Nos encanta odiar

Nos encanta odiar
IE-hate-2

Ah, la envidia. Deporte nacional en España, donde 47 millones de personas la practican a diario. Sí, los niños también, porque doy fe de que la etapa "¡Es mío!" de mi pequeña lo demuestra. La envidia, ese pecado capital que es pilar básico de buena parte de la programación de alguna cadena trending topic estos días -caerá post, amigo Pablo, caerá post-. Esa envidia, ese afán por las odiosas comparaciones y las comparaciones odiosas, es otro de los motores de este mundo. Porque admitámoslo: la envidia ayuda a competir: nos hace intentar ser mejores (o peores, según el caso), aunque solo sea para poder molar más, ganar más, o tener más.

Ese argumento también es válido para la competitividad tecnológica: probablemente la envidia -tú tienes soporte de estándares y yo no, tú tienes un motor Javascript del copón y yo no- fuera otro de los detonantes del nacimiento de Firefox, que se lanzó hace poco más de 10 años y que durante mucho tiempo fue la única alternativa real a Internet Explorer, un navegador que aprendimos a odiar. Este desarrollo de Microsoft se ganó todas las papeletas para ser envidiado, y por ende, odiado. Su integración de serie con Windows -táctica cuca de la historia de Microsoft- fue el detonante de ese odio visceral, al que se le unieron otros argumentos mucho más relevantes, como su limitado soporte de estándares y la ausencia de características que eran el gran valor de sus competidores (a bote pronto, navegación por pestañas y extensiones).

nos encantara odiar a Internet Explorer

Ese es el punto de partida de una campaña de marketing sencillamente genial de Microsoft. En The browser you loved to hate (qué dominio tan cojonudo)la empresa trata de convencernos de que Internet Explorer no es tan malo. O más bien, trata de convencer a aquellos que aprendieron a odiar a Internet Explorer, que son muchos. Yo hace tiempo que lo tengo como navegador alternativo, y tanto IE9 como IE10 han sido productos más que relevantes tanto en soporte de estándares como en velocidad de navegación y prestaciones. Eso son argumentos importantes que van convenciendo a los medios, a la crítica y, poco a poco, a los usuarios. Puede que Internet Explorer no vuelva a ser mi navegador de referencia en mucho tiempo (Chrome es mucho Chrome), pero ha logrado algo que parecía complicado: que ya no lo odie. El vídeo que acompaña a esa iniciativa de marketing es un ejemplo perfecto de que las cosas en Microsoft se están haciendo mucho mejor que antes, a mi entender, tanto en desarrollo de productos como en su comunicación con los usuarios. Atentos, porque el vídeo es genial. Qué envidia ;)