Olvida los monitores 4K: igual lo que quieres es un 5K
Estuve muchos meses planteándome seriamente lo de comprar un monitor 4K (o más bien, UHD). Aquellos modelos que aparecieron en el CES de 2014 eran de lo más prometedores, pero en realidad se trataba de una primera hornada con defectos importantes.
La cosa mejoró bastante en pocos meses, y algunas de las carencias más relevantes, como el tipo de panel, la frecuencia de refresco o el sistema de funcionamiento se fueron atajando. Varios fabricantes contaban ya con propuestas muy interesantes, pero al final me decanté por un modelo 1440p de 27 pulgadas. No, no ese que me demostró que lo barato sale caro. El otro.
Sin embargo, siempre me quedó el regustillo de esas resoluciones enormes que me prometían escritorios casi infinitos, y sobre los que estaba equivocado. En primer lugar, porque si vas a comprarte un monitor UHD (no 4K) y lo vas a usar en su resolución nativa, ni se te ocurra bajar de las 32 pulgadas. Ya que vas a contar con esa resolución, no la comprimas en una diagonal menor, es tontería -salvo quizás para gamers, y tampoco, creo yo-. Y en segundo, porque para mi uso personal lo que importa no ha resultado ser tener esas resoluciones asombrosas, sino otra cosa: definición.
Los problemas que plantean los monitores 4K en Windows son bien conocidos: el escalado de todos los elementos visuales no es perfecto, y aunque el sistema se adapta bastante bien, el soporte HiDPI no es perfecto. En Windows 10 la cosa no parece haber cambiado demasiado respecto a Windows 8.1, y el soporte del escalado sobre todo en aplicaciones que van a su bola es mejorable según todos los que la han probado.
Pero claro, hay otra filosofía de uso de estos monitores: la de trabajar a la mitad de resolución para obtener algo así como una pantalla Retina de escritorio. Aun cuando la resolución nativa es de 3.840 x 2.160 píxeles, estos monitores permiten trabajar perfectamente a 1.920 x 1.080, algo que a priori no parece muy interesante si uno se ha comprado, como decía, un monitor de 32 pulgadas. De repente nuestra compra se nos queda en casi nada. Bajón.


Es ahí donde entra la magia de los monitores 5K, que permiten acceder a resoluciones de 5.120 x 2.880 píxeles. Insostenibles para un usuario que quiera ver su escritorio con esa resolución nativa -me pregunto cuánto tardarás en quedarte bizco-, pero muy, muy atractivos para los que como yo insistimos en que contar con la mejor definición es clave para disfrutar aún más de la experiencia de escritorio.
Y es que si hacéis la cuenta rápida llegaréis a la misma conclusión: al trabajar a la mitad de resolución lograréis contar con una resolución de trabajo de 2.560 x 1.440, pero en la que la definición y la calidad de imagen serán simplemente asombrosas. Me temo que aquí hablo solo de expectativas, y no de realidades: no he tenido la oportunidad de probar ninguno de estos monitores, pero estoy seguro de que solo por esa característica las ventajas para entornos de productividad como el mío pueden ser excepcionales. Incluso en este análisis en DigitalTrends, donde hablaron de mucho que queda por mejorar en Windows para aprovechar estas resoluciones, le echaban flores.

Pero claro, está el problema del precio. O problemón, podríamos decir. Los Dell UP2715K han bajado de precio y podemos encontrarlos por unos 1.500 euros, mientras que los HP Z27q salen por precios muy similares. Hay dos alternativas más: el recién anunciado Philips 275P4VYKEB que se estará disponible a finales de año por unos 1.600 euros y, por supuesto, el iMac 5K, que eso sí, sale por un pico: a partir de 2.329 euros, pero que eso sí, te evitará tener que comprar un ordenador aparte porque ya lo lleva integrado (aunque sea hardware de un portátil, y no uno especialmente potente).
Es pronto para lanzarse a comprar estos monitores, pero si todo va como debe en 2016 las cosas deberían normalizarse y los precios de los paneles tendrían que bajar para animar a más fabricantes y usuarios. Cuidado, porque yo hablo de un uso de productividad: si queréis jugar en estos monitores vais a tener que guardaros las pagas extras, porque las gráficas dedicadas necesarias para ofrecer tasas aceptables van a ser prohibitivas. La predicción no se cumplió con los monitores
4KUHD, pero no sé por qué me da que el salto a un monitor 5K es bastante probable.
