El milagro Microsoft
Creo que quedó medio claro que no soy un fanboy de Apple, y en los comentarios de aquel post surgió una idea para una entrada futura: la de ese "milagro" que ha hecho que Microsoft logre implantar su sistema operativo Windows en millones de PCs en todo el mundo. Cada cual, por cierto, de su padre y de su madre.
De hecho el famoso "it just works" de Apple me deja absolutamente indiferente. Durante mis primeros meses con el MacBook Air me quedó claro que la experiencia de usuario era notable, pero lo era con letra pequeña, porque las cosas funcionan bien en Apple sólo si sigues su caminito y te ciñes a su filosofía de control total. Que en 20 años las sucesivas versiones de (Mac) OS (X) -poned y quitad paréntesis donde proceda- hayan logrado funcionar muy bien en un catálogo de 6 u 8 máquinas con 3 ó 4 configuraciones hardware ligeramente distintas por cada una me parece poco meritorio. Sobre todo cuando incluso en Apple pasan cosas raras y los conflictos hardware y software son, aunque menos frecuentes, una realidad. Ha ocurrido recientemente con la conectividad WiFi, el (por otro lado maravilloso) trackpad, las pantallas de los MacBooks, sus teclados, y básicamente cualquiera de sus soluciones. Pasaos por las Apple Support Communities y comprobadlo: en todos sitios cuecen habas, y ni siquiera la maravillosa Apple tiene un ecosistema funcional al 100%. Y eso que lo controlan todo.
Enter Microsoft, que dirían los sajones. La compañía de Redmond ha dejado para la leyenda cosas como las BSOD que eran un clásico en Windows XP, pero ese me parece un precio pequeño si tenemos en cuenta que en casi el mismo periodo de tiempo Microsoft ha logrado que las diversas versiones de Windows funcionen en básicamente cualquier configuración hardware que uno le echara a la cara. Daba igual lo que metieras en el equipo: la probabilidad de que ese componente funcionara de forma normal (o al menos aceptable) era extremadamente alta. Ha habido cierta travesía por el desierto, desde luego: los fabricantes aseguraban que había soporte para sus dispositivos en Windows pero no podían certificar que su solución no se diera de tortas con algún otro componente hardware de otros fabricantes. Los conflictos eran, yo diría, algo natural. Pero da igual, porque a estas alturas, con esos problemas aún presentes, la situación está mucho más controlada. La certificación de controladores es uno de los programas más importantes del soporte hardware de Microsoft, y hoy por hoy ese apartado es absolutamente prodigioso. Da prácticamente igual la configuración hardware que utilices tanto en la configuración propia del PC o portátil como en la de los componentes y periféricos que utilices, porque la experiencia de usuario suele ser sorprendentemente buena.
Y si no lo es tanto también hay soluciones, como acudir a los modos de compatibilidad que hacen que un dispositivo algo más antiguo pueda "adaptarse a los nuevos tiempos", o bien acudir a los sitios web de los fabricantes o a los foros de soporte en los que es difícil que alguien no haya lidiado con el mismo problema que nosotros hemos tenido. Hay también listillos que se aprovechan de esa circunstancia -los servicios de descarga y actualización de drivers son a menudo un sacaperras o una fuente de malware-, pero en general la situación, como digo, es casi milagrosa de lo bien que está.
Es curioso como Apple, mucho más cerrada en su filosofía y que no te dejaba hacer prácticamente nada -intentad actualizar los componentes internos de un iMac- sigue recibiendo halagos por parte de muchísima gente, y otra como Microsoft, que te dejaba hacer burradas con tu equipo tanto a nivel software como a nivel hardware, fuese duramente criticada precisamente por los efectos colaterales de esas libertades.
Y lo curioso es que uno se fija en la distribución de culpas y llega la ironía. En un ecosistema cerrado en el que casi nada debería fallar el error y el conflicto suelen ser responsabilidad de Apple: el usuario tiene tan poco margen de acción que si hay algún problema es más que probable que la culpa no sea suya. No ocurre lo mismo con Microsoft y Windows: el sistema operativo es una herramienta, y cómo lo utilices depende más de ti que de ellos. Así que tienes más libertad para hacer de todo, claro, pero también muchas más posibilidades de cometer errores y provocar conflictos por un mal uso de esa herramienta. Instalar aplicaciones sospechosas y conectar hardware de dudosa procedencia suele pasar factura, pero aquí la culpa no es de Microsoft, sino del usuario y de su falta de sentido común. En la empresa de Redmond quizás nos conceden el beneficio de la duda -"los usuarios no sois unos manazas"-, mientras que en Cupertino ocurre lo contrario. Alabamos a Apple cuando la culpa es suya, y vilipendiamos a Microsoft cuando lo es nuestra.
Enfoques distintos para filosofías distintas. Pero para mi el verdadero mérito lo tiene Microsoft. Cuidado, porque en Redmond no son unos santos y tienen una historia salpicada de sombras, pero al menos hay que concederles que sus usuarios no estaban tan atados. Había y hay cierta libertad de acción. No quiero ni imaginar lo que hubiera ocurrido si las cosas fueran al revés y el 90% de los ordenadores del mundo fueran Macs. Qué chungo, amigos míos. Qué chungo.
Actualización: buena reflexión paralela de Fabrizio al hilo de este tema. Y con dedicatoria curiosa a Asimov.