Oda al teclado
El teclado lleva siendo mi inseparable aliado profesional durante los últimos 15 años. Por supuesto que muchos otros usáis también el teclado en vuestro trabajo, pero para la mayoría este periférico no tiene apenas relevancia. Para alguien que se dedica a escribir todo el día -sean historias o código-, la cosa cambia. El teclado adquiere significado propio.
Curiosamente no he escrito apenas nada sobre estos compañeros de viaje. Este es el único post dedicado realmente al tema, aunque alguna que otra vez he tocado temas relacionados como aquel del Bloq Mayús (en esa y en otra ocasión) y también aludía un poco al tema en un más reciente ‘De bolis y teclados‘. Ha habido también reflexión sobre el mito del reconocimiento de voz -tengo que retomar el tema un día de estos- o la importancia de un buen ratón, pero poco más.
Y eso es injusto para algo que forma parte integral de mi trabajo. En este tema soy de ideas fijas, y desde que descubrí los teclados de perfil bajo no he buscado mucho más. Desde aquel Logitech UltraX Media Keyboard que me acompañó bastante tiempo pasé a mi actual teclado para trabajar en el PC: un Logitech K800. En realidad el mejor teclado que he utilizado en mi vida es probablemente el de mi MacBook Air (Mid 2012), y no entiendo cómo no hay teclados Windows que adopten ese formato y construcción, porque seguro que venderían esos periféricos como churros. Ya sé lo que me vais a decir: que utilice los teclados de Mac en Windows, pero paso. No me vale el teclado Apple MB110Y/B o la versión sin teclado numérico, Apple MC184Y/B, porque me gusta tener la disposición de teclas de Windows para trabajar con Windows.
El Logitech K800 es una alternativa que por ahora ha cumplido a la perfección. La resistencia a la presión es quizás algo más elevada de lo que me gustaría, pero la disposición y tacto de las teclas es fantástica, la retroiluminación mola, e incluso saco algo de partido a las teclas que permiten controlar la reproducción multimedia para ir pasando canciones en iTunes/Spotify cuando no me gusta lo que está sonando.
Me parece especialmente curiosa la afición por los teclados mecánicos de muchos usuarios -dicen que quien los prueba no vuelve (Worms apuntaba en los comentarios esta guía brutal en Reddit para los interesados)-, y de hecho recuerdo el caso de un par de amigos/conocidos que siguen usando los viejos teclados de sus IBM PC -no recuerdo los modelos exactos- porque para ellos no tienen sustitutos. Los teclados desatan pasiones, y hay verdaderos fanáticos y expertos que controlan al dedillo todo tipo de pequeñas variaciones sobre los sistemas mecánicos utilizados, y sobre los materiales o la disposición utilizados en todos ellos. A los teclados para gamers -en otra división- se les suman teclados súper configurables -recuerdo el Optimus Maximus que fue motivo de unos cuantos posts -ejemplo- en The Inquirer ES en mi época-, los teclados para programadores -recuerdo el teclado The CODE, creado por Jeff Atwood- o teclados curiosos como Das Keyboard, que se ha convertido en toda una institución en eso de escribir sin mirar (para qué, si no hay letras sobre las teclas). Y solo son pequeñas muestras de un mercado que es mucho más importante de lo que parece, y que condiciona la experiencia de usuario con su PC para siempre.
Y al hilo de esto, el post que ha inspirado el mío: el fantástico reportaje que en The Verge han realizado sobre el teclado IBM Model M en ‘King of click: the story of the greatest keyboard ever made‘. Ese estupendo texto ha ido acompañado de un post en la nueva sección TL;DR (Too Long, Didn’t Read) en el que explicaban cómo han logrado hacer un vídeo homenaje al teclado que no tiene desperdicio -lo tenéis aquí encima- y que es en sí mismo una verdadera oda al teclado. No os lo perdáis, y ya sabéis, a comentar cuál es/fue vuestro teclado preferido. ¿Recomendaciones?