OnePlus 3, muchas luces y solo una sombra

Acabo de leerme el impresionante análisis de mi compañero Kote en Xataka sobre el OnePlus 3 -me río yo de otros como el de The Verge, teóricamente referente y que no se le acerca en calidad- y me queda poco por decir sobre un terminal que representa un salto mucho más importante sobre el OnePlus 2 de lo que este representó sobre el primer dispositivo de la firma.

El OnePlus 3 destaca en casi todo. Diseño unibody con ese metal que tanto aprecian los usuarios de smartphones primiun (cuánto le he oído a la gente pronunciarlo así, con acento de Barajas) y especificaciones tan buenas o mejores que cualquier gama alta del mercado. Tenemos lector de huella dactilar, conector USB-C (que la interfaz sea USB 2.0 no es especialmente grave), carga rápida (mola) pantallote AMOLED 1080p (bien por esa resolución para la batería) y un Oxygen OS que parece molestar poco o nada.

Si a eso le sumamos que el terminal cuesta 399 euros y que por fin nos podemos olvidar de las invitaciones tenemos ante nosotros a un verdadero chollaco en la gama alta que solo tiene una pequeña pega: su cámara posterior.

El hecho de que el objetivo no esté protegido por zafiro o GorillaGlass -error importante a mi entender- compromete su futuro, pero la verdad es que en calidad parece que ese sensor de Sony de 16 Mpx se comporta realmente bien. Dudo que esté al nivel de las mejores en condiciones de baja luminosidad, pero en la mayoría de las situaciones parece claro que el resultado será de notable alto. El problema es que como en la parte trasera no aparece un "Samsung" o un "Apple" muchos dirán de buenas a primeras que la cámara no cumple, o lo justificarán diciendo que por 399 euros no se puede tener una cámara tan brutal como la de esos móviles. Y el caso es que las diferencias aquí se difuminan.

Te-le-fo-na-co.

Apuntáoslo. Yo ya lo he hecho para la guía de compras -que sigue en confección, pero estoy un poco más ambicioso y no acabo de resolver-.