No necesitamos 'The Last of Us'

No necesitamos 'The Last of Us'
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Aviso: este post destripa el principio de la serie y (un poco de) el final de la serie.

Si sois padres, igual os pasa lo mismo que a mí: solo quieres que los canijos estén bien. Entiendo que no le ocurre a todo el mundo, pero quizás por eso no soporto las series, libros y películas en las que matan o secuestran a niños. No puedo verlas/leerlas, y en cuanto algo así aparece en la trama, abandono.

'The Last of Us' básicamente empieza así. Ya está. No voy a hacer muchos más destripes. No hace falta, porque ese hecho, la muerte de la hija del protagonista —interpretado por Pedro Pascal—, condiciona toda la trama. De principio a fin. El actor lo hace muy bien, y se pasa nueve capítulos atormentado. Solo hay pequeños respiros en esa distopía que nos pinta la adaptación del videojuego, y en casi todos ellos está la otra protagonista, Bella Ramsey, que también lo hace estupendamente y que tiene un guión y un personaje que dan mucho juego.

Pero la serie es deprimente, agobiante y asfixiante el 99% del tiempo. Prácticamente todo lo que pasa es malo. No lo digo por los zombies —salen mucho menos de lo que yo hubiera esperado— o los sustos —lo mismo, ahí la cosa es medio light—. Lo digo porque esta es una distopía triste y amarga. Una en la que casi no hay sitio para la esperanza, y cuando te la dan, poco después todo hace catacrac para volver al horror.

Ocurre constantemente, pero quizás lo notable de 'The Last of Us' es que consigue que uno siga viéndola. Lo hizo en mi caso. Me la tragué hasta el final porque quería ver cómo terminaba y, desde luego, si terminaba con final feliz. Yo soy de series y pelis felices. Soy de series que te hacen sentir bien. Pero también tenía curiosidad y me dije 'Venga, seguro que al menos esto acaba como debe'.

De eso nada. Todo lo que podía salir mal sale mal.

El final es horrible. Tiene cierto sentido, vale, pero es horrible e ilógico. Es deprimente, es asfixiante y es agobiante. Y te deja con una sensación de mierda, la verdad. Que igual a otra gente no le pasa, pero insisto: tengo niños y a mí estas movidas no me van. Lo último que quieres pensar en tener que ver es que les pase algo malo. Y como yo ya he tenido mi ración de benditos malditos segundos, no quiero vivirlos nunca más.

Y por eso esta serie me ha parecido un horror. Me da igual que los actores y el guión sean estupendos —lógico, está detrás el creador de la espectacular 'Chernobyl'—. Me da igual que la ambientación sea la pera, que los escenarios sean brutales y creíbles la mayoría de las veces. Me da igual que el episodio 3, que ha sido muy criticado por los haters y que para mí sea una historia de amor alucinante. Me da igual que pueda dar una o incluso varias lecciones sobre la vida. Me da igual todo, porque tras haber esperado semanas para que terminara de emitirse y así poder verla en plan atracón, he acabado pensando solo una cosa.

Qué necesidad.

Qué necesidad de ver más y más sufrimiento. Ya tenemos bastante con todo lo que pasa en el mundo, que en muchos casos es terrible. Ya tenemos el telediario. Ya pasan cosas malas a todas horas, así que lo mejor que (creo que) podemos hacer es intentar hacer el mundo un poquito mejor cada día ayudando cuando se puede, y sobre todo disfrutar de las cosas buenas y que te hacen feliz todo lo posible. Pafuera lo malo, como decía al despedirme del 2022.

Qué serie más terrible, de verdad. Qué deprimente. Qué asfixiante. Qué agobiante.

Qué triste. No la veáis.