Mis impresiones sobre el aburrido y maravilloso Samsung Galaxy S7

A las 15:00 de la tarde (en Madrid) aparecían análisis del Galaxy S7 a patadas. Lo hacían en medios USA y en medios de aquí, y la verdad es que salvo por el de Xataka el resto de lo que había leído era todo en inglés y todo bastante aburrido. Muchas especificaciones, muchas pruebas, pocas sensaciones.

De hecho lo que más me ha gustado de todos los análisis que he visto ha sido una nota diferencial que no había visto jamás en el análisis de un smartphone de gama alta. Resulta que el abuelito Yulupuki -con todos mis respetos- de los medios, Walt Mossberg, ha tenido el detalle de hablar de qué está cifrado y qué no en este teléfono. Y cito:

However, Samsung conceded that its own out-of-the-box texting app merely handles phone carrier SMS; the company lacks a proprietary, end-to-end encrypted messaging service like Apple’s iMessage. For that, you’d have to download a third-party messaging app that offers encryption.

Mola ese apunte ahora que el tema está candente, y lo curioso es que que yo haya visto sólo se le ha ocurrido a él. Más sabe el diablo por viejo que por diablo, dicen.

Quizás por eso el resto de los análisis que estaba leyendo -ya en modo Sabina, es decir, en diagonal- me hayan parecido un rollete, pero es que el Samsung Galaxy S7 (y su variante phablet con pantalla curva, el Edge) es un terminal aburrido en casi todo. No esperaba ver ningún texto especialmente destacable más, pero justo antes de empezar a escribir esto -miento, había puesto el titular- me he encontrado con el análisis de Gizmodo España, escrito por Carlos Rebato y que curiosamente utilizaba la misma palabra que yo en el titular (prometo que no lo he visto hasta después): "aburrido".

Quizás eso me haya hecho mirar con más cariño un análisis que a diferencia de otros es probablemente mucho menos friqui y mucho más práctico que la media. Más sensaciones y menos especificaciones, que es de lo que yo diría que se trata cuando quieres que el repartidor de pizza de aquí y el cirujano de allá -dos profesiones en las que los conocimientos técnicos sobre smartphones suelen ser idénticos- se entere de lo que uno está hablando.

Bien por el tono, bien por el texto y bien por las conclusiones, aunque siempre se echen en falta cosas. Por ejemplo el mencionado tema del cifrado, o esa letra pequeña que vuelve a dejar claro que puedes mojar el S7, pero que si te lo cargas probablemente no logres que te lo sustituyan. Me ha gustado también el detalle de mi compañero Penalva a la hora de comparar la carga rápida con la normal -esta tecnología importa de verdad si solo quieres cargar el móvil 20 minutos o menos, después no es para tanto-.

El caso es que creo que si hay un tema que merecería análisis aparte es el que buscarán la mayoría de compradores de este móvil: un análisis específico de la cámara con fotos curradillas y comparativa con otros gama alta tanto en velocidad de disparo -aquí en plan Lejano Oeste, ya sabéis, cuánto tardo en sacar una foto desde que tengo el móvil en el bolsillo hasta que la saco- como en calidad de fotos en distintas condiciones. Me sorprende que muchos de los que sacan fotos para probar la cámara saquen fotos bastante cutres, y aquí la palma se la lleva el análisis de Engadget USA, cuya galería de 45 fotos -como el análisis, qué decepción- tiene fotos cutres y que incluso se han subido giradas. FAIL.

Yo solo pude tocar el terminal brevemente en el Mobile World Congress y no puedo dar impresiones válidas, pero tampoco necesito mucho más porque ya son muchos palos pegaos. Con lo que he leído y lo poco que he tocado lo tengo claro: el Galaxy S7 Edge es el terminal de gama alta que me compraría si tuviera que comprarme alguno. Telefonaco con pantallaca, diseñaco molón, camaraca y procesadoraco. Todo muy aco/aca.

El problema es que (creo que) no me lo compraría jamás. Primero, porque son 819 euros. Segundo, porque Touchwiz me da repelús, y parece que además llega surtidito de bloatware (¿Stock Android, porfaplis?). Tercero, porque esas curvas tan molonas solo sirven para molar -aunque la pantalla se vea como una prodigiosa pegatina, siempre lo diré- y cuarto y último, porque son 819 euros. Esto ya lo había dicho, pero es que son 819 euros.

8-1-9 euros. Por un teléfono con el que el 90% vas a estar mandando mensajes en WhatsApp, o en Facebook o en Instagram.

Eso ya lo puedo hacer con mi OnePlus One aunque (ya) no mole tanto. Puestos a comprar un gama alta, pillaría un S6 Edge (525 euros en Amazon siguen siendo muchos euros, pero en precio/prestaciones gana de lejos). Venga, me animo si 525 personas leéis esto y aportáis un euro en PayPal. O si lo leéis 5.250 y aportáis 10 céntimos. O si algún loco playa lo lee y aporta los 525 pollos. ¿Os imagináis? Qué grande sería.

Ahí lo dejo. Disfrutad de vuestros smartphones, aunque solo sea para mandar mensajes en WhatsApp, Facebook o Instagram. Ya sabéis cómo me las gasto, ni caso.

Si os ha gustado el artículo, aportad, igual me llega para un S6 Edge (je) ¡Gracias!