Mitnick, reformado

Hace apenas tres días publiqué en el blog de PCA una entrada sobre Kevin Mitnick. La entrevista que la CNN realizó recientemente en su página web me hizo rescatar una idea que me venía rondando hace tiempo: publicar algo sobre el que es probablemente el hacker más conocido de todos los tiempos. La historia de Mitnick me capturó desde el primer momento, como demuestra que aún guarde un recorte del año 95 de El País en el que en su última página se relataba la captura del mismo. Poco después tuve la oportunidad del leer el libro de Markoff y Shimomura , "Takedown", que luego se convertiría en una película que no he llegado a ver. Y creo que he hecho bien, tal y como apuntan las críticas de los que conocen la historia.

Lo que sí conseguí ver recientemente fue el documental de producción propia "Freedom downtime", dirigido por el célebre Emmanuel Goldstein y descargable libremente gracias a este enlace a su torrent. Este verdadero RRPP de la comunidad hacker no se destaca precisamente por su capacidad para este tipo de producciones, porque aunque la intención es buena, las aspiraciones de la filmación (probablemente, llegar a ser el Bowling for Columbine del mundo underground) se quedan en poquita cosa. No logra ninguna de las entrevistas programadas para tratar de lograr para esclarecer los hechos... a excepción, eso sí, de la charla con John Markoff, que queda como un tipo que se supo aprovechar de la situación y autoproclamarse experto en Mitnick, cuando apenas tuvo la oportunidad de conocerle. Por lo menos en el documental sí te enteras de algunos hechos interesantes: Mitnick (al que tampoco querría tildar de santo) ya había estado en la cárcel previamente en el año 88, pasando nada menos que 8 meses en confinamiento aislado porque había gente muy, muy ignorante acerca de las posibilidades del hacking. Así lo afirma hablando de lo que hubiera pasado que si la gente que le pesiguió y condenó hubiera sabido (y probado) realmente qué había hecho y dejado de hacer:

I wouldn't have been held in solitary confinement for a year for the fear that I could launch nuclear missiles by whistling through a pay phone.

El mito de Mitnick creció con historias acerca de su entrada en el NORAD o su control sobre conversaciones telefónicas del FBI, algo que alimentó Markoff en un libro que periodísticamente es un desastre, y basado en rumores del tipo "Alguien me dijo que" o "conocí a alquien a quien le habían dicho que". La persecución que más tarde volvió a acabar con él entre rejas en uno de los casos judiciales más lamentables de la historia de EEUU, tal y como relata una excelente página con su biografía reciente:

Mitnick's trial didn't happen for many years. Four in fact. He was held without bail (because of his flight risk) and as the government and authorities dragged their feet assembling evidence against him, Mitnick languished in prison. Four years without bail, trial, or charges listed against him. If nothing else, Mitnick remains as one of the worst constitutional abuses by the prison system in modern times

Sin fianza ni juicio durante cuatro años, tras los cuales decidió declararse culpable finalmente, para evitar males mayores. Esta "rendición" permitó mostrar de nuevo el sensacionalismo de algunos medios. Durante todo el proceso surgió el movimiento Free Kevin, con página propia en Internet, y que incluso provocó algunas entradas en páginas web de grandes empresas en las que se cambiaba la página principal por mensajes de protesta y apoyo a Mitnick, pero que no lograron evitar la injusticia cometida con una persona que fue condenada por una única razón:

Su curiosidad.