No matemos a Twitter

Yo era medio optimista con Musk al frente de Twitter. Dos semanas después soy medio pesimista. Eso lo dije hace unos días. Hoy ya no soy ni medio pesimista. Soy tres cuartos pesimista.

La razón, claro, es cómo se están desarrollando los acontecimientos. Ya ni siquiera estoy preocupado por las ideas que tiene Elon para mejorar el servicio: lo de Twitter Blue y los checks es un poco de risa, por ejemplo, pero oye, aunque la prueba haya salido totalmente rana le ha servido para corregir .

Creo que ahí Musk está siendo el Musk de siempre: no suele temblarle el pulso a la hora de probar cosas nuevas en sus Tesla y su Autopilot —aun a riesgo de que se produzcan accidentes mortales—, y tampoco para de innovar con SpaceX aunque por el camino haya estrellado unos cuantos cohetes de varios millones de dólares. Por cierto, hoy he tenido pequeña aparición en La Sexta Noticias hablando del tema:

Para mí el problema real es el de los empleados de Twitter. Entiendo que Musk quiera soltar lastre y lograr que la empresa sea rentable, pero las formas importan. Llegar el primer día y despedir a toda la cúpula directiva (algunos, escoltados por el personal de seguridad) ya parece casi hasta pecata minuta al lado de todo lo que ha pasado después.

Despedir a la mitad de la plantilla también podría ser disculpable, pero ¿por qué no hacerlo con elegancia y algo de empatía? Musk podría haberse reunido primero con todos los empleados en persona en las oficinas —los que no cupiesen o no pudiesen estar en persona, que estuvieran a golpe de Zoom, por ejemplo—. Podría haberles explicado la situación. Podría haberles dicho lo de que el panorama económico es desolador. Que Twitter pierde cuatro millones de dólares al día. Que a veces hay que romper cosas antes de arreglarlas. Podía haberles contado sus planes a corto y medio plazo. Qué iba a ser importante, cuáles iban a ser los principales focos y áreas de trabajo.

Y entonces podía haberles dicho que iba a ser muy duro levantar Twitter. Que esperaba lo mejor de todos ellos. Que todos eran magníficos, aunque algunos quizá no lo fuesen tanto. Y que iba a tener que dejar ir a muchos, muy a su pesar. Era eso, o condenar a Twitter a su muerte.

Todo eso podía haberlo hecho con algo más de calma. Contando con su gente de Tesla como consejeros, pero también (sobre todo) con la gente de Twitter, que es la que sabía cómo funcionaba todo y, sobre todo, cómo funcionaban todos.

Y también podía haber hecho un ultimátum amigable. Explicar que él lo iba a dar todo por la empresa, y que esperaba eso mismo de la gente. No hacía falta amenazar ni ponerse chulo y borde. Bastaba con ser un líder con cierta empatía, uno que inspirase respeto y esperanza. No uno que lo único que parece querer inspirar es angustia, estrés e incertidumbre. Lo decía hace un ratito uno de los empleados:

Ese exempleado lo explica bien. Hay mucha gente dispuesta a luchar en situaciones difíciles. Lo hacen si les gusta e inspira lo que hacen, pero la cosa cambia cuando quien te lidera te plantea un futuro tan desolador. Uno en el que no le puedes corregir aunque todas las evidencias demuestren que esté equivocado. Uno en el que no se fía de que vayas a hacer tu trabajo desde casa o en el que tu jefe se ría de todos los que han dimitido porque no compartían su visión.

Antonio Ortiz hablaba hoy un poco de la situación en Error500 y embebía un tuit de Paul Graham en el que este súper emprendedor nos recordaba que después de todo Musk ha llevado Tesla y SpaceX a ser un éxito absoluto.

