Nokia 3310, la absurda estrella del MWC

Llevaba tres años consecutivos asistiendo al Mobile World Congress de Barcelona (2014, 2015, 2016), pero este año
me he libradola planificación editorial ha hecho que me quedase cubriendo el evento desde Madrid.
Por un lado me alegro: el ritmo del MWC es bastante salvaje y esos días allí pasan factura. Por otro no, porque a pesar de que es difícil ver algo realmente destacable siempre hay productos que de otro modo uno será difícil que toque. Por no hablar de los reencuentros con compañeros de equipo, de profesión o del mundillo con los que puedes hablar en momentos robados a la vorágine de la feria.
Ayer comenzó una nueva edición de este encuentro global del mundo de la movilidad que lo domina todo y que tenemos el privilegio de ver reunido en nuestro país, y lo más gracioso de todo es que en la edición de este año la cosa está algo descafeinada, no por culpa de los fabricantes, sino de Qualcomm, que ha tardado en ofrecer su potente y prometedor Snapdragon 835 y ha condicionado la fecha de salida de muchos súper teléfonos en 2017.
Ha habido lanzamientos curiosos ya, desde luego. Los que me leéis en Xataka quizás visteis ayer mi análisis del Huawei P10, un smartphone muy majo en muchas cosas pero que lo tiene difícil para competir con los protas de este año, como ese LG G6 que me gusta mucho, mucho, muchísimo, pero que está condenado por no llevar el citado Snapdragon 835. Del P10, por cierto, nota graciosa: tuvimos el privilegio de contar con el terminal en exclusiva unos días antes bajo riguroso embargo, algo que suele ocurrir más en medios USA y que es poco normal fuera de allí.
Me gustó probar el móvil en esas condiciones, porque si alguien me preguntaba qué estaba probando lo escondía rápidamente y les decía lo de Top Gun. Bueno, lo de Top Gun que luego otras muchas pelis repitieron hasta la saciedad:
Dejando a un lado el momento peliculero —por cierto, vaya momentazo el de la metedura de pata en los Oscars—, lo cierto es que como digo pocos fabricantes podrán sorprender con un terminal realmente novedoso. Yo diría que el LG G6 es y será el más destacable, porque lo del Sony Xperia XZ Premium es de risa: presentan un móvil que sí tendrá el Snapdragon 835... pero que no se venderá hasta junio. Jarl.
Todo eso ha hecho que otros fabricantes tengan la oportunidad de dar el pelotazo con productos muy distintos, y aquí está claro que el ganador de la feria es el Nokia 3310. He hablado largo y tendido de él hace unas horas, pero es que me sorprende que un terminal así haya causado tal impacto en medios y usuarios.


A ver chavales, escuchadme bien: este móvil es una castaña. Una castaña pilonga, para más señas.
Estamos hablando de un cacharro que lo único que tiene que realmente mola es el nombre. Nokia y su nuevo socio comercial, HMD, se las han ingeniado para aprovechar el tirón nostálgico del Nokia 3310 original y presentar un refrito lamentable de un feature phone que no tiene nada de destacable. Lo mencionaba en ese post al que he enlazado, pero insisto aquí: ese móvil ya existía tal cual hace año y medio. Se llamaba Nokia 230, y fue uno de los últimos desarrollos de Microsoft basados en una plataforma software, Nokia Series 30+, que no sirve para hacer nada decente en estos tiempos.
Ese móvil que veis ahí encima tiene básicamente las mismas especificaciones que el (nuevo) Nokia 3310, pero le supera por ejemplo en la inclusión de una cámara para selfies de 2 Mpíxeles (mejor no usarla mucho, como la trasera, también de 2 Mpíxeles) que está ahí por poder decir que tiene cámara. Alguno se preguntará por qué nadie se acuerda del Nokia 230, y la razón es simple y sencilla.
Porque como el Nokia 3310, ese móvil era una castaña. Pilonga.
En el artículo de esta mañana os hablaba de todo lo que podríais hacer con el nuevo Nokia 3310 y todo lo que no podríais hacer, pero es que la mayoría de esas ventajas y desventajas las podéis tener con móviles igual de castañas pilonga que, eso sí, no se llamarán Nokia 3310. Lo único que destaca de este móvil es poder reproducir MP3, pero ni es probablemente indestructible, ni aguantará tanto con esa batería de 1.200 mAh. Es cuquillo y tal, pero si de verdad necesitáis desintoxicaros del móvil mejor compraros un NoPhone, o ya puestos, como ya dije el otro día, comprad un Nokia 3310 de los de verdad, por dios, que cuestan 12 euros y no quieren engañar a nadie.
Ya sabéis, de los del año 2000. Ni se os ocurra comprar esta castaña pilonga.