Mr. Robot, temporada 1
Qué bien empezó. Fue un primer episodio que me recordó a los Lost o Heroes. La cosa parecía que iba a ser grandiosa.
Y no. No para mí, al menos, que esperaba ese protagonismo de la parte tecnológica y me encuentro con una trama que gira de forma inmediata hacia
la esquizofreniael trastorno de identidad disociativa del protagonista y cómo esa personalidad múltiple acaba siendo lo único que importa para tratar de entender el argumento.
Yo, la verdad, me pierdo con tanta voz en off, tanto empezar a hablar con sus otras personalidades y tanto imaginar situaciones de forma distinta a la que las estamos viendo. Por ahí algunos tildan a Mr. Robot de refrescante e incluso de obra maestra. Para mí es, como dicen otros, una adaptación de “El club de la lucha” y de otras ideas como las que planteaba “V de Vendetta” (por las máscaras) o “American Psycho” (por el personaje de Tyrell, que desde luego dudo que sea otra de las personalidades de Elliot, como dicen por ahí) .
Curioso que en esa distopía en la que el hackeo global finalmente se produce y la gente no puede ni sacar pasta el ambiente esté tan tranquilo. Los comercios tranquilos, el metro llegando a su hora… Absurdo. Como esa polarización -los hackers son todos buenos, los empleados de las corporaciones todos malos- o los hilos argumentales multiplicados que no llevan a nada -Angela trabajando para E Corp, el camello de la cárcel-.
Una lástima. La cosa prometía.