Graham por tanto asumía que igual estamos equivocándonos al criticar todo lo que hace, mientras que Antonio defendía lo contrario y afirmaba –creo que acertadamente— que igual a Graham lo que le han confundido son los éxitos anteriores:

Resulta difícil defender la gestión de Elon en casi ningún aspecto: [...] el intento de imponer una cultura agresiva y jerárquica está haciendo huir el talento de Twitter.

Ese es un problemón, y desde luego no favorece el futuro de una plataforma en la que yo diría que había muchísimo talento y muchísimas complejidades técnicas. Tantas que el problemón para Musk y la plataforma es que haya un problema gordo. Aquí Antonio recomendaba seguir a Gergely Orosz, que está siguiendo muy de cerca el asunto y da info muy completa. Orosz recomendaba seguir a su vez a @CaseyNewton y @ZoeSchiffer, por ejemplo. Entre todos ellos es fácil comprender un poco mejor la dimensión del problema. En este hilo (y el de debajo) queda bastante claro que lo de que falle Twitter no se apaña con un "apaga y enciende" al más puro estilo IT Crowd. No. Aquí eso no pirularía y se habla de que una caída grave podría no ser de horas o días, sino de semanas.

Así pues, estamos ante un problemón importante, pero a pesar de todo sigo siendo un poquito optimista. O egoísta, que también puede ser: no concibo que Twitter vaya a desaparecer. Me parece demasiado importante. Demasiado vital.

Aquí igual es visión personal, pero siempre que leo a gente diciendo que "Twitter es un nido de trolls" o de haters, o de otros tipos de gentuza, recuerdo por qué yo no tengo ese problema con Twitter. Os voy a contar mi truco, pero no se lo digáis a nadie, ¿eh?

Sigo a quien quiero y bloqueo a quien quiero.

No hay mucho más. Twitter deja que lo configures a tu gusto, así que no entiendo muy bien que la gente se queje de ruido, autobombo o gente a la que no quiere leer. Deja de seguirles o bloquéales. No hay que hacer nada más: te puedes configurar Twitter a tu medida, y esa es una de sus virtudes. Obviamente para gente con un volumen importante de seguidores eso puede llegar a ser un problema, pero incluso en esos casos hay formas de controlar el ruido y minimizarlo.

Pero como decía, no creo que Twitter pueda desaparecer porque me parece demasiado vital. ¿Por qué? Porque Twitter se ha convertido en la sala de prensa universal. Una que aprovechan empresas, medios, celebridades de la cultura o el deporte, políticos y todo tipo de organismos para dar todo tipo de mensajes.

¿Cómo felicitan los famosos a Nadal cuando gana un Grand Slam? Por Twitter. ¿Cómo se mandan mensajes los políticos de distintos países? Por Twitter. ¿Cómo nos venden sus novedades muchas empresas? Por Twitter (como complemento de otras plataformas).

Twitter se ha convertido en el medio de comunicación por antonomasia para anuncios oficiales. No veréis (nada o casi nada) a Pedro Sánchez, Messi, la ONU o La Casa Blanca en YouTube, TikTok o Twitch. No al menos para esas cosas. Para comunicados breves, rápidos e importantes —aunque luego enlacen a un sitio web oficial— el estándar de facto es usar Twitter. No hay más.

Quitar Twitter sería terrible por muchas cosas, pero desde luego por eso. Queda por ver si Musk acaba sacando partido del tema. Se me ocurre que debería haber una simple suscripción para empresas y personalidades que fuera a) mucho más cara y b) estuviera gestionada por un equipo específico que validaría a cada empresa y personalidad como relevante y legítima. Es solo una idea al aire, pero teniendo en cuenta cómo Twitter es esa sala de prensa virtual que todos usan, haría algo así de primeras.

Veo probable que Twitter tenga problemas a corto plazo. No solo de personal, claro, sino técnicos, de infraestructura. Habrá que ver cómo lidian los que se han quedado por allí con esos problemas, pero lo que sigo teniendo bastante claro es que Twitter no va a morir así como así.

No la matemos. No todavía.