caló hondo entre los usuarios, y se convirtió en un referente por prestaciones pero también por la cantidad de proyectos comunitarios que lo tenían en cuenta. El desarrollo de ROMs sigue siendo fantástico en este terminal, y unas cuantas plataformas alternativas a Android acabaron llegando para quien quisiera probarlas en él.
Yo lo recomendé durante años, y lo mismo hice con algunos de sus sucesores. El año pasado, no obstante, los OnePlus 3 y los OnePlus 3T me pusieron la cosa más difícil. Los precios empezaban a subir peligrosamente, y aun cuando las prestaciones también lo hacían, el chollo ya no lo era tanto.


Esa es la sensación que me transmite el OnePlus 5. La de que se acabaron los chollos. Eso no significa que esta última iteración no sea una buena elección: va cargada hasta los dientes con su Snapdragon 835, hasta 8 GB de RAM y hasta 128 GB de capacidad. Ese procesador, por cierto, permite que a pesar de tener algo menos de batería que su predecesor, la autonomía sea en la práctica mayor (o como poco, igual).
El fantástico análisis de mi compañero Kote Puerto lo deja claro: pocas fisuras se le pueden encontrar a un dispositivo que yo diría que no tiene prácticamente nada que envidiarle a los mejores móviles del mercado, y aún así, por mucho que digan en Ars Technica —tenéis una lista enorme de lecturas en el mega-thread de Reddit (gracias Kote), aunque en ese hilo yo prestaría más atención a los comentarios—, no es en mi opinión el mejor teléfono de menos de 500 dólares que podéis comprar. Ese móvil lo tengo yo ahora mismo en las manos, y no es el Galaxy S7 que me compré hace unos meses, pero como suele decirse, hasta ahí puede leer. Más sobre esto muy pronto.
Lo que me sugiere el OnePlus 5 es que la madurez es mala compañera de viaje. Nos encontramos con un fabricante que ya tiene difícil sorprender por recursos: si apenas lo logran Samsung, Google (ya veremos) o Apple con sus recursos, poco podremos esperar de una empresa que ya no juega la única carta que tenía disponible: la del precio/prestaciones.

¿Significa eso que el OP5 me parece una castaña? Ni mucho menos, pero la bajada de precios que se produce a marchas forzadas en los Galaxy S8/S8+ (los he visto por 650 e incluso menos) o en los LG G6 hace que uno tenga serias dudas a la hora de adquirir este terminal.
Las razones de la superioridad del Galaxy S8 en este caso las exponía uno de los comentaristas en Reddit. El S8 tiene mejor cámara, pantalla, grabación de vídeo, ranura MicroSD y resistencia al agua, además de otra cosa relevante: cuando lo revendas lograrás sacar más pasta de la que lograrás al revender el OnePlus 5, seguro. También ayuda el hecho de que ganarás un diseño llamativo y el soporte de esas empresas que teóricamente (insisto, teóricamente) facilitan que todo vaya bien más rápido si tienes algún problema.
Salvo que la cámara dual sea crucial en tu vida, de hecho, creo que me quedaría con el OnePlus 3T que se puede conseguir —Incognichollo a la vista, versión global ojo— por 347 euros en GearBest con el cupón OnePlusK. Eso son 150 euros menos, amigo mío, que no es moco de pavo.
Me da pena decirlo, pero por 500 euros se pueden encontrar cosas mejores. Adiós al teléfono chollo. Maldición.