Misión, salvar a Mozilla
Este fin de semana tuve la oportunidad de leer un artículo en el que un programador defendía un argumento importante: si uno quería seguir defendiendo el concepto de una web libre, debería ayudar a salvar a Mozilla.
Los argumentos eran inapelables. Aludía primero al peligro de la monocultura del navegador, algo que seguramente muchos de los que leéis esto ni siquiera recordaréis. Los oscuros tiempos en los que Internet Explorer era la única opción pasaron, pero en aquella época aquello era impensable.


En segunda instancia destacaba el problema de diseñar hoy en día un navegador web: una tarea complejísima entre otras cosas por la cantidad de estándares que es necesario cumplir. Pero es que además nos hablaba de cómo actualmente hay cuatro grandes renderizadores HTML (Blink, WebKit, Gecko y Trident/EdgeHTML) y tres grandes motores JavaScript (V8, SpiderMonkey, Chakra) y solo dos de esas alternativas son desarrollos realmente abiertos. Vale, el proyecto Chromium es Open Source, pero AOSP también lo es y mira lo diferente que es la combinación AOSP + Google Play Services + Google Apps de un dispositivo solo con AOSP, sin más. Y esos dos componentes finales, recordadlo, son propietarios.
La conclusión era clara: estamos en una etapa en la que los peligros para Mozilla y para Firefox son evidentes. Chrome sigue ganando cuota gradualmente a costa no solo de IE sino de Firefox, y el navegador libre por antonomasia no logra impulsar su crecimiento de ninguna forma visible.
Y no es porque el producto sea malo: es excepcional. Fue mi navegador de referencia durante muchos años, pero la simplicidad y velocidad de Chrome me convencieron. Desde entonces he utilizado le navegador de Google casi sin pensarlo, pero he tenido épocas en las que he vuelto a Firefox.
En el escritorio Chrome sigue siendo mi referente, pero en el móvil hace tiempo que Firefox es mi navegador principal -aunque tenga instalado también Chrome-. Y la idea es hacer esa migración total a Firefox muy pronto. El navegador de Google comienza a convertirse en un gigante demasiado pesado y que sobre todo me genera demasiadas dudas sobre la potencial protección a mi privacidad -algo que en Firefox tienen muy en cuenta-, mientras que otros usuarios avisan de cómo afecta a la autonomía de sus equipos portátiles.
Yo tengo un motivo más: Chrome no se lleva bien con los touchpads de los portátiles basados en Windows, algo que descubrí tras analizar a fondo el problema en mi Dell XPS y cotejar mis impresiones en Twitter vía The Unshut en una breve conversación con Tom Warren, de The Verge.
Hay soluciones para ello -tengo que escribir algo sobre mi reconciliación con mi Dell XPS 13- pero lo importante es que Mozilla tiene complicado sobrevivir como hasta ahora porque depende de Yahoo! (antes lo hacía de Google) y aquí es donde tanto los usuarios como las corporaciones deberían apoyar los esfuerzos de los desarrolladores de Mozilla.
No solo por este proyecto, sino por otros muchos en los que queda claro que Mozilla es una de las pocas defensoras reales de la libertad y los estándares abiertos en internet. Algunos indican que Firefox está muy atrás tecnológicamente (nada de arquitectura multiproceso –en marcha ya-, nada de sandboxing –también en proceso-)
Y es aquí donde entra la campaña que Mozilla ha puesto en marcha para que esa labor sin ánimo de lucro sea apoyada por usuarios como tú o como yo. Donaciones fáciles a través de esta página con distintas cantidades con las que a buen seguro podréis contribuir a ese esfuerzo. Lástima que Mozilla no vaya informando de la cantidad recaudada
o no muestre la opción de compartir con un tuit o un mensaje en Facebook que acabamos de donar(sí que lo muestra al final del proceso) pero eso al final es lo de menos. Lo relevante es ayudar.
Acabo de donar 10 dólares.
Vosotros movéis